José Farrujia y Alfredo Mederos critican la composición del comité de expertos sobre el origen de los guanches

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José Farrujia, con su último libro, ‘Identidad canaria’. | FRAN PALLERO

La creación del comité de especialistas para rastrear el origen de los guanches no pasó inadvertida desde que se anunció y, al poco, el historiador José Farrujia ya dejó claras sus discrepancias en las páginas de este periódico en un amplio artículo. En él, discutía sobre todo la composición del equipo y que se dejara fuera a museos o investigadores que apuntan a que, antes de las tribus bereberes, en Canarias, al menos en ciertas islas y por los descubrimientos más recientes, hubo asentamientos de otras civilizaciones. Por eso, censura que no se haya integrado a profesores como Carmen del Arco (catedrática de Prehistoria de la ULL que investiga restos arqueológicos en el islote de Lobos), Pablo Atoche (homólogo en la ULPGC) o Alfredo Mederos, de la Universidad Autónoma de Madrid.

En declaraciones a EL DÍA, Alfredo Mederos (izquierda), señaló el pasado viernes que la composición del equipo obedece a "algo normal, que es que la directora de Patrimonio busque a gente con la que ha colaborado en sus publicaciones". No obstante, remarca que es especialista en arte rupestre y que sobre el origen de los guanches o los primeros poblamientos de canarias hay otras visiones distintas a la de que fueron traídos por los romanos a finales del siglo I a.C. o principios del I d.C. Asimismo, subraya que muchas de estas tesis del equipo de Antonio Tejera Gaspar son meras hipótesis no contrastadas, como que los guanches desconocieran la navegación.

Mederos subraya que, en las dos últimas décadas, han aparecido pruebas de que se dieron poblamientos desde el siglo VI y en el III, al menos, en islas como Lanzarote y Tenerife, "sin descartar incluso etapas previas". No especifica si fueron fenicios, cartagineses o púnicos, pero sí subraya que hubo poblaciones de estas civilizaciones en distintos puntos del norte de África, también en Marruecos, en esos siglos. "No es que vinieran de Italia", recalca.

Eso sí, aclara también que ambas tesis no se anulan ni invalidan. "Esos poblamientos pudieron fallar y tiene lógica que, en islas como Tenerife y Gran Canaria, que son más ricas en recursos, hubiera más. Enfrente está esa tesis de investigadores que llamo aislacionistas, que creen que solo hubo una población que se asentó, en lo que yo llamaría modelo patera desde el Sáhara o Marruecos. Sin embargo, está constatado que, quizás con la duda de La Palma, en la etapa romana, en el siglo II y III d.C., ya estaban el resto de islas pobladas, pero, además, existen pruebas en Lanzarote desde el siglo VI a.C. y, en Tenerife, del III a.C. sin que hubiera imperio romano".

En su opinión, el problema actual es que, "desde 1993, el Gobierno regional dejó de dar dinero para investigaciones arqueológicas por inacción de CC y pese a su nombre. Cedieron las competencias a los cabildos, que sí tienen partidas, o daban dinero de forma discrecional. Además, ha faltado regularidad porque se pidió que los profesores que investigaran tenían que publicar sus resultados. Tejera Gaspar, por ejemplo, y aunque ha escrito libros de divulgación, no los ha hecho de investigación de campo y su única excavación es de los años 80 en el yacimiento de Rubicón (Lanzarote)".

Por eso, reclama al nuevo Gobierno, "y más con este cambio que ha habido, que reanude una política de publicaciones específicas sobre Canarias y financie excavaciones de manera regular, ya que, desde 1993, muchas han sido de emergencia y sin gran interés científico, bien porque una carretera iba a afectar a un yacimiento o por motivos así, pero en sitios que fueron utilizados durante muchos siglos, como pasó con la cueva de Bencomo".


Reconstrucción facial de una aborigen guanche a partir de los restos de un cráneo, textiles y de otras costumbres, como las trenzas. El Día

Mederos también cuestiona que se le dé tanta importancia a la parte genética. No le quita relevancia, pero considera que con los estudios genéticos nunca se podrá saber el origen de las primeras poblaciones en las Islas de manera definitiva o, por ejemplo, si esas poblaciones previas de las que hablan se mezclaron o permanecieron hasta las de origen bereber.

Reconoce que, en el islote de Lobos o en los yacimientos que apuntan a otras civilizaciones en Lanzarote o Tenerife, no han encontrado restos humanos, "pero es imposible determinar si se dio esa mezcla o no. Los fenicios y púnicos estuvieron en Tánger y Cartago, por ejemplo. La cerámica encontrada en Lobos procede del puerto de Cádiz y eso tiene mucha lógica porque era un puerto adonde llegaba gente de muchas procedencias diferentes, pero no basta con la genética, sino que se necesitan estudios históricos mucho más amplios".

