Arkeologi Museoa recorre los últimos siglos de la historia de la arqueología vasca en la exposición 'Sobre espaldas de Gigantes'
La exposición pretende mostrar la historia de la arqueología vasca, desde los primeros estudios realizados en el siglo XVIII hasta la actualidad a través de más de cien piezas originales. “Sobre espaldas de gigantes” rinde un homenaje a la labor realizada por todas las generaciones de arqueólogos y arqueólogas precedentes y sobre cuyas investigaciones se fundamenta el conocimiento en la actualidad. La muestra se podrá visitar en el Arkeologi Museoa de la Diputación Foral de Bizkaia hasta el 7 de noviembre de 2021 y las visitas guiadas comenzarán el 1 de abrilLa exposición "Sobre espaldas de Gigantes" que acoge el Arkeologi Museoa recorre los últimos siglos de la historia de la arqueología vasca a través de más de cien piezas originales expuestas en función de la fecha de su hallazgo, lo que es reflejo del patrimonio que en cada época se ha valorado.
La diputada de Euskera, Cultura y Deporte, Lorea Bilbao Ibarra, y el director del Arkeologi Museoa, Iñaki García Camino, han inaugurado esta mañana la muestra que podrá visitarse hasta el 7 de noviembre de 2021.
En la presentación la diputada ha destacado que “desde la Diputación Foral de Bizkaia consideramos imprescindible conocer nuestros orígenes, indagar en la historia en todos los ámbitos de nuestra vida. A lo largo de la historia ha habido grandes Gigantes que nos han descubierto aspectos importantes de nuestro pasado, de lo que fuimos”.
A través de los materiales expuestos en "Sobre espaldas de Gigantes" se muestra la historia y el desarrollo de la arqueología en la Comunidad Autónoma Vasca, en la Comunidad Foral de Navarra y en el País Vasco transpirenaico, desde las primeras referencias y estudios hasta los tiempos actuales. Esta muestra da a conocer, además, las distintas fases del desarrollo de la arqueología vasca: desde los pioneros hasta la actualidad, pasando por la escuela de Barandiaran, que dio carácter científico a la disciplina. Para realizar este viaje, en la exposición se presentan los materiales arqueológicos que han sido descubiertos en cada fase o periodo. Todo ello contextualizando dichos hallazgos en el marco de las corrientes y tendencias historiográficas de cada momento.
Lo más destacado de la historia de la arqueología vasca en cinco unidades expositivas
La exposición está organizada en cinco unidades expositivas que muestran el desarrollo de la arqueología, incluso siglos antes de que se convirtiera en disciplina de carácter científico a comienzos del siglo XX. Desde entonces, han ido cambiando los métodos y técnicas de conocimiento y también las preguntas que distintas generaciones de arqueólogos han formulado sobre el pasado en función de las preocupaciones sociales del tiempo que les ha tocado vivir.
Cada unidad se ilustra con los materiales recuperados en cada una de las fases en que se ha dividido la exposición.
La primera corresponde al periodo en el que la arqueología era poco más que coleccionismo y en el que se recuperaron y valoraron piezas de gran valor como el mosaico del caballo del hipocausto hallado en Iruña y que puede verse en la exposición, o la cubierta del sepulcro de Argiñeta, traída de la ermita de San Adrián en Elorrio.
Entre 1916 y 1936, la arqueología adquirió reconocimiento científico de mano de Barandiaran, Eguren y Aranzadi quienes excavaron numerosos dólmenes en Aralar y distintas cuevas en Bizkaia y Gipuzkoa, recogiendo objetos, huesos humanos y de animales por constituir las huellas de nuestros antepasados y no por ser objetos estéticamente bellos. Así, la exposición alberga un yunque de piedra de Bolinkoba (Dima) utilizado hace 15.000 años para construir herramientas o una asta de ciervo de Santimamiñe de la que se extrajeron varillas para fabricar arpones, punzones o azagayas.
Se cierra la sección expositiva con una vitrina de la cueva de Urteaga en la que estaba excavando Barandiaran cuando estalló la Guerra Civil y se vio obligado a exiliarse. En ésta podremos ver uno de los cráneos que sirvieron para describir los caracteres físicos del tipo vasco, junto a una plaqueta y un canto decorado con figuras de animales dibujados con un trazo casi imperceptible.
