Encuentran evidencias de un enfrentamiento entre los primeros agricultores del Neolítico en la cueva de Els Trocs, en los Pirineos
Ubicación de la entrada de la cueva Els Trocs / foto H. Arcusa MagallónEn el yacimiento de la cueva Els Trocs, en los Pirineos (San Feliu de Veri, Bisaurri, Huesca), grupos rivales de agricultores primitivos migrantes o de agricultores y cazadores-recolectores indígenas chocaron violentamente alrededor del año 5300 a.C. Este choque resultó una masacre de los agricultores de Els Trocs. La violenta reacción fue posiblemente desencadenada por la xenofobia o las disputas masivas por los recursos o privilegios, según un estudio publicado en Nature.
El estudio se ha realizado bajo la dirección del profesor Manuel Rojo (izquierda), de la Universidad de Valladolid, y de José Ignacio Royo (derecha), arqueólogo del Gobierno de Aragón, y las investigaciones antropológicas son fruto de una cooperación con las universidades de Krems (Austria), Basilea (Suiza), UAM y el Incipit del CSIC.
La cueva de Els Trocs se halla en medio de un altiplano, donde se eleva una montaña con la entrada de la cueva en su ladera. Además de los restos materiales de sus antiguos ocupantes, como herramientas de cerámica y piedra, contiene huesos de animales domésticos y salvajes masacrados, así como restos óseos humanos de niños y adultos. Los 13 individuos identificados hasta ahora pueden asignarse a tres fases diferentes de ocupación del Neolítico que están muy separadas en el tiempo. Por lo tanto, estos “entierros” no son un grupo que compartió un único destino común.
Situación de Els Trocs / foto H. Arcusa Magallón
Los investigadores centraron el análisis en nueve individuos (cinco adultos y cuatro niños) de la ocupación más temprana de la cueva hacia 5.326–5.067 a.C., cuyas fechas de radiocarbono se agrupan estrechamente y todos ellos muestran rastros de violencia peri y post mortem. El estudio del genoma de las víctimas de la matanza indica que dos de ellos (un varón de unos 30 años y un niño de unos 6) son padre e hijo. Los otros tres niños tienen madres diferentes, cuyos genomas no se han detectado en el resto de huesos.
Así pues, los individuos de esta fase I se distinguen por estar separados cronológicamente por más de 1.000 años de los de la fase II y por presentar un conjunto específico y único de lesiones que sugieren un episodio singular de conflicto del que fueron víctimas estos individuos.
Los adultos presentan lesiones consistentes por disparos de flecha en el cráneo. Los niños y los adultos muestran además rastros de una violencia contundente similar en el cráneo y en todo el esqueleto. El uso de armas de proyectiles como arcos y flechas en situaciones de conflicto se evidencia no sólo por los arcos del cercano asentamiento contemporáneo de La Draga, sino también por las pinturas rupestres de este período que representan varios tipos de actos violentos. Además de los rastros directos e inequívocos de violencia, esta evidencia indirecta apoya la suposición de que los individuos de Els Trocs fueron víctimas de una masacre.
Para José Ignacio Royo (él y Héctor Arcusa son los especialistas aragoneses que participan en la investigación), la reconstrucción de los hechos permite varias hipótesis. "No nos atrevemos a decir que se trató de una matanza ritual. Parece que fueron heridos con flechas en las inmediaciones de la cueva, y que posteriormente fueron introducidos en ella, donde continuaron los golpes y las heridas incluso después de muertos", señala. La violencia de estas agresiones lleva a Manuel Rojo a calificarlas como una "segunda ejecución". "Un frenesí asesino. Es como si, además de quitarles la vida, hubieran querido eliminar hasta su recuerdo", añade Royo. Señales encontradas en los huesos de las víctimas llevaron a los investigadores hace años a pensar incluso en posibles actos de canibalismo, algo que ahora descartan.
Imagen de distintos restos humanos entre el pavimento de cerámicas de la primera ocupación de la cueva. Heraldo.es.
