Excavaciones en el Patio de los Naranjos arrojan el gran edificio cristiano previo a la Mezquita de Córdoba
Excavaciones abiertas en el Patio de los Naranjos - Fotos: Valerio MerinoEl Cabildo de la Mezquita-Catedral de Córdoba ha mostrado los primeros resultados de las excavaciones que se llevan a cabo en el Patio de los Naranjos dirigidas por el profesor de la Universidad de Córdoba, Alberto León, y por el arqueólogo titular del monumento, Raimundo Ortiz. Los primeros resultados, aún en clave de hipótesis, muestran, como elemento más relevante, los restos de la fachada de un gran edificio que ya estaba levantado en el siglo V, que formaba parte de un complejo aún mayor y que fue posteriormente monumentalizado.
Lo primero que hay que explicar es que las ideas simples cada vez se llevan menos. La interpretación tradicional es que antes de la Mezquita hubo una iglesia, San Vicente, y que previamente hubo un espacio de la Córdoba romana, probablemente una calle.
Las tesis más aceptadas actualmente es que, con carácter previo a la construcción de la Mezquita, el espacio estuvo ocupado por un conjunto de edificios ligados a los obispos de la época tardoantigua: un complejo episcopal de época visigoda. Una tipología de construcción muy extendida que consta de tres elementos fundamentales: una basílica, un batisterio y el palacio del obispo con algunas instalaciones añadidas de uso civil.
Esta última parte es el hallazgo más relevante. Hasta el momento, se han cubierto dos fases de la excavación y se prepara ya una tercera. El proyecto pretende volver a excavar todo lo que estudió Félix Hernández hasta el año 1934, accediendo a zonas que el arquitecto no llegó a tocar. Toda la zona se encuentra en la parte occidental del Patio de los Naranjos. Es decir, en la parte más cercana a la actual calle Torrijos.
El proceso de investigación ha documentado con las técnicas de la arqueología de hoy los elementos enunciados por Hernández o que éste pasó por alto. Por tanto, se tienen ya los elementos más destacados de la etapa previa, probablemente un barrio romano de viviendas. También la fachada principal del ese edificio que estaba totalmente levantado en el siglo V y al que se accedía desde un espacio porticado cuyos capiteles se conservan en el Museo Arqueológico de Córdoba.
En el proceso de investigación se han recabado datos que aseguran que la fachada no daba paso a un edificio diáfano que es el modo lógico de construir una iglesia. Durante el proceso de monumentalización, explicó León, se dotó al edificio de un ábside o exedra cuyos restos han conservado las dimensiones que tuvo. Se entraba por una puerta de unos cuatro metros y estaba dividido en estancias. Se le otorga una fuerte relevancia ideológica que llevó a su destrucción. Ya en etapa islámica se cegó. Recibió un tratamiento especial.
En el actual momento de la investigación, puntualizan una y otra vez los responsables del proyecto, se trabaja con la hipótesis de que fuera un edificio ligado a usos de representación. Resumiendo, el lugar donde el obispo de la época recibía a otras autoridades y realizaba las amplísimas funciones que entonces tenía encomendadas.
Las excavaciones han permitido conocer el desarrollo posterior de los acontecimientos. En concreto, una etapa de arrasamiento de las que se han salvado algunos elementos del pavimiento (de mármol) y un mosaico. A partir de ahí, se han documentado los cimientos del primer alminar que tuvo la Mezquita Aljama que, como es sabido, es fruto de un ambicioso programa de sucesivas ampliaciones que se inicia con el templo fundacional de Abderramán I.
Los cimientos han mostrado una edificación que pudo llegar a tener unos 20 metros de altura. También se ha documentado un pozo ciego con restos de animales, ninguno de los cuales es un cerdo, lo que ha llevado a pensar en que sea uno de los raros ejemplos de restos hallados entre 711 (fecha de la invasión musulmana) y 785 (el del inicio de la construcción de la Mezquita).
Una de las cuestiones sobre la que no se tiene respuesta es qué obispo u obispos de Córdoba fueron los responsables de la construcción del complejo. No se ha hallado, de momento, epigrafía alguna. Lo que sí se tiene claro, dijeron los responsables, es que responde a un conjunto que, pese disponer de distintas orientaciones, formaba parte de un plan de urbanización conjunto.
En el interior de la Mezquita, se encuentran restos que se han identificado por otros investigadores con la zona litúrgica de San Vicente. Los arqueólogos responsables del proyecto no creen que se pueda asegurar ni descartar. Lo que sí tienen claro es que formaban parte de un conjunto de varias edificaciones.
El Cabildo Catedral de Córdoba, dueño del monumento y templo, ha decidido abrir las excavaciones al conocimiento público en lo que el portavoz del órgano catedralicio, José Juan Jiménez Güeto, calificó como un ejercicio de transparencia. No es habitual que el promotor de un proyecto dé acceso al mismo y a estas excavaciones se está invitando a guías turísticos, estudiantes universitarios o periodistas. La clave radica en el debate abierto por una serie de investigadores que niegan la existencia misma de San Vicente, de una ocupación cristiana previa a que la Mezquita de Córdoba fuese construida.
Fuente: abc.es | 6 de abril de 2021
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