Descubren el crematorio más antiguo de Oriente Próximo en Israel, con más de 9.000 años
Excavación en Beisamoun, Israel.
Un grupo de arqueólogos y antropólogos dio con el caso más antiguo de cremación en el Próximo Oriente del que se tenga certeza hasta el día de hoy, localizado en el asentamiento neolítico de Beisamoun, actual Israel.
Dentro de lo que fue una hoguera se encontraron los restos de un joven adulto, 355 fragmentos de huesos humanos calcinados y mezclados en un pozo con un sedimento de cenizas, cuyo estado de deterioro no permitió determinar el sexo del individuo.
A: Mapa de la pira de cremación; B: Identificación de los bordes superiores del pozo y excavación en curso de su cuarto sureste. C: Detalles de un trozo de muro enlucido de barro (ref 3142-12; copyright L. Teira). D: Detalle del cuarto noreste del pozo durante la excavación. Se ve un fragmento de pared derrumbada dentro del pozo (estrella).
También se encontraron trazos de una punta de flecha de sílex que permaneció incrustada en la base de la escápula izquierda, aunque se observó que el hueso perforado del hombro se había remodelado alrededor de los fragmentos de roca y el área de la herida parecía haberse curado, por lo que no habría sido esa la causa de la muerte del guerrero.
Punta de proyectil incrustada en la escápula izquierda. A: Modelo visto desde atrás que muestra la ubicación y dirección de entrada de la punta del proyectil dentro del hueso (triángulo rojo; copyright: Alexmit Can Stock Photo Inc). B: Vista anatómica posterior del fragmento de espina escapular conservada. C: Vista anatómica inferior-posterior del fragmento de espina escapular. Note el hueso curado alrededor de la punta del proyectil. D: Detalle de la punta del proyectil (copyright A. Legrand). E: Adquisición fotogramétrica de la vista anatómica inferior (copyright R. Brageu). F: Detalle de la rotura en flexión del segmento proximal de la punta del proyectil (copyright R. Brageu). G y H: imagen 3D: la punta del proyectil incrustada en el hueso es completamente visible; se confirma la remodelación completa del hueso cortical (copyright F. Edon y D. Beloeil).
El hallazgo fue publicado en la revista científica PLOS ONE, por un equipo multidisciplinario liderado por la arqueóloga y antropóloga del Centro Nacional de Investigación Científica francés Fanny Bocquentin.
La arqueóloga y antropóloga francesa Fanny Bocquentin lideró al equipo que desenterró y analizó los restos de un guerrero cremado hace 9.000 años en el actual Israel (ARSCAN).
"En Beisamoun, las prácticas de cremación aparecen al final de una tradición local milenaria de enterrar a los muertos dentro del asentamiento", dice el informe, que describe "una redefinición del lugar de los muertos en el pueblo y en la sociedad".
"En el período Neolítico de la cerámica posterior, en general, los entierros son muy escasos en el Levante Sur, lo que atestigua un cambio claro en el tratamiento de los muertos y un posible cambio en las creencias", plantea la investigación, que sitúa ese cambio en el manejo funerario de los adultos alrededor del año 6.500 a.C.
Imagen de huesos in situ: A: Segmento de esqueleto axial: costillas y vértebras expuestas en el centro de la estructura. B: Coxal derecho in situ; conservado casi completo por un pedazo de muro de barro colapsado. C: Cuatro falanges proximales del pie derecho que se encuentran directamente debajo del coxal derecho. Crédito: Bocquentin et al, 2020 (PLOS ONE, CC BY).
Según el análisis de los restos óseos, el cuerpo cremado fue colocado sentado sobre la pira y fue expuesto a temperaturas de hasta 700 grados centígrados, por lo que algunos huesos quedaron carbonizados. "Los restos silíceos de algunos vegetales revelan la presencia de plantas con flor. Cualquiera que sea su función (como combustible, ornamento, fragancia), dan testimonio del momento del año en que murió esta persona", exponen.
Otras cinco cremaciones fueron halladas en el asentamiento de Beisamoun: dos fueron totalmente desenterradas, otras dos lo fueron parcialmente y una resultó dañada por una máquina excavadora.
Pero hay una salvedad. Todos los hallazgos previos representan conjuntos de huesos seleccionados que habían sido recogidos junto con algunas cenizas de una pira. Ningún cuerpo había sido encontrado en un pozo profundo revestido de barro, como este joven guerrero.
Una sección del sitio de Beisamoun donde el pozo de la pira es visible Crédito: © mission Beisamoun.
No solo los ritos funerarios del Neolítico son diversos y complejos. Los actos de cremación ya fueron registrados en yacimientos de Jordania y Siria. Según los estudios, se trataban de huesos quemados y no de un cuerpo entero y fresco como ha sido el caso esta vez. La cremación supuso por lo tanto otra etapa en el rito funerario. Cuenta Bocquentin que es probable que los sacaron tras ser enterrados y descompuestos y los quemaron. Por otra parte, una de sus alumnas fue al sur de Beisamoun y excavó unas 200 tumbas consciente de que podía toparse con restos humanos calcinados. No encontró ni uno. “Eso indica que entre el Levante Norte y el Sur había diferencias de tradición. ¿Por qué? No sabemos”, explica la científica.
Para los investigadores, el descubrimiento también es muy importante desde el punto de vista de la importancia del difunto dentro de la sociedad de la época. Sin embargo, y pese a su antigüedad, no se trataría del crematorio más antiguo del mundo: ese honor corresponde al lago Mungo, en la región australiana de Nueva Gales del Sur, y se remonta a unos 26.000 años de antigüedad.
Fuentes: lanacion.com.ar | phys.org | elpais.com | 13 de agosto de 2020
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