Vuelven a estudiar el esqueleto de un soldado hallado en la playa de Herculano y enviado por Plinio el Viejo tras la erupción del Vesubio

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Un arqueólogo excava los restos del esqueleto del soldado romano durante la década de 1980. Foto: Parque Arqueológico de Herculano.

Los arqueólogos que hace cuarenta años excavaban en la playa cercana a Herculano se toparon, entre otros, con los restos de un hombre vestido de uniforme, con el rostro hundido en la arena y los brazos inclinados hacia adelante buscando protección. Era una de las trescientas víctimas a las que alcanzó la muerte mientras huían de la terrorífica erupción del monte Vesubio en el año 79 d.C.

Ahora, los arqueólogos han regresado a la antigua playa donde estas personas perdieron la vida para completar la excavación que tuvo lugar allí hace tanto tiempo. El objetivo de los nuevos trabajos será, entre otras cosas, exhumar el antiguo camino que conducía desde la playa hasta la majestuosa 'Villa de los Papiros' de Herculano, que fue propiedad del suegro de Julio César, Lucio Calpurnio Pisón Cesonino (su nombre deriva del descubrimiento de una biblioteca en la casa que conservaba 1.785 rollos de papiro carbonizados).

¿QUIEN ERA ESTE HOMBRE?

Uno de los aspectos más peculiares del yacimiento de Herculano es el hecho de que, en su caso, las condiciones de la erupción, debido a una interacción de flujos volcánicos que fue distinta a la de la cercana Pompeya, han permitido la conservación de numeroso material orgánico, desde muebles hasta telas.

En este contexto, el director del yacimiento de Herculano, Francesco Sirano (izquierda) ha estudiado los restos de una de las víctimas (catalogada por los arqueólogos como la número 26) que fue descubierta y documentada en la primera campaña de excavaciones en el yacimiento, en los años ochenta. Inicialmente identificado como un simple soldado, este hombre, que conservaba parte de su armadura y una especie de mochila rectangular colgada a su espalda en la que llevaba unas herramientas de carpintería, pudo haber jugado un importante papel en aquella tragedia. Alrededor de su cintura se descubrió, asimismo, un cinturón de cuero ricamente decorado con planchas de plata y oro, del que colgaba una espada, también decorada y provista de una hermosa empuñadura de marfil. Portaba también una daga bellamente decorada. Y junto al cadáver se descubrió un botín de monedas, doce denarios de plata y dos de oro en total, una suma considerable.

El esqueleto de Herculano tal como fue descubierto. Foto: Parque Arqueológico de Herculano.

"Pudo ser un oficial de la flota que participó en la misión de rescate lanzada por Plinio el Viejo para ayudar a la gente de los pueblos y villas enclavados en esta parte de la bahía de Nápoles", explica Sirano. Así, muy probablemente este hombre acudió a rescatar a los desesperados habitantes de Herculano, apiñados por centenares durante horas en la playa en el interior de los fornixes o contenedores para almacenamiento que normalmente se usaban para estibar redes y equipos de pesca. Pero las devastadoras oleadas de flujo piroclástico arrojadas por el volcán arrasaron con todo: casas, personas, animales y objetos a una velocidad de 80-100 kilómetros por hora, empujando a docenas de cadáveres al mar.

Restos de la espada y el cinturón que llevaba el militar. Foto: Parque Arqueológico de Herculano.

UN SOLDADO DE LA FLOTA

El análisis de los huesos del soldado ha revelado que tenía entre 40 y 45 años en el momento de su muerte, que estaba acostumbrado a la actividad física y que disfrutaba de buena salud. Pero si era un soldado ¿a qué cuerpo pertenecía? La idea de que estaba destinado en Herculano ha sido descartada, según Sirano, "porque no tenemos ningún informe sobre las guarniciones del ejército romano establecidas en la zona del Vesubio". Así que solo existen dos posibilidades: que fuera un pretoriano o un miembro de la flota de rescate enviada para salvar a los habitantes de Herculano. La presencia de pretorianos sí está documentada en la bahía de Nápoles y también en Pompeya en el siglo I d.C., añade el director, pero siempre con funciones especiales.

Sin embargo, hay dos elementos que, según los investigadores, parecen primar la hipótesis de que era un soldado de la flota: por un lado, la riqueza de su panoplia militar, que incluía armas muy similares a las encontradas en 1900 en una excavación en la villa de Bottaro, cerca de Pompeya, y que eran propiedad ​​al parecer de un oficial de alto rango o quizás incluso un almirante de la flota de Plinio el Viejo; y, por otro, los instrumentos de trabajo que llevaba en la mochila que cargaba a la espalda y que lo identificarían como un faber navalis, una figura muy importante en los barcos militares romanos: ingenieros y carpinteros altamente especializados. Y, por último, pero no menos importante, explica Sirano, está la considerable suma de dinero que llevaba consigo y el hecho de que sus huesos fueran encontrados a poca distancia de los restos de una embarcación militar.

Restos de algunas de las víctimas de la erupción del Vesubio en Herculano. Foto: iStock.

La excavación confirma, según Sirano, el gran interés arqueológico que tiene la antigua playa de Herculano, con un gran potencial para sacar a la luz nuevos elementos que contribuyan a una reconstrucción histórica y arqueológica de los cuerpos militares de la antigua Roma. Las nuevas excavaciones abarcarán un área de unos dos kilómetros y contarán con profesionales del Proyecto de Conservación de Herculano y expertos del Parque Arqueológico de Herculano.

Según los investigadores, las expectativas puestas en la nueva campaña de excavación, cuarenta años después de la primera, son altísimas. Así, a la espera de que se completen los trabajos de restauración de las armas del soldado de Herculano y den comienzo los nuevos trabajos arqueológicos en el yacimiento, todas las hipótesis permanecen abiertas.

Fuente: nationalgeographic.com.es | 12 de mayo de 2021

Aníbal Clemente

Historia y Arqueología. Publicación digital de divulgación cultural.

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