Descubren restos humanos de hace 7.000 años en Tagua Tagua, Chile
Un equipo de investigadores liderado por el Dr. Rafael Labarca, académico de la Escuela de Arqueología la Universidad Austral de Chile, sede Puerto Montt, descubrió nuevas evidencias de ocupación de grupos cazadores y recolectores antiguos de 7.000 y 12.600 años de antigüedad aproximadamente, en excavación arqueológica en lo que fue alguna vez la ribera de la laguna de Tagua Tagua, en la Región de O’Higgins.
“Hicimos sondeos en el sector de la ex laguna de Tagua Tagua para encontrar nuevas evidencias tempranas y documentar el ambiente y las variaciones que experimentó la zona al final del Pleistoceno y principios del Holoceno, hasta hace 20.000 años atrás y detectamos una posible ocupación humana, de unos 7.000 años, ya documentada, de cazadores-recolectores y otros restos que parecen ser de otro grupo mucho más antiguo”, cuenta Rafael Labarca (izquierda), doctor en arqueología de la Universidad Austral y líder de esta investigación, financiada por Fondecyt y la Municipalidad de Tagua Tagua y apoyado por la Fundación Añañuca.
La investigación que se concretó con una primera excavación de diez días en el mes de diciembre, luego de haberse realizado un primer escaneo con tecnología GPR (que permite detectar bajo la tierra formas que pueden ser hallazgos de grandes huesos fósiles), por científicos del Núcleo de Investigación en Riesgos Naturales y Antropogénicos (RiNA) de la Universidad Austral de Chile.
Asimismo, prospecciones mediante barrenos e inspecciones de perfiles expuestos, permitió definir un nuevo sector de interés paleontológico y arqueológico, denominado Tagua Tagua 3, en donde se practicó un sondeo en un reducido rectángulo de excavación de 2 metros por 1 metro extensión, donde se encontraron evidencias de ocupación humana presumiblemente datadas en torno a los 7.000 años de antigüedad a unos 80 cm de profundidad. Pero también en ese mismo lugar a 1,70 metros de la superficie actual, descubrieron dos instrumentos líticos, restos de carbón y huesos de fauna pequeña de una antigüedad estimada en torno a los 12.600 años de antigüedad, es decir hacia finales de la Edad de Hielo.
Las muestras de sedimentos obtenidos en la intervención serán enviados a Zaragoza, España, para realizar diversos estudios que permitirán reconstruir el ambiente durante los distintos momentos en que los grupos humanos se asentaron en la ribera de la laguna. Pero, además, se desarrollará un estudio con una nueva técnica denominada “Paleo ADN”, que permite poder evidenciar restos de ADN de animales y plantas que pudieran haber existido en esa época.
Actualmente el equipo de investigación liderado el Dr. Rafael Labarca, académico de la Escuela de Arqueología la Universidad Austral de Chile, sede Puerto Montt, está nuevamente a la zona para realizar una prospección con equipo GPR de RINA UACh, que permite un estudio geofísico del área para colaborar en la detección de posibles nuevos hallazgos arqueológicos y paleontológicos, para definir nuevos sectores de excavaciones en lo que fue la costa de esta laguna.
UNA DE LAS PIEZAS ENCONTRADAS POR EL GRUPO DE INVESTIGADORES.
La Laguna y sitio arqueológico
La localidad arqueológica elegida por los investigadores está ubicada en el valle del Cachapoal, Región de O’Higgins, a 13 kilómetros del centro urbano más próximo, la ciudad de San Vicente de Tagua Tagua. Se relaciona con una historia de hallazgos previos y se caracteriza por la alta variedad en evidencia arqueológica y paleontológica de diferentes periodos.
Su importancia para la prehistoria quedó en evidencia en 1841 cuando se excavara un canal para desecar la laguna Tagua Tagua, quedando a la vista gran cantidad de fósiles de mamíferos extintos, que hasta hoy se conservan en colecciones del Museo de Historia Natural. Posteriormente se realizaron estudios científicos en la década del 60 y 80 del siglo pasado, constatándose la presencia de dos ocupaciones humanas separadas por casi 5.000 años; la más joven en torno a los 7.000 años antes del presente y la más antigua comprendida entre los 11.600 y 12.600 antes del presente. En los sitios más antiguos se pudo constatar una asociación directa entre huesos de animales extintos y artefactos de piedra.