Con Barandiaran en el exilio, los estudios sobre prehistoria se estancaron en el País Vasco, sin embargo, en Navarra y en menor medida en Araba se estudiaron más de una docena de yacimientos de la Edad de Hierro, como los poblados de Peña Saco en Fitero o El Alto de la Cruz en Cortes, de los que podemos ver cinco recipientes de cerámica en la muestra.
En 1953 regresó Barandiaran del exilio y continuó la labor interrumpida por la guerra, reactivando las investigaciones prehistóricas y formando a una nueva generación de arqueólogos como Jesús Altuna, Juan María Apellániz, Ignacio Barandiaran, o Armando Llanos. Durante este periodo en Navarra la arqueología de época romana adquirió madurez gracias a la labor de una gran arqueológa M.A. Mezquiriz que investigó los orígenes de Iruña, la vieja Pompaelo de época romana.
En las vitrinas de los descubrimientos del periodo podremos ver cuentas de collar de Txotxinkoba (Gizaburuaga) y hachas de piedra pulimentados de los dólmenes de la Galupa (Karrantza, Bizkaia) o de las cuevas sepulcrales de Kobeaga (Ispaster) o Ereñuko Aristi. Quien visite la exposición se encontrará también con hachas de bronce que constituyen los primeros testimonios de metalurgia en el País Vasco y, lo que es más extraño, un molde de fabricación de estas hachas encontrado en Aralar. También hay que destacar una cajita de cerámica decorada de la Hoya (Araba).
La última unidad de la exposición abarca de 1980 hasta la actualidad. La fecha de inicio viene marcada por la creación de las instituciones autonómicas y forales que asumieron competencias en la gestión del Patrimonio Cultural fomentando un mayor conocimiento y reconocimiento de nuestro Patrimonio. Ello provocó nuevas intervenciones y, sobre todo, nuevas formas de conocimiento más acordes a la sociedad del momento y que permiten analizar el pasado desde diferentes perspectivas.
En las vitrinas de la muestra veremos un espectacular, por su tamaño, cuenco de terra sigillata, del siglo II encontrado en Iruña; una delicada aceitera de vidrio del siglo XV, unas monedas empleadas al final del imperio romano y escondidas en un lugar de Rigoitia, un peine de madera decorado de la Plaza del Castillo, unos anillos de oro y plata de las necrópolis de Aldaieta y Dulantzi, incluso unas sencillas llaves de Zarautz que pueden ser interpretadas desde la arqueología de la producción, de género o del conflicto, abriendo nuevas perspectivas de investigación y, en definitiva, creando un discurso histórico poliédrico y enriquecedor.
A partir del 1 de abril se harán visitas guiadas a la exposición y en septiembre se publicará el catálogo en la serie los ’Cuadernos del Arkeologi‘, en el que se recogerán no sólo las fichas técnicas de todas las piezas expuestas, sino también cuatro artículos en el que cuatro especialistas harán un recorrido por la historia de la arqueología vasca, destacando las hipótesis e investigaciones que provocaron los descubrimientos y el avance de conocimiento.
Más de cien piezas procedentes de distintos museos vascos cedidos para la ocasión
La exposición es resultado de la colaboración entre museos y centros de depósito de materiales arqueológicos de las comunidades autónomas del País Vasco y Navarra. Junto con el Arkeologi Museoa, coordinador de la muestra, participan en el proyecto el Bibat de la Diputación Foral de Álava, Gordailua de la Diputación Foral de Gipuzkoa, el Instituto Príncipe de Viana del Gobierno de Navarra y el Museo de Oiasso en Irún.
Los contenidos y selección de piezas han sido elaborados por los equipos técnicos de los citados centros de arqueología para esta muestra.
Mujeres del Paleolítico
La exposición rompe también con el sesgo de género en la evolución humana. Desde el paleolítico hasta la Edad de los Metales, las mujeres no solo realizaron tareas de reproducción y manutención, a las que tradicionalmente se les ha vinculado, sino que participaban también en los trabajos fuera del ámbito doméstico.
En la exposición, una vitrina llama la atención sobre lo que se denomina la arqueología de género. "Generalmente, inconscientemente relacionamos los objetos con hombres o mujeres, cuando en realidad no es así. Los adornos, por ejemplo, eran un símbolo de distinción que podían llevar tanto hombres como mujeres. Al igual que objetos de trabajo que se asociaban solo a hombres... Esta exposición también pretende ser una reflexión reivindicando el papel de la mujer en la prehistoria", explicó Iñaki García Camino.
Fuente: euzkadinoticias.es | 11 de febrero de 2021
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