Un estudio de la Universidad de Granada determina que las huellas dactilares aportan pistas sobre los autores de las pinturas rupestres
Una de las huellas prehistóricas o paleodermatoglifos hallada en el abrigo de Los Machos - Francisco Martínez-Sevilla¿Hay algún modo de saber quién pintaba en las cavernas y abrigos prehistóricos escenas de caza y símbolos cuyo significado ya no recordamos? ¿Quién invocaba a los animales o los espíritus mediante representaciones? ¿Quién pudo narrar mitologías o escenas vividas en abrigos, refugios y cuevas, en tiempos de bonanza o de incertidumbre? El arte rupestre es, por fuerza anónimo, pero hay algo en esas figuras tan depuradas de esta primera manifestación artísitica de la activdad humana que lo convierte en uno de los vestigios primitivos que más curiosidad despierta y más difusión ha logrado hasta hoy.
Científicos de varias universidades han planteado un cambio fundamental en el estudio de las pinturas parietales primitivas. Hasta ahora, las investigaciones de los paleontólogos han tendido a centrarse más en el arte que en los artistas. En un nuevo proyecto científico se han dado los pasos que la tecnología pone a nuestra disposición para comprender qué miembros de la sociedad primitiva participaron en la creación de dicho arte. El dato es crucial para interpretar sus implicaciones sociales, incluso espirituales, y las de los lugares recónditos en los que frecuentemente se encuentra.
Los Machos, en la vertiente este del Cerro de Jabalcón - UGR - Archivo.
Fotografía del panel de arte esquemático de Los Machos y B) Fotografía con procesamiento mediante el software ImageJ®. / R. G.
Un hombre y una mujer
Todo empezó con el análisis de dos huellas dactilares descubiertas entre el arte rupestre pintado en el citado refugio rocoso Los Machos . Al observar las crestas de esas huellas, que pueden reflejar el sexo y la edad de una persona, identificaron a dos artistas prehistóricos: un hombre que tenía al menos 36 años y una mujer joven o menor de entre 10 y 16 años, o, más probablemente, un individuo juvenil, que podría ser femenino o masculino.
Como explica Francisco Martínez Sevilla (izquierda), investigador de la UGR y la Universidad de Alcalá de Henares, “esta identificación de dos individuos de diferente edad o sexo abre nuevas perspectivas en la interpretación del arte rupestre y nos habla del contexto social en el que se produjo, donde destaca la participación de diferentes miembros de la comunidad. Este trabajo demuestra que la representación en estas pinturas rupestres no estaba limitada a un conjunto concreto de edad o sexo”.
El tipo de arte analizado es el conocido como «esquemático», propio de la cuenca mediterránea y diferente del practicado en la cornisa Cantábrica o las cuevas de la actual Francia. También es posterior, entre el 4500 y el 2000 a. C.
“En este trabajo hemos realizado un estudio interdisciplinar del panel de 'arte esquemático' del abrigo de Los Machos. El 'arte esquemático' es uno de los tres estilos definidos para la península ibérica, junto al'arte levantino' y el 'arte macroesquemático', para la Prehistoria reciente. El esquematismo es un estilo pictórico que aparece en la toda la Península y que se data desde el Neolítico Antiguo a la Edad del Cobre (mediados del VI al III a.C.)”, indica el investigador.
Se pintaba con los dedos para conseguir los trazos que resumen figuras humanas y los círculos y motivos geométricos «probablemente relacionados con la vida cotidiana, y son la materialización de elementos simbólicos entendidos por las comunidades que habitaron el área alrededor de Los Machos», según publican en Antiquity. «El verdadero valor del arte rupestre radica en cómo representa una expresión directa de los procesos de pensamiento de las personas que lo crearon. Estas personas a menudo no aparecen en las discusiones sobre sitios de arte rupestre», añade.
Calco del panel de arte rupestre de Los Machos y detalle de las huellas dactilares identificadas. / R. G.
Las características de las huellas difieren. Los hombres tienden a tener las crestas de sus huellas dactilares más amplias que las mujeres, por ejemplo, mientras que la distancia entre las crestas aumenta desde la niñez hasta la edad adulta, lo que ayuda a deducir la edad. Basado en estas evidencias científicas, el equipo ha aplicado por primera vez ese conocimiento a los paleodermatoglifos.
¿Por qué se pensó entonces que los artistas debían ser exclusivamente hombres? Para empezar por la presencia de escenas de caza. Pero hay otro tipo de pinturas que rodean los cuerpos de los animales. Hasta hace poco no se había empezado a romper esa suposición ampliando la mirada sobre el objeto de estudio. Ahora ya se ha estudiado, por ejemplo, la morfología de las manos cuya impronta dejaron sobre los muros de las cuevas los pintores de Francia y el Cantábrico. El resultado de dicho estudio arrojó la conclusión de que el arte rupestre en varias cuevas francesas y españolas tiene un 75% de siluetas de manos femeninas.
Improntas de manos en la cueva del Castillo - ABC
Y de las manos a los dedos. El análisis de huellas dactilares que se introduce aquí como novedad puede ayudar a los investigadores a desafiar otras suposiciones sobre los artistas prehistóricos. «La investigación sobre la autoría, utilizando la metodología aplicada aquí, podría revelar más complejas dimensiones sociales en otros sitios de arte rupestre en todo el mundo», escribe el equipo en Antiquity.
En conclusión, las huellas dactilares que desde hace más de un siglo se utilizan para atrapar delincuentes o espías y que últimamente hemos convertido en la llave del ordenador o el modo de desbloquear el smartphone, pueden ayudarnos ahora a viajar al pasado remoto para descubrir quiénes fueron los artistas rupestres prehistóricos.
Fuentes: abc.es | granadahoy.com | 14 de septiembre de 2020
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