Hallan en Israel conchas perforadas de forma natural utilizadas como uno de los primeros adornos en el Paleolítico Medio

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Conchas de la cueva Qafzeh en las que se estudió su uso y desgaste. Crédito: Bar-Yosef Mayer et al, 2020.

Los humanos antiguos recogían conchas perforadas expresamente para unirlas como cuentas a modo de adorno. Así lo recoge un estudio publicado en la revista de acceso abierto PLOS ONE por Daniella Bar-Yosef Mayer (izquierda),de la Universidad de Tel Aviv, e Iris Groman-Yaroslavski (derecha), de la Universidad de Haifa, ambas en Israel.

Las conchas son una de las formas más antiguas en que los humanos se han adornado y expresado, con ejemplos de ensamblajes de conchas recogidos deliberadamente en yacimientos humanos que datan de hace 160.000 años en África del Norte, Sudáfrica y el Mediterráneo Oriental.

Las conchas de un yacimientos del Paleolítico mediterráneo, la Cueva Qafzeh (datada hace 120.000 años) están todas perforadas de forma natural. Este hecho contrasta con las conchas no perforadas encontradas en un antiguo yacimiento cercano, la Cueva Misliya. Por tanto, es posible que estas conchas se recolectaron expresamente para unirlas como cuentas.

Mapa de los enclaves donde se han encontrado el uso de conchas y la ubicación de las cuevas de Misliya y Qafzeh. Abajo a la izquierda: área de excavación de la cueva Misliya y estratigrafía.

La metodología del estudio

Para investigar la posibilidad de una suspensión deliberada y crear cadenas de cuentas de concha, Bar-Yosef Mayer y Groman-Yaroslavski recolectaron la misma especie de conchas perforadas (Glycymeris). Con ellas simularon ese uso potencial y el desgaste presente en las conchas originales.
Primero desgastaron sistemáticamente las conchas contra diferentes materiales como cuero, arena y piedra para producir una serie de patrones de desgaste. Posteriormente, colgaron las conchas en cuerdas hechas de lino salvaje para identificar patrones de desgaste propios de la suspensión en cuerdas. Luego compararon estos patrones de desgaste con los de los depósitos originales de la Cueva Qafzeh.

El análisis microscópico de las cinco conchas de la cueva Qafzeh mejor conservadas reveló rastros consistentes con los creados en las conchas simuladas a través del contacto con una cuerda. El estudio también apuntó rastros de contacto de concha contra concha. Esto indica que las conchas colgaban muy juntas. Cuatro de las cinco conchas originales también revelaron rastros de un tratamiento de coloración ocre.


Conchas de la Cueva Misliya: A: Conchas de función simbólica: a, b, c, f: Glycymeris nummaria; d,e: Cerastoderma glaucum. B: Otras conchas de moluscos que fueron transportadas a la cueva: a,b: Patella caerulea; c: Potamidas conicas; d: Melanopsis lampra; e: Donax trunculus [Crédito: Oz Rittner / Bar-Yosef Mayer et al, 2020]

Los humanos modernos recolectaban conchas de berberecho sin perforar con fines simbólicos

No es posible determinar el significado simbólico preciso de la hebra de cuentas de concha halladas en la Cueva Qafzeh. Sin embargo, el hecho de que las conchas bivalvas sean un sello distintivo frecuente en los sitios paleolíticos proporciona una idea de su importancia.
Además, la presencia de una cuerda parece sugerir que no solo era importante la recolección de conchas, sino que la capacidad de mostrar las mismas a los demás también tenía su importancia. Como uno de los primeros ejemplos de objetos perforados colgados mediante cuerdas, las conchas de la Cueva Qafzeh también nos acercan a comprender los orígenes de la tecnología de fabricación de cuerdas, probablemente entre 160.000 y 120.000 años atrás.

Cueva Misliya, en Israel, ubicada a 90 metros por encima del nivel del mar forma parte de una serie de cuevas prehistóricas localizadas en las laderas occidentales del Monte Carmelo, y donde también se descubrió una mandíbula que data de hace entre 200.000-175.000 años. (Mina Weinstein-Evron, Universidad de Haifa)

Bar-Yosef Mayer agrega: “Los humanos modernos recolectaban conchas de berberechos sin perforar con fines simbólicos hace 160.000 años o antes. Y, alrededor de hace 120.000 años, comenzaron a recoger conchas perforadas y llevarlas colgadas mediante una cuerda. Concluimos, por lo demás, que las cuerdas, que tenían muchas aplicaciones, se inventaron dentro de este periodo de tiempo”.

Las dos investigadoras sugieren que los collares de conchas pueden indicar el estado social de un individuo o incluso servir de conjuro. Su papel social es significativo, posiblemente marcando la posición del usuario en las redes de parentesco, el estado civil y la afiliación grupal. Pueden incluso haber servido como un tipo de conjuro para alejar el mal de ojo.

Fuentes: archaeologynewsnetwork.blogspot.com | timesofisrael.com | 8 de julio de 2020

Aníbal Clemente

Historia y Arqueología. Publicación digital de divulgación cultural.

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