Descubren dos bóvedas del anfiteatro romano de Toledo en las obras de una vivienda
Arqueólogos trabajando en los restos del antiguo anfiteatro romano encontrado en Toledo. PeriódicoCLMToledo no para de sorprender. Si hace solo unos días se descubría un tramo de muralla de origen Omeya y tres nuevas torres, este lunes han aparecido dos bóvedas pertenecientes a lo que fuera el anfiteatro romano de Toledo durante unos trabajos en una vivienda particular de la capital regional.
Así lo ha señalado la viceconsejera de Cultura y Deportes, Ana Muñoz, que se ha desplazado a la zona para comprobar la importancia de este hallazgo. Los restos se han encontrado durante los trabajos de rehabilitación que se están realizando en una vivienda de la calle Honda, en el barrio toledano de las Covachuelas, un lugar emblemático para los expertos que ya conocían la existencia del anfiteatro.
Según ha explicado Ana Muñoz, se trataría de dos bóvedas que en su día estarían adosadas a un muro con el fin de poder soportar la estructura del graderío del anfiteatro. «Aunque los restos que han aparecido deben ser estudiados, los primeros indicios apuntan a que pertenecen al periodo Alto Imperial romano», ha señalado.
La viceconsejera de Cultura y Deporte, Ana Muñoz, acompañada de los propietarios del solar donde se han descubierto las bóvedas romanas. Foto: Consejería de Educación, Cultura y Deporte de Castilla-La Mancha.
Muñoz ha explicado que en la zona de las Covachuelas, donde se han hallado las bóvedas en un solar particular, «nunca se había excavado tanto como en esta ocasión, pero debido a que en los trabajos de la vivienda se 'han bajado' más de lo habitual, se han podido encontrar los restos a cinco metros de profundidad». El trabajo sobre los restos arqueológicos está siendo dirigido por Samuel Rodríguez y Manuel Peces.
La viceconsejera ha añadido que se trata de «un descubrimiento muy relevante» que viene a poner de manifiesto la importancia que tenía la capital regional en el mundo romano. Aunque es evidente que Toledo contaba con un circo situado extramuros de la ciudad, y prueba de ello son los restos que se conservan, «no teníamos constancia de restos significativos de la presencia de un anfiteatro y con el hallazgo que se ha producido hoy tenemos la certeza sobre dónde estaba ubicado».
Ana Muñoz ha añadido que «con este descubrimiento se afianzan las teorías sobre la relevancia de 'Toletum' en la época romana, ya que solo disponían de este tipo de edificaciones destinadas al uso lúdico las ciudades importantes».
¿Hubo #anfiteatro en #Toledo? ¡Sí! En el actual barrio de Covachuelas, pero por desgracia no lo preservamos. Os dejamos una imagen ideal de cómo se vería desde el aire (junto al Hospital Tavera). pic.twitter.com/SI4ST5mbnF
— DescubreToletum (@DescubreToletum) October 16, 2020
De forma paralela, Cultura ya ha hablado con el Ayuntamiento de Toledo y con el Consorcio de la ciudad y espera poder mantener una reunión los tres esta misma semana con el objetivo de «sentarnos y pensar un poco, y planificar, que es fundamental en la gestión del patrimonio», ha indicado Muñoz.
Al ser un hallazgo "muy relevante", que viene a confirmar la ubicación del anfiteatro romano del que hasta ahora solo había indicios, la viceconsejera ha señalado: «creo que es una decisión que tenemos que tomar entre todos, tiene que ser consensuada, pensada y, sobre todo, bien planificada por el bien del patrimonio y de la historia de Toledo».
«Es una pequeña sección del anfiteatro y gracias a ella, con estudios, se podría saber la extensión del graderío. Es un descubrimiento muy importante porque nos permite documentar restos in situ y eso nos puede dar mucha información: orientación, altura, dimensiones, ubicación de la arena...», explica Rebeca Rubio, decana de la Facultad de Humanidades y una de las mayores especialistas en el Toledo romano, la cual también tiene muy claro que si se optara por la opción de conservación «hay que apoyar al propietario».
Planta, alzado y situación del anfiteatro de Toledo según A. Rey Pastor
En el siglo XVII, el sacerdote Cristóbal Lozano, en su libro ‘Los Nuevos Reyes de Toledo’, hacía referencia al anfiteatro diciendo que «el barrio de las Covachuelas tomó ese nombre por las muchas cuevas que allí hubo y que cada día se descubren», procedentes de la estructura romana». Además, apuntaba a que tenía «catorce gradas en contorno», un tamaño considerable que, pese a todo, está más que en duda.
Y es que, los estudios del anfiteatro romano de Toledo lo sitúan como uno de los más pequeños en extensión de Hispania, con un aspecto similar al de Segóbriga, conservado hasta nuestros días.
Vista de las obras donde se han encontrado las dos bóvedas del anfiteatro romano de Toledo. EFE.
Rebeca Rubio, en su trabajo ‘El circo romano de Toledo y la Vega Baja en época romana’, reseña que el anfiteatro ya es situado en la calle Honda tanto por Amador de los Ríos padre como por su hijo, a mitad del siglo XIX, así como por el geógrafo Alfonso Rey Pastor en 1932, «en una zona con excelente accesibilidad y aprovechando el pronunciado desnivel natural del terreno para apoyar las gradas de más de la mitad del edificio». Rey Pastor fue más allá y planteó unas posibles dimensiones del edificio, situándolo en unas medidas máximas «de 80x50 metros».
Además, hay que destacar, de cara a encontrar más restos en la zona, que en 1906, tal y como indica el investigador Mariano Maroto Garrido en su obra ‘Fuentes documentales para el estudio de la arqueología de la provincia de Toledo' (1991), se procedió a la voladura de muchas partes del anfiteatro que provocaron el desplazamiento de grandes piezas que, con posterioridad, se han ido descubriendo por la zona.
Fuentes: abc.es | periodicoclm.publico.es | latribunadetoledo.es | 4 de mayo de 2021
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