La importancia del conflicto violento que se presenta aquí radica en la temprana evidencia de violencia intencional en el período Neolítico. Las fuentes existentes datan los primeros eventos de violencia colectiva, de los que fueron víctimas comunidades enteras de asentamientos, en Europa Central a finales del VI y principios del V milenio a.C. Los violentos acontecimientos en Els Trocs no tienen paralelo ni en España ni en el resto de Europa en esa época. Otro rasgo inusual es la remota ubicación geográfica del sitio, lejos de las primeras rutas migratorias neolíticas de la península ibérica, que se encuentran en la costa o a lo largo del valle del Ebro, respectivamente.
Los análisis genéticos poblacionales caracterizan a las víctimas de Els Trocs como los primeros migrantes del Neolítico, miembros de las comunidades que establecieron la agricultura y la ganadería en la Península Ibérica. Podrían representar a los miembros mayores y a los hijos de una comunidad neolítica más amplia que, separados del grupo principal, pasaban los meses de verano en los Pirineos en el curso de la trashumancia estacional, es decir, la migración de ganado.
Evidencias de lesiones por arma en los huesos analizados / foto T. Schuerch
Los autores de la masacre podrían haber sido cazadores-recolectores indígenas que vieron cómo el grupo neolítico invadía sus territorios de forrajeo. Alternativamente, puede haber sido un altercado entre dos grupos neolíticos en el que se intensificaron las disputas sobre los derechos territoriales. Este razonamiento considera como motivo que el terreno en el que tuvo lugar el evento violento es una meseta que ofrece múltiples recursos.
Es posible que se tratara de un grupo local que todavía vivía tradicionalmente como forajidos, y que decidiera oponerse a los migrantes de manera decisiva y con toda su fuerza. O puede haber sido otro grupo neolítico, ya sea extranjero o local, que le disputaba a las víctimas de Els Trocs sus pastos de verano.
Escena de batalla en el abrigo de Les Dogues, Castellón / foto E. López Montalvo.
Els Trocs probablemente documenta una temprana escalada de violencia intergrupal entre personas de orígenes y visiones del mundo posiblemente diferentes, entre nativos y migrantes o entre rivales económicos o sociales. El conflicto transmite la impresión de una acción xenófoba; el tipo de agresión sugiere un choque entre grupos enemigos.
Según asegura José Ignacio Royo, el equipo de investigación ha decidido suspender de momento las excavaciones arqueológicas. "El volumen de información que nos está dando el yacimiento es enorme, y creeomos que ha llegado el momento de hacer balance y estudiar lo que hemos ido encontrando. Hay que tener en cuenta que en cada campaña de excavación sacamos entre 5.000 y 7.000 fragmentos de cerámica, que tenemos ya la mayor colección de huesos de animales del Holoceno de toda Europa... Excavar por excavar no nos lleva a nada. La cueva está bien protegida y creemos que ha llegado el momento de parar un poco y analizar lo que hemos encontrado", concluye.
Fuentes: labrujulaverde.com | elheraldo.es | 10 de febrero de 2020
It's probable that this was a local gang that had traditionally lived as outlaws and resolved to fight the invaders vehemently and forcefully. Another Neolithic group, possibly foreign or local, could have contested the victims of Els Trocs for their summer pastures. Keep up the good job! Continue to spread the word. Please take a peek at my website.
ResponderEliminarEl artículo en historiayarqueologia.com del 2020 resalta el descubrimiento de evidencias arqueológicas de un acontecimiento histórico significativo. Probablemente detalla los hallazgos y su importancia para comprender mejor el pasado. Los lectores pueden esperar una exploración fascinante de los detalles del descubrimiento y su contexto histórico. En conjunto, proporciona una ventana intrigante hacia el pasado y su relevancia para nuestra comprensión actual de la historia.
ResponderEliminardivorce process in new york city
This discovery is truly fascinating! The evidence of an ancient settlement offers a unique glimpse into the past and adds valuable insights to our understanding of history. Archaeological finds like these are crucial in uncovering the mysteries of ancient civilizations. It's incredible to think about the stories these artifacts could tell us about daily life in that era. I’m excited to see how this research evolves and what further discoveries will be made!
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