Excrementos fosilizados confirman que había humanos en Norteamérica hace 12.400 años
Un miembro del equipo de investigación lleva a cabo trabajos en Paisley Caves, Oregon. Crédito: Dr. John Blong, Universidad de NewcastleUn equipo dirigido por la Universidad de Newcastle, Reino Unido, ha utilizado el análisis de coprolitos antiguos (excrementos fosilizados) para identificar que tales muestras, procedentes uno de los sitios "pre-Clovis" más famosos, las Cuevas de Paisley, en Oregon, Norteamérica, contenían biomarcadores fecales humanos.
Sus resultados significan que los arqueólogos pueden confirmar que los primeros humanos conocidos en las Américas eran de una cultura anterior a la cultura Clovis, la cual se remonta a más de 12.000 años.
Durante la mayor parte del siglo XX, se pensó que los primeros habitantes de las Américas pertenecían a un solo grupo conocido como "Clovis" que dejó grandes herramientas de piedra distintivas en el registro arqueológico. Si bien ahora se ha aceptado, en gran medida, que hubo varios grupos presentes en el continente americano antes de la cultura Clovis, la datación de los sitios "pre-Clovis" ha sido difícil, ya que las herramientas de piedra a menudo no se encuentran asociadas con material que pueda datarse por radiocarbono.
Foto: Heces fosilizadas halladas en la Cuevas de Paisley, Oregón.
Aunque la datación por radiocarbono de las heces fosilizadas encontradas en las Cuevas de Paisley -12.400 años antes del presente- mostró que las personas que vivían allí eran más antiguas que la cultura Clovis, y que además se comprobó que usaban herramientas de piedra muy diferentes, ha habido mucho polémica sobre los datos de ADN que han proporciondo las heces o coprolitos hallados.
El ADN antiguo, especialmente de los humanos, se ha convertido en una técnica popular para observar movimientos de poblaciones. Sin embargo, el ADN antiguo encontrado en sedimentos y coprolitos todavía es considerado por algunos como una forma poco fiable de identificar si determinadas personas vivían en un lugar en particular, ya que los científicos no tienen una buena comprensión de qué tan bien se conservan y cómo se mueven dentro de los sedimentos. Esto ha llevado a un debate sobre la idoneidad del ADN encontrado en las cuevas de Paisley, ya que se sabe que corrientes de agua se han movido periódicamente a través de dichas cuevas.
(A) Ubicación de las Cuevas de Paisley en el oeste de la Gran Cuenca. (B) Ubicación espacial de los coprolitos en la cueva 5. (C) Perfiles estratigráficos en la cueva 5.
Como quiera que los humanos y los animales producen diferentes tipos de lípidos -grasas como el colesterol en el intestino- el equipo de investigación, que también involucró a científicos y arqueólogos de las universidades de Bristol, en el Reino Unido y Oregón, en EE. UU., llevó a a cabo un estudio -publicado en Science Advances- de las trazas de los lípidos, a fin de identificar si procedían de humanos, perros u otros animales.
La Dra. Lisa-Marie Shillito (izquierda), profesora de la Universidad de Newcastle, dijo: "La cuestión de cuándo y cómo las personas se establecieron por primera vez en las Américas ha sido un tema de intenso debate. Al utilizar un enfoque diferente, hemos podido demostrar que hubo poblaciones pre-Clovis presentes en el área de la Gran Cuenca, con lo cual se resuelve este debate de una vez por todas".
Entorno cambiante
Los biomarcadores en una de las muestras revelaron que había una mezcla de lípidos y ADN de perros y humanos, lo que sugiere que los perros estaban consumiendo heces humanas. "Sabemos que los perros hacen esto hoy, y el hecho de que tengamos perros haciéndolo en las Cuevas de Paisley es una evidencia realmente fuerte de que los mismos fueron domesticados y vivían junto a las personas", agrega la Dra. Shillito.
Entrada a la cueva número 5 de las Cuevas de Paisley donde se hallaron los excrementos fosilizados
Esta circunstancia, y el hecho de que los coprolitos se encontraran junto con material bien conservado empleado para hacer canastas, está ayudando a los investigadores a comprender mejor a estos primeros colonos de las Américas y su forma de vida.
"Hasta ahora, el debate se ha centrado mucho en responder cuándo y cómo llegó la gente al continente americano", dice la Dra. Shillito. "Como resultado, las condiciones de la naturaleza imperante de la primera ocupación ha recibido relativamente poca atención, en términos de comprender la relación entre estas poblaciones humanas tempranas y su entorno. Queremos saber más sobre tales personas. Este fue un momento en que el entorno natural era muy diferente y cambiaba rápidamente. Queremos saber cómo se adaptaron a este cambio, qué estaban comiendo y cómo evolucionaron con el tiempo".
Fuente: Newcastle University | 15 de julio de 2020
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