Hallazgo excepcional: descubren más de cien grabados paleolíticos en una cueva de Tarragona
Imagen de los grabados hallados en L'Espluga de Francolí, Tarragona.
Un "santuario paleolítico" con más de un centenar de representaciones de arte rupestre figurativo y abstracto, de hace unos 15.000 años, ha sido descubierto en una cueva de L'Espluga de Francolí (Tarragona).
Según han informado este viernes el Departamento de Cultura de la Generalitat y el Instituto Catalán de Paleocologia Humana y Evolución Social (IPHES) "es un hallazgo excepcional que marca un hito en la historia de la arqueología catalana".
Los grabados se encuentran en la Cova de la Font Major de L'Espluga de Francolí y fueron localizados por el investigador del IPHES, Josep María Vergès, en una campaña de excavación arqueológica el 30 de octubre de 2019, aunque el hallazgo no se ha hecho público hasta hoy.
Foto: Algunas figuras presentan erosión por el paso del tiempo.
Estilo de las pinturas
La mayoría de las representaciones se pueden atribuir, por su estilo, al Paleolítico Superior, y más concretamente al período Magdaleniense, de hace unos 15.000 años, si bien algunas pueden ser ligeramente más antiguas, y otras podrían relacionarse con el Neolítico y etapas más recientes, según los investigadores.
Los conjuntos de arte rupestre conocidos hasta ahora en Cataluña son de época postpaleolítica, unos miles de años más recientes, por lo que los investigadores consideran el descubrimiento como un hito en la historia de la arqueología catalana. Además, por el número y calidad de las representaciones, es uno de los conjuntos más significativos de la denominada provincia paleolítica mediterránea.
Los grabados se crearon sobre una capa de limos arenosos blandos, dentro de los conglomerados en los que se formó la cueva, en una zona de difícil acceso y de reducidas dimensiones. La escasa consistencia del soporte hace que se puedan estropear o incluso borrar con el mínimo contacto si no se tiene mucho cuidado, y, de hecho, diversas figuras se encuentran estropeadas y otras han desaparecido, motivo por el cual no se pueden visitar en la actualidad.
A raíz del descubrimiento, se ha constituido un equipo formado por técnicos especializados del Departamento de Cultura y de investigadores del IPHES, encargado de documentar este santuario mediante tecnología 3D, que permite no tocar las paredes y facilita al mismo tiempo el estudio y la conservación de los grabados.
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