El cruce con neandertales y denisovanos ayudó a adaptarse a los primeros habitantes de Oceanía

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Islas de Papúa Nueva Guinea. Los investigadores analizaron los genomas de 317 personas indígenas de Oceanía para reconstruir una historia de migración a través de la vasta región insular. MARC DOZIER.

Hace unos 45.000 años, los humanos modernos que salieron de África y recorrieron Eurasia terminaron por establecerse en islas de la región del Pacífico como Papúa Nueva Guinea, el archipiélago de Bismarck y las Islas Salomón, una zona biogeográfica conocida como Oceanía Cercana.

Decenas de miles de años después, hace solo unos 3.200 años, las personas alcanzaron las islas de la Oceanía Lejana, entre las que se encuentran Micronesia, Santa Cruz, Vanuatu, Nueva Caledonia, Fiji y Polinesia. Esta es una de las conclusiones de un estudio publicado ahora en la revista Nature.

“Los humanos modernos llegaron desde África a Oceanía Cercana muy pronto. No hubo ninguna otra migración hasta al menos 30.000 años más tarde. Esta segunda migración, que empezó hace 5.000 años en Taiwán, fue la que pobló por primera vez Oceanía Lejana hace solo unos 3.000 años. Esta migración tardía está asociada a la expansión de las lenguas austronesias”, explica a SINC Lluis Quintana-Murci (izquierda), investigador español en el Instituto Pasteur del CNRS en Francia y autor principal del trabajo.

El equipo internacional de científicos trató de determinar cómo fue la historia adaptativa y demográfica de estos primeros humanos que poblaron Oceanía. Para ello, los investigadores analizaron los genomas de 317 individuos actuales de 20 poblaciones repartidas por la región del Pacífico.

Sus hallazgos revelan que el acervo genético de los antepasados ​​de las personas de Oceanía Cercana se redujo antes de que se asentaran en la región, y que las poblaciones divergieron hace entre 40.000 y 20.000 años. Más tarde, después de la llegada de los pueblos indígenas a lo que ahora es la isla de Taiwán, hubo episodios recurrentes de mezcla con las poblaciones de Oceanía Cercana entre islas.

“Se piensa que fue un momento donde el transporte marítimo llegó a su punto álgido. Los humanos llegaron a Polinesia, que forma parte de la Oceanía Lejana, hace solo entre 1.000 y 700 años”, añade Quintana-Murci.

Casa sobre pilotes en la isla de Nueva Bretaña en Papúa Nueva Guinea. / Marc Dozie.

La herencia genética de neandertales y denisovanos

El análisis genómico arroja también luz sobre la evolución humana en esa región, sobre cómo diferentes especies de homínidos se mezclaron, y cómo los nuevos habitantes de Oceanía se adaptaron a vivir en entornos insulares.

Según la nueva investigación, se produjeron múltiples encuentros sexuales con neandertales (Homo neanderthalensis) probablemente en Asia continental, como en Oriente Medio, por ejemplo, y con denisovanos en el sudeste asiático.

Quintana-Murci y sus colegas detectaron cuatro introducciones separadas de distintos tramos de ADN denisovano en poblaciones oceánicas. La introducción más reciente, entre la gente Agta de Filipinas, ocurrió hace unos 20.000 a 25.000 años. Esos resultados sugieren dos cosas interesantes sobre este misterioso ancestro humano, dice Quintana-Murci: “Primero, los denisovanos pueden haber vivido hasta hace relativamente poco tiempo”, dice, “y segundo, no podemos hablar de los denisovanos como un grupo homogéneo. En cambio, lo mejor que podemos hacer es llamarlos 'relacionados con Denisova' ”.

“La parte neandertal y denisovana que tienen hoy las poblaciones del Pacifico es una herencia de estos encuentros en Eurasia”, aclara el científico.

Diagrama: Los humanos modernos recibieron al menos cuatro pulsos de diferentes grupos relacionados con Denisovan. Las fechas recientes de la introgresión de Denisovan que detectamos en las poblaciones de Asia oriental y Papúa indican que estos humanos arcaicos pudieron haber persistido hasta 25.000 - 21.000 años atrás.

Los resultados muestran así que el porcentaje de ADN neandertal es homogéneo en todas las poblaciones del Pacífico, mientras que el de denisovanos varía mucho más, entre el 0 % y el 3,2 %. Pero el trabajo evidencia sobre todo de qué manera estos humanos arcaicos contribuyeron al ADN de los habitantes actuales de Oceanía.

“Los neandertales aportaron a los humanos modernos mutaciones beneficiosas con respecto a muchos fenotipos diferentes como la pigmentación y el desarrollo neuronal”, detalla el investigador. A esto se unen otros fenotipos dermatológicos, y la respuesta antiviral. “Los neandertales nos pasaron mutaciones que hoy están asociadas com la susceptibilidad a la enfermedad por covid-19”, continúa.

En cambio, la aportación de los denisovanos está prácticamente toda asociada a la respuesta inmunitaria contra los patógenos, que permitió a estos primeros colonizadores del Pacífico adaptarse a sus nuevos hogares en las islas.

“El mestizaje con neandertales y denisovanos fue en general algo que nos ayudó (y en muchos casos continúa ayudándonos) a estar mejor adaptados al ambiente en el que vivimos frente al clima, a los patógenos, etc.”, concluye Quintana-Murci.

Fuentes: agenciasinc.es | sciencemag.org | 14 de abril de 2021

Aníbal Clemente

Historia y Arqueología. Publicación digital de divulgación cultural.

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