Hallan en Atenas decenas de tablillas de maldición de 2.500 años de antigüedad en un pozo de agua

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Tabilla con una maldición contra la recién casada Glykera, centrándose en su vagina, y realizada por una mujer celosa de su matrimonio. Crédito: Dra. Jutta Stroszeck / Instituto Arqueológico Alemán.

Un equipo de arqueólogos encontró decenas de tablillas de maldición en un antiguo pozo de agua en Atenas, informa The Haaretz. Las pequeñas tablillas contienen inscripciones con antiguas maldiciones e "invocan a los dioses del inframundo".

El pozo, ubicado en el área de Kerameiko, sirvió como cementerio principal de Atenas hace unos 2.500 años. En la actualidad, fue excavado por primera vez en 2016, durante investigaciones sobre el suministro de agua a una casa de baños, a unos 60 metros más allá del Dipylon, la puerta de la ciudad en el camino a la Academia platónica. A pesar de más de un siglo de excavaciones en Kerameikos, el pozo no había sido excavado antes.
Tumbas en la sección clásica de la necrópolis de Kerameikos en Atenas. Crédito: Dr. Jutta Stroszeck / Instituto Arqueológico Alemán.

En aquel momento, expertos del Instituto Arqueológico Alemán en Atenas encontraron dentro del pozo un tesoro consistente en los más diversos artefactos, incluyendo tazas (skyphos), recipientes para mezclar vino (crátera), lámparas de arcilla, ollas de cocina, ollas especiales de arcilla de boca ancha para extraer agua, monedas y una caja de baratijas de madera. Pero el descubrimiento más emocionante fueron las 30 tablillas con maldiciones, hechas en plomo, que habrían envenenado el agua.

Una figura y un modelo de sarcófago hecho de plomo se encontraron en el fondo del pozo. Siglo V a.C. Crédito: Instituto Arqueológico Alemán.

Las tablillas fueron documentadas científicamente utilizando "imágenes de transformación de reflectancia", una nueva técnica de visualización digital que permite a los investigadores estudiar incluso las inscripciones más pequeñas grabadas en las caras de los artefactos. Los arqueólogos esperan obtener, en última instancia, el nombre de la ninfa del pozo, la naturaleza de las maldiciones y si los objetivos de los maleficios eran algunos de los famosos atenienses que vivían en la ciudad a finales del siglo IV a.C.

Nicho en el fondo del pozo. Crédito: Dr. Jutta Stroszeck / Instituto Arqueológico Alemán

¿Cómo terminaron en ese pozo?

Durante la época de Demetrio de Falero, quien gobernó Atenas entre los años 317-307 a.C., se promulgó una legislación que administraba los cementerios y se creó una nueva oficina de magistrados para supervisar el cumplimiento de la ley con respecto a las llamadas 'artes negras' o 'artes oscuras' (artes mágicas destinadas a provocar daño en cualquier persona), las cuales estaban mal vistas en Atenas. Una de las nuevas leyes prohibió la colocación de hechizos en las tumbas (se habían encontrado 35 en las tumbas de Kerameikos en excavaciones anteriores) y el público respondió al nuevo decreto lanzando tablillas de maldiciones a los pozos.

Quizás esto sucedió porque los ríos y los pozos no solo se consideraban protegidos por ninfas, sino que también se creía que proporcionaban "acceso directo" al inframundo, según explicó Jutta Stroszeck (izquierda), del Instituto Arqueológico Alemán, quien añade que "La persona que ordenaba una maldición nunca se menciona por su nombre, solo el destinatario"

"El agua, y en particular el agua potable, era sagrada en la religión griega, y estaba protegida por las ninfas, las cuales podían volverse muy traviesas cuando su agua era maltratada. Para apaciguar a estas diosas emocionalmente precarias, se arrojaban al pozo ofrendas como recipientes en miniatura que contenían líquidos y otros regalos.", detalló Stroszeck, agregando que "arrojar una tablilla de maldición a un pozo significaba 'activarla'".


Tablilla de plomo con un hechizo contra Pytheas et al., ordenado por un oponente del mismo en un tribunal de justicia ateniense. Crédito: Dra. Jutta Stroszeck / Instituto Arqueológico Alemán.

Razones para maldecir

Los arqueólogos dicen que había cuatro razones principales en la Antigua Grecia para maldecir a alguien: ganar una demanda (maldiciendo la lengua y las manos del oponente, por ejemplo), tener éxito en los negocios (maldiciendo a orfebres, banqueros, prostitutas y proxenetas, etc.), vencer en competencias deportivas e imponerse en cuestiones generales de amor y odio.
Los antiguos griegos generalmente contrataban escritores profesionales de maldiciones, que, según se creía, tenían poderes sobrenaturales. Por lo general, las tablillas de maldición se doblaban y perforaban con un clavo de hierro, y algunas veces eran clavadas en el ataúd de madera de un fallecido.

Tableta maldita en forma de hígado, Kerameikos. Crédito: Dr. Jutta Stroszeck / Arco Alemán.

Debido a la superstición reinante de que las almas de ciertos tipos de muertos (un niño, una persona soltera joven, o alguien que hubiera muerto con violencia, como víctimas de asesinato o bajas de guerra) permanecían activas alrededor de las tumbas por un tiempo después de la muerte, las mismas se creía eran portadoras adecuadas para llevar las maldiciones al inframundo, donde con suerte los dioses ctónicos harían lo que se les pedía.

Fuentes: actualidad.rt.com | haaretz.com | 5 de febrero de 2020

Aníbal Clemente

Historia y Arqueología. Publicación digital de divulgación cultural.

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