Hallan en Turingia (Alemania) un adorno de oro para el pelo usado en la Edad del Bronce

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El anillo tiene un diámetro de 11,7 milímetros. Foto: Yvonne Mühleis, LAD Esslingen.

En el año 2000 el arqueólogo aficionado Achim Lehmkuhl descubrió que un agricultor local había desenterrado en un campo de Turingia (Alemania) algunos restos humanos, por lo que puso sobre aviso a las autoridades al tiempo que realizaba una rápida excavación para evitar que estos sufrieran más daños.

Desde entonces la Universidad de Tübingen ha estado realizando intervenciones arqueológicas en la zona que han sacado a la luz una necrópolis de la Edad del Bronce con 29 cuerpos en su interior. Tras datar sus huesos con carbono-14, estas tumbas se han asociado al poblado contemporáneo de la cercana colina Kirchberg, que se levanta a solo 600 metros de distancia.

El clavo verde marca el lugar exacto en el que se econtró el anillo. Foto: University of Tübingen, Institute of Prehistory and Medieval Archaeology.

SEPULTURA ARISTOCRÁTICA

Durante la campaña de 2020 se desenterró un nuevo cuerpo a 150 metros de la necrópolis. Junto a él la estudiante Hannah Huber encontró una especie de prendedor de oro para el pelo, que constituye además el primer objeto de metal precioso hallado en el suroeste de Alemania.

El cadáver fue hallado a apenas 7 centímetros de la superficie debido a la erosión del terreno y estaba orientado con la cabeza en dirección al este. Para poder analizar estos restos mortales con tranquilidad, los arqueólogos excavaron a su alrededor hasta formar un bloque rectangular de tierra, que fue encajado entre cuatro listones de madera y llevado al laboratorio para su análisis.

El estudio del cuerpo reveló que pertenecía a una joven de entre 18 y 21 años de edad y 1,61metros de altura. Por su parte el radiocarbono fijó un marco temporal para su muerte entre el 1861 y el 1616 a.C., así que fue enterrada al mismo tiempo que sus vecinos de la necrópolis. Al igual que ellos esta mujer se llevó poca cosa a la otra vida, de hecho el adorno, una especie de anillo de oro, constituye el único objeto que se ha conservado tras pudrirse su ropa.

Estudiantes del Instituto de Prehistoria y Arqueología Medieval de la Universidad de Tübingen excavando la tumba en 2020.

Raiko Krauss (director de la excavación, a la derecha) y su equipo atornillan un marco de madera con el que extraer el cuerpo del yacimiento. Foto: Veronika Stein/University of Tübingen

UN ORNAMENTO NADA HABITUAL

El hallazgo de joyas de oro y plata en las tumbas de la Edad del Bronce es raro en la región, ya que esta se hallaba lejos de la costa y las principales rutas comerciales. El adorno fue hecho a partir de una barrita plana de seis centímetros de largo, doblada por la mitad y enrollada dos veces alrededor de un trozo de tela o el mismo pelo (pues la irregularidad de su circunferencia ha permitido descartar que se usara para ello un material rígido como madera o cuerno).

La pequeña pieza tiene un diámetro de 11,7 milímetros y pesa solo 0,6 gramos, mientras que la tira de metal presenta una sección rectangular de 5,1 milímetros de ancho por 0,2 de alto. Asimismo, en el metal se han encontrado trazas de su elaboración (uno de los bordes fue aplanado por una cizalla por ejemplo), y un redondeado de las puntas producido por el desgaste.

La forma retorcida del ornamento se debe a que la tira con la que está hecho fue enrollada alrededor de una superfície blanda. Imagen de microscopio: Christoph Berthold, CCA Tübingen.

Uno de los extremos desgastado por el uso. Imagen de microscopio: Christoph Berthold, CCA Tübingen.

Sin embargo la mayor sorpresa la ha proporcionado la composición química del material, obtenida por fluorescencia de rayos X. Esta revela que el oro procede de Cornualles (Inglaterra), concretamente del río Carnon, pues la alta proporción de plata (un 20%) y la presencia en cantidades muy concretas de cobre, platino y estaño así lo confirman.

Aunque Cornualles exportaba metales en abundancia, los habitantes del Kirchberg preferían comprar cobre alpino más económico, al tiempo que adquirían el estaño para convertirlo en bronce del este. Sin embargo algunos materiales raros como el oro no podían obtenerse a través de esta red local y debían ser adquiridos a mercaderes que lo transportaban primero por mar y luego remontando los ríos Rin, Neckar y Ammer hasta llegar al poblado.

Si bien el oro procede de Inglaterra, los objetos más cotidianos, como este brazalete de bronce encontrado en la necrópolis, fueron hechos con cobre de los Alpes. Foto: Hilde Jensen, University Tübingen.

Por haberse hallado cerca de la cadera y presentar una forma irregular se cree que esta especie de anillo sería un adorno para el pelo colocado, por ejemplo, en el extremo de una trenza que colgaría tras la espalda o sobre un hombro.

Todos estos datos han convertido el hallazgo en uno de los más importantes de la Edad del Bronce, no solo por ser el más antiguo de su tipo descubierto en la región, sino porque a la vez nos muestra la gran extensión de las redes comerciales del II milenio a.C., que conectaban un pequeño pueblo de una zona relativamente remota con lugares tan alejados como Inglaterra.

Fuentes: nationalgeographic.com.es | une-tuebingien.de | 31 de mayo de 2021

Aníbal Clemente

Historia y Arqueología. Publicación digital de divulgación cultural.

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