Según detalló el investigador de la U. Austral, Rafael Labarca, los nuevos trabajos buscan reconstruir la historia ambiental de la laguna durante los últimos 18.000 años, para conocer cómo el paisaje fue cambiando junto con el nivel del espejo de agua, cómo fue modificándose la existencia de diferentes tipos de animales y plantas en respuesta al cambio medioambiental, y cómo esto se relaciona con la ocupación humana.
El científico UACh destacó que el trabajo se vio facilitado por las investigaciones previas en el lugar, las que habían descrito en detalle la estratigrafía de la laguna, esto es qué tipo de sedimentos se encuentran en el subsuelo y a qué profundidad, así como la morfología de los instrumentos de piedra y su antigüedad.
Tras 30 años de inactividad científica en el lugar, en el mes de diciembre 2019, en un sector cercano al borde del canal, y entre los dos sitios anteriores, se realizó la nueva excavación la que permitirá continuar escribiendo la prehistoria de la laguna y su evolución en el contexto ambiental, investigación que continuará durante el año 2020.
Fuente: latercera.com| 14 de enero de 2020
Las muestras de sedimentos obtenidos en la intervención serán enviados a Zaragoza, España, para realizar diversos estudios que permitirán reconstruir el ambiente durante los distintos momentos en que los grupos humanos se asentaron en la ribera de la laguna. Pero, además, se desarrollará un estudio con una nueva técnica denominada “Paleo ADN”, que permite poder evidenciar restos de ADN de animales y plantas que pudieran haber existido en esa época.
Actualmente el equipo de investigación liderado el Dr. Rafael Labarca, académico de la Escuela de Arqueología la Universidad Austral de Chile, sede Puerto Montt, está nuevamente a la zona para realizar una prospección con equipo GPR de RINA UACh, que permite un estudio geofísico del área para colaborar en la detección de posibles nuevos hallazgos arqueológicos y paleontológicos, para definir nuevos sectores de excavaciones en lo que fue la costa de esta laguna.
UNA DE LAS PIEZAS ENCONTRADAS POR EL GRUPO DE INVESTIGADORES.
La Laguna y sitio arqueológico
La localidad arqueológica elegida por los investigadores está ubicada en el valle del Cachapoal, Región de O’Higgins, a 13 kilómetros del centro urbano más próximo, la ciudad de San Vicente de Tagua Tagua. Se relaciona con una historia de hallazgos previos y se caracteriza por la alta variedad en evidencia arqueológica y paleontológica de diferentes periodos.
Su importancia para la prehistoria quedó en evidencia en 1841 cuando se excavara un canal para desecar la laguna Tagua Tagua, quedando a la vista gran cantidad de fósiles de mamíferos extintos, que hasta hoy se conservan en colecciones del Museo de Historia Natural. Posteriormente se realizaron estudios científicos en la década del 60 y 80 del siglo pasado, constatándose la presencia de dos ocupaciones humanas separadas por casi 5.000 años; la más joven en torno a los 7.000 años antes del presente y la más antigua comprendida entre los 11.600 y 12.600 antes del presente. En los sitios más antiguos se pudo constatar una asociación directa entre huesos de animales extintos y artefactos de piedra.
Según detalló el investigador de la U. Austral, Rafael Labarca, los nuevos trabajos buscan reconstruir la historia ambiental de la laguna durante los últimos 18.000 años, para conocer cómo el paisaje fue cambiando junto con el nivel del espejo de agua, cómo fue modificándose la existencia de diferentes tipos de animales y plantas en respuesta al cambio medioambiental, y cómo esto se relaciona con la ocupación humana.
El científico UACh destacó que el trabajo se vio facilitado por las investigaciones previas en el lugar, las que habían descrito en detalle la estratigrafía de la laguna, esto es qué tipo de sedimentos se encuentran en el subsuelo y a qué profundidad, así como la morfología de los instrumentos de piedra y su antigüedad.
Otro aspecto que ayudó al éxito de la campaña fue el carácter multidisciplinario del equipo, ya que interrogantes como la composición de los sedimentos o la identificación de los distintos fósiles extraídos, eran discutidas y resueltas por los distintos especialistas. De esta manera, los paleontólogos y zooarqueólogos del equipo identificaron diversas especies de roedores, ranas, patos, taguas, reptiles y peces que habitaron allí y que murieron con o sin intervención humana.
Fuente: latercera.com| 14 de enero de 2020
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