Los filisteos, enemigos bíblicos de Israel, venían del sur de Europa, según un estudio de su ADN
En esta foto de archivo tomada el 28 de junio de 2016, un equipo de arqueólogos extranjeros extrae esqueletos en el sitio de excavación del primer cementerio filisteo que se encuentra en la ciudad costera israelí de Ashkelon. - Los antiguos huesos excavados en Israel y analizados en Alemania pueden haber roto el enigma de la procedencia de los filisteos y proporcionar por primera vez evidencia de los orígenes europeos del pueblo bíblico, dicen los investigadores. (Foto por MENAHEM KAHANA / AFP)Un equipo internacional liderado por científicos del Instituto Max Planck para la Ciencia de la Historia Humana y la Expedición Leon Levy ha recuperado y analizado datos de todo el genoma de personas que vivieron durante la Edad del Bronce y del Hierro (hace aproximadamente entre 3.600 y 2.800 años) en la antigua ciudad portuaria de Ashkelon (