"Las ánforas romanas encontradas, a las que no suele dársele mucha importancia, nos indican que hubo barcos que llegaron a las Islas entre el II y el VI d.C., ya en etapa bizantina, pero ¿cómo se puede demostrar que los guanches desconocían la navegación? ¿Por qué los trajeron los romanos y no se quedaron o asentaron? Son solo hipótesis que tratan de fijar que solo hubo un poblamiento y esos éramos nosotros, pero hubo muchos contactos en esa etapa y tampoco se le da relevancia a los hallazgos de cerámica romana".

A su juicio, y frente a Tejera Gaspar, sí que se produjo una involución entre los guanches, pero se produjo, sobre todo, desde el 600 d.C., "cuando se produce la conquista de los árabes del norte de África. Hubo un claro retroceso tecnológico y, desde entonces, el desarrollo es mucho más local o, incluso, insular, pero no hasta entonces".

Para este historiador, y en línea con Farrujia en su artículo, aún se está a tiempo de que, si existe voluntad real, el equipo de expertos creado por la Dirección de Patrimonio sea mucho más plural y quepa el disenso. Además, advierte de lo innecesario que resultaría un intento de buscar un consenso sobre una especie de "historia oficial" porque eso, al final, lo diluye la fuerza de los hechos y pruebas. De ahí que insista en que aún se está a tiempo y, sobre todo, insista en que el nuevo Gobierno debe reimpulsar las investigaciones arqueológicas y publicaciones de este tipo en las Islas para paliar la parálisis de los últimos 26 años, justa y curiosamente con gobiernos sucesivos de CC.

Fuente: eldia.es | 4 de noviembre de 2019

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¿Cabe una única visión del origen de los guanches?

Que las ciencias sociales (y cualquier otra) son producto de la historia y que lo que prima en cada momento son ciertos paradigmas científicos, pero cambiantes y alejados de verdades absolutas está bastante asentado, aunque, por pura intracoherencia, también esto resulta permeable a la crítica. La teoría de Thomas Kuhn sobre esos cuerpos de leyes, premisas y conclusiones no ha perdido vigor, pero, a la mínima, surgen situaciones que alimentan la polémica.

Hace pocos días, el Gobierno regional sorprendía al anunciar, desde la Dirección de Patrimonio, que creaba un comité de expertos integrado por 7 profesores bajo la dirección de Antonio Tejera Gaspar (izquierda) para un "ambicioso" proyecto investigador que dé respuestas al origen, etapas y evolución del poblamiento guanche de las Islas. La noticia chirriaba porque, en 32 años de cogobiernos con CC, no se había dado este paso, pero, además, ya han salido algunas voces críticas con la composición del equipo y porque temen que se parta de una única tesis para corroborarla casi como "historia oficial" sin que quepa el disenso.

El primer especialista que ha mostrado su malestar no con la idea, pero sí con los especialistas elegidos y esa supuesta "única verdad" es el historiador José Farrujia de la Rosa (ULL), quien en un artículo publicado el 26 de octubre en EL DÍA discutía buena parte de lo ocurrido con esta iniciativa. A su juicio, hay motivos para discrepar de la idea principal del equipo de Gaspar Tejera: que los guanches eran tribus bereberes del Norte de África que desconocían la navegación y que fueron traídos a las Islas (que tampoco se veían desde su ubicación en África) por los romanos entre el año 25 antes de Cristo y 25 d.C. En su opinión, "se confunde política, arqueología y pensamiento institucionalizado" al descartar posibles incursiones previas de fenicios u otras civilizaciones (cartagineses, púnicos...).


El equipo lo componen Juan Francisco Navarro (arqueólogo y profesor de la ULL que se encargará de la cronología); Rosa Fregel (profesora, entre otras materias, de Genética de la ULL); Irma Mora, fundadora de la Cátedra Cultural de Estudios Bereberes de la ULL; el arqueólogo y conservador del Museo de Arqueología de Tenerife, José Juan Jiménez; Juan Antonio Belmonte, doctor en Astrofísica y estudioso de la lengua jeroglífica egipcia, así como Antonio Chausa, profesor y experto en África continental de la ULL.

Indígena de La Gomera, según ilustración de Leonardo Torriani (1596). ELDÍA

En declaraciones a EL DÍA, Tejera Gaspar insiste en que esos integrantes los ha elegido él y la directora de Patrimonio, María Antonia Perera, para cuestiones muy concretas a analizar "en la primera etapa del proyecto, pues habrá otras luego. Se puede discutir si debe estar uno u otro, pero se sabe que, en todas las acciones humanas, eso es así. Están los que consideramos oportunos y seguramente habrá incorporación de otras personas". Según recalca, "en todo acto humano hay siempre disensión y críticas porque, felizmente, no hay pensamiento único, que se deja para gente como Franco. Los que estamos no opinamos todos igual, pero creo que las críticas deberían hacerse más cuando el trabajo ya esté terminado".

Eso sí, a su juicio resulta innegable el origen bereber de los guanches coincidente con el imperio romano. "Para mí, no hay ninguna duda. Hay otras personas con otra opinión, pero, desde hace 400 años, ya los cronistas e historiadores hablaron de los orígenes africanos de las Islas porque se habla el bereber, lengua emparentada con lo que hoy llamamos bereber o amazigh, escriben con la misma escritura, están emparentados y relacionados con los romanos... Es decir, hay una serie de hechos históricos, arqueológicos, culturales y antropológicos evidentes. Por supuesto que se puede opinar lo contrario, pero por eso hay una genetista o gente que estudia las escrituras líbico bereberes, un especialista en el África romana y otro en las cronologías". A su juicio, el objetivo de los romanos no se puede asegurar con rotundidad, pero indica que solían desterrar a poblaciones y preparar otros territorios para facilitar una posible expansión posterior, "como hicieron los portugueses con negros del Senegal en Cabo Verde".

"Desde que entré en la universidad en 1966 -ahonda-, aprendí que toda investigación es felizmente abierta y todo el mundo puede opinar. Nosotros, por ejemplo, publicamos el libro 'Bereberes contra Roma' y algunos han dicho que no interesa nada, pero otros lo creen estupendo". Sobre si hay dirección y fines políticos, se muestra tajante en el no. "Si le quieren buscar patas políticas, que lo hagan. Llevo trabajando sobre esto treinta y pico años. El impulso político lo da la directora, que es una arqueóloga interesada en esto desde hace muchísimo, pero, desde luego, no hay ninguna orientación política ni de ella ni del equipo. En absoluto".

Igual de contundente es sobre si se busca una especie de historia oficial: "Estoy acostumbradísimo a esto desde hace mucho. No sé qué es lo que llaman historia oficial; sé lo que es historia buena o mala. Además, si hay comentarios en contra y oposición, estupendo, pues eso significa que hay mucha gente interesada". En este sentido, remarca que lo que buscan en esta etapa es "comparar los hechos culturales muy característicos de la población canaria y el Norte de África. No entran cuestiones de organización social, antropológicas o religiosas, que quedan para otro momento".
"Vamos a las cosas más evidentes, contrastables y objetivas. Por ejemplo, comparar la escritura, la genética de ambas zonas y lo que queda hoy, las antiguas hablas y lo que ha permanecido. Asimismo, nos centraremos en la incidencia de los romanos en el Norte de África desde el 146 a.C. en el poblamiento de Canarias, que Alicia García y yo estudiamos en ese libro. Y más adelante se entrará, con otra gente, en estudios comparativos sobre costumbres, religión, organización social y otras manifestaciones arqueológicas".

"No hubo involución y sí guanches muy aislados"

El profesor también tiene claro que los guanches no conocían la navegación, que no sufrieron una involución por aislamiento, sino una adaptación a un medio muy difícil y que, eso sí, quizás cambiaron el metal por material lítico. Tras la conquista, remarca que los hubo casi sin contactos con los castellanos, al menos en el XVI, sobre todo en zonas "que interesaban poco" del Sur. También recalca que está "comprobadísimo" la continuidad de indígenas en documentos de matrimonios, que ya Colón se llevó a varios en su segundo y tercer viaje a América y que se vendió a muchos en la Península.

"El poblamiento se dio en no más de un siglo"

En lo que dice no tener ninguna seguridad es en si fue un poblamiento homogéneo o escalonado. "Sí creo que se dio en no más de un siglo por las cronologías, y trajeron las cabras, ovejas, cochinos y perros. Hay diferencias culturales entre las Islas porque ya en el Norte de África son enormes. Tampoco se sabe por dónde se dio primero, si por una isla u otra. También se especula sobre si hubo contactos entre los pobladores de las distintas islas, aunque está claro que desde Tenerife se ve Gran Canaria, La Gomera... O que el Teide se ve desde todas y hay hechos arqueológicos por muestras religiosas".

"Sin vínculos neolíticos de 2.000 o 3.000 años"

Tejera Gaspar considera que uno de los principales errores o mitos falsos sobre los guanches es que se trata de una población muy antigua. "Se les vinculó con culturas neolíticas de hace 2.000 o 3.000 años o con los míticos clásicos griegos, las islas de las Hespérides, la Atlántida... Felizmente, esto se ha superado desde hace tiempo, aunque, de alguna forma, todavía se mantienen estas viejas ideas entre alguna gente. Pero no, los griegos no, Platón no, ni Homero. Sostenemos que el poblamiento se dio entre el año 25 a.C. y 25 d.C., y esto ya lo dijeron investigadores como Álvarez Delgado".

Fuente: eldia.es | 4 de noviembre de 2019

Aníbal Clemente

Historia y Arqueología. Publicación digital de divulgación cultural.

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