Un híbrido de burro fue el 'caballo de guerra' en la Antigüedad
El 'Panel de guerra' del 'Estandarte de Ur', expuesto en el Museo Británico de LondresDesde hace miles de años, los caballos han sido importantes para los desplazamientos y para la guerra. ¿Pero cómo se las apañaban las culturas que florecieron antes de la llegada de los caballos domésticos a sus tierras?
Ilustraciones de 4.500 años de antigüedad y textos de la antigua Mesopotamia muestran que la élite ya usaba équidos para viajar y combatir varios siglos antes de la llegada de los primeros caballos. Pero si no eran caballos, ¿qué animales montaban aquellos nobles? Su naturaleza ha sido siempre un misterio.
Ahora, un equipo del Instituto Jacques Monod (CNRS/Universidad de París), dirigido por E. Andrew Bennett, ha utilizado ADN antiguo para demostrar que estos animales eran el resultado de cruzar burros domésticos con asnos salvajes. Lo que los convierte en el ejemplo más antiguo conocido de animales híbridos, producidos por sociedades siro-mesopotámicas 500 años antes de la llegada de los caballos domésticos. El estudio se acaba de publicar en Science Advances.
Relieve de Nínive. 645-635 a.C. Museo Británico de Londres. Muestra la captura de un burro salvaje. Foto: Internet Archive Book Images / "The origin and influence of the thoroughbred horse. 1905.
Los équidos han jugado un papel muy destacado en la evolución de la guerra a lo largo de la historia. Aunque los caballos domésticos no aparecieron en el Creciente Fértil (la región en la que se produjo la revolución neolítica y que comprende los actuales Israel, Jordania, Líbano, Palestina, Siria, Irak, Kuwait, el sudeste de Turquía y noreste de Egipto) hasta hace unos 4.000 años, los sumerios llevaban ya siglos usando carros de guerra de cuatro ruedas tirados por équidos en el campo de batalla, como demuestra el famoso Estandarte de Ur, un mosaico sumerio de 4.500 años de antigüedad.
Las tablillas cuneiformes de arcilla de este período también mencionan équidos de prestigio con un alto valor de mercado llamados 'kunga' (podía llegar a valer hasta 6 veces el precio de un burro normal durante la Antigua Edad del Bronce). Sin embargo, la naturaleza precisa de este animal ha sido objeto de controversia durante décadas.
Cuatro esqueletos 'kunga' yacen in situ en Umm el-Marra, Siria. Foto: Glenn Schwartz/Universidad John Hopkins.
En busca del origen del 'kunga'
Los investigadores del Instituto Jaques Monod decidieron abordar la cuestión mediante el estudio de los genomas de équidos del complejo funerario de Umm el-Marra, en el norte de Siria, que tiene 4.500 años de antigüedad. Según algunos expertos, estos animales serían, precisamente, ejemplares de los misteriosos 'kungas'.
Aunque degradado, el genoma de estos animales resulta comparable al de otros équidos, como caballos, burros domésticos y burros salvajes de la familia de los hemiones, secuenciados especialmente para este estudio, que también incluye los restos de un équido de 11.000 años del templo más antiguo conocido, Göbekli Tepe, en el sureste de la actual Turquía, así como los últimos representantes de burros salvajes sirios, que desaparecieron a principios del siglo XX, pero de los cuales hay dos muestras en el Museo de Historia Natural de Viena.
Según los análisis, los équidos 'kunga' de Umm el-Marra son híbridos de primera generación resultantes del cruce de un burro doméstico hembra y un hemión macho. Como los burros domésticos y los hemiones salvajes eran estériles, era necesario cruzar cada vez una hembra doméstica con un hemión previamente capturado.
Burro sirio salvaje o hemipo - Equus hemionus hemippu 1915. Zoológico de Viena. Foto: Conrad Keller.
Por lo tanto, y en lugar de domesticar los caballos salvajes que poblaban la región, los sumerios preferían producir y usar híbridos, combinando las cualidades de los dos padres para conseguir crías que eran más fuertes y rápidas que los burros (y mucho más rápidas que los caballos), pero más controlables que los hemiones. Al final, estos 'kungas' terminaron por ser suplantados por los caballos domésticos, más fáciles de reproducir y que llegaron tras ser importados desde la estepa póntica, una región que se extiende desde el mar Negro y el Cáucaso hasta los montes Urales.
Fiona Marshall, arqueóloga de la Universidad de Washington en St. Louis, que ha investigado la prehistoria de los burros y su domesticación, dijo: "El estudio es enormemente significativo, dado que muestra que los criadores tenían intenciones claras. El proceso inicial de domesticación siempre fue turbio, probablemente en parte por accidente, y en parte por la intervención humana, pero esta investigación demuestra lo que buscaban los antiguos sirios: querían las cualidades de un animal salvaje”.
Fuentes: abc.es | nationalgeographic.com.es | nytimes.com | 15 de enero de 2022
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