Espectacular hallazgo de una galera de tiempos de los Ptolomeos en la bahía de Abukir, cerca de Alejandría

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Un buzo, entre los restos del casco de la galera ptolemaica hallada en la ciudad sumergida de Thonis-Heracleion, a 30 kilómetros al nordeste de Alejandría. CHRISTOPHGERIGK©FRANCKGODDIO / HILTI FOUNDATION.

La noticia de que los buceadores de Frank Goddio y su Instituto Europeo para la Arqueología Submarina (IEASM, en sus siglas en inglés) han hallado una excepcional galera de tiempos de la dinastía ptolomaica en la bahía de Abukir, en el Mediterráneo, a 30 kilómetros al nordeste de Alejandría, es de las que hacen soñar.

Las palabras galera y Ptolomeos (323 a. C. a 30 a. C.) conjuran imágenes históricas fenomenales: los barcos de Ptolomeo I y II cruzando el Mediterráneo con los libros tomados en préstamo definitivo para nutrir la Biblioteca de Alejandría; los que ardieron en el puerto de la ciudad durante las guerras alejandrinas de César, los de Cleopatra tomando las de Villadiego tras la estela de la reina para desespero de Marco Antonio (que “cual pato encelado”, Shakespeare dixit, “vuela tras ella en el ardor del combate”) en la batalla de Accio

Uno de los 70 barcos hallados en Thonis-Heracleion. IEASM/HILTI FOUNDATION

La galera, descubierta durante los trabajos de la campaña de este 2021 y de la que se dio cuenta en un comunicado hecho público el lunes por el Ministerio de Antigüedades egipcio, además tiene una historia digna de una película de aventuras, según ha explicado el IEASM. Se hundió en el siglo II a. C. en la ciudad de Thonis-Heracleion, donde estaba amarrada en un muelle, al ser alcanzada por grandes bloques del famoso templo de Amón de la localidad durante un terremoto. El navío se encontraba en el canal que discurría en la cara sur del santuario cuando ocurrió el desastre. Hace dos años la misión localizó 70 embarcaciones en el puerto de Thonis-Heracleion, la mayor “tumba de barcos” localizada jamás.

Los bloques de piedra que la hundieron protegieron sin embargo los restos de la galera al dejarlos clavados en el fondo de dicho canal, que se llenó con los escombros del templo. El barco, han explicado los arqueólogos submarinos, yace bajo cinco metros de arcilla dura mezclada con los restos del santuario y solo pudo ser detectado mediante el uso de un aparato de rastreo de fondos de última generación.

El primero de los navíos hallados en Marsala y su carga se exponen en el Museo Arqueológico Regional Lilibeo de Marsala, en Sicilia. FOTO: Carlo Morucchio / AGE Fotostock.

“El hallazgo de galeras rápidas de esta época es extremadamente raro”, subraya Goddio (izquierda) en una nota del IEASM. “El único otro ejemplo es el barco cartaginés de Marsala, del 235 a. C. Antes de ese descubrimiento, los barcos helenísticos de ese tipo eran completamente desconocidos para los arqueólogos”. Goddio continúa: “Nuestro estudio preliminar muestra que el casco de la galera que hemos hallado fue construido en la tradición clásica con juntas de mortaja y espiga (característica unión de tablas del casco) y una estructura interna muy bien acabada. Sin embargo, la galera también presenta características de la antigua construcción naval egipcia y nos permite hablar de una técnica mixta de construcción. Era un barco de remo que estaba provisto además de una gran vela, como prueba una base de mástil de considerables dimensiones”.

Según Goddio, este “long boat” era de fondo plano y tenía una quilla plana, lo que resultaba ventajoso para navegar por el Nilo y su delta. Los arqueólogos apuntan que algunas características de la construcción naval egipcia junto con la evidencia de que se reutilizó madera en el barco indican que fue construido en Egipto. Con una longitud de más de 25 metros, tenía una proporción largo-ancho de 6 a 1.

Un miembro del equipo, con una estatua hallada en Thonis-Heraclion FRANCK GODDIO / HILTI FOUNDATION.

La galera es uno de los descubrimientos más interesantes de la campaña 2021 del IEASM en la costa egipcia, que trabaja en cooperación con el Ministerio de Turismo y Antigüedades de Egipto con el apoyo de la fundación Hilti. En otro lugar de la ciudad, un túmulo cerca del canal de entrada al nordeste ha revelado restos de una gran área funeraria griega con suntuosas ofrendas. Según los arqueólogos, data de muy al principio del siglo IV a.C. Para los investigadores, el hallazgo ilustra la presencia de mercaderes griegos y mercenarios que vivieron en Thonis-Heracleion, ciudad que controlaba el acceso a Egipto en la boca de la rama canópica del Nilo.

Restos de ofrendas griegas entre las ruinas de los santuarios abocados bajo el mar en Thonis-Heracleion. IEASM/HILTI FOUNDATION

A los griegos se les autorizaba a asentarse en la ciudad durante el último período faraónico. Allí construyeron sus propios santuarios cerca del gran templo de Amón. Esas construcciones también quedaron destruidas durante el cataclismo y sus restos han sido hallados mezclados con los del templo del dios egipcio. Importantes restos de ese edificio sagrado resbalaron en el profundo canal durante un deslizamiento de tierra provocado por un evento de licuefacción, cuando el terreno pasó de estado sólido a líquido. Esos restos han sido hallados en muy buenas condiciones, casi originales. Dan testimonio de la riqueza de los santuarios de Thonis-Heracleion, ahora sumergida bajo el mar a siete kilómetros de la actual costa de Egipto.

La ciudad fue durante centurias el mayor puerto de los faraones en el Mediterráneo antes de que Alejandro Magno fundara Alejandría en el 331 a. C. Numerosos terremotos, seguidos de maremotos que desataron fenómenos de licuefacción causaron que una porción de 110 kilómetros cuadrados del delta del Nilo colapsara bajo el mar, arrastrando las ciudades de Thonis-Heracleion y Canopus. Las dos urbes fueron redescubiertas por Goddio y los suyos en 2000 y 1999 respectivamente.

Escultura de Osiris descubierta por una expedición de Goddio. HILTI FOUNDATION.

Ciudades unidas por Osiris

“Cada nueva campaña nos suscita una gran cantidad de preguntas”, confiesa Goddio. Las dos ciudades que su equipo ha logrado resucitar se hallaban vinculadas por el culto a Osiris, hijo de la Tierra y el Cielo, que -según la mitología egipcia- fue arrojado primero al Nilo y luego despedazado en 14 trozos por su hermano Set. Isis, hermana y esposa de Osiris, fue recuperando los fragmentos esparcidos por todo Egipto. Jamás halló el falo. Por la magia de su verbo, la viuda resucitó a Osiris el tiempo suficiente para concebir a Horus, quien acabaría derrotando al asesino de su padre.

“Existía un vínculo místico entre las dos ciudades relacionado con Osiris. Estamos, en definitiva, en la tierra de Osiris”, comenta Goddio. Las dos ciudades albergaron entre sus muros notables santuarios dedicados a Osiris por los que transitaban peregrinos en busca de curas milagrosas. “Sabemos desde el descubrimiento de la estela del Decreto Canópico en 1881 que las celebraciones de los misterios de Osiris se llevaban a cabo en el templo de Amón-Gereb en la ciudad de Heraclión. También se menciona una procesión náutica de la deidad desde ese templo hasta su santuario en Canopus”, subraya el arqueólogo francés.

Foto: recreación artística de la ciudad perdida de Thonis-Herecleion.

“Uno de los principales hallazgos es el jardín del templo de Amón-Gereb, donde el sacerdote de Osiris fabricó una estatuilla del dios hecha de sedimentos del canal sagrado mezclados con semillas de cebada”, detalla Goddio. Decenas de miles de objetos recuperados al mar nutren su base de datos y alimentan la investigación. “Tanto Thonis-Heraclión como Canopus serán excavadas durante muchos años. Son lugares extremadamente importantes para la Historia egipcia y su estado de conservación puede aportar datos relevantes. Mi equipo solo está allanando el camino a futuros arqueólogos marinos”, pronostica.

Fuentes: elpais.com |elindependiente.com | 20 de julio de 2021

Aníbal Clemente

Historia y Arqueología. Publicación digital de divulgación cultural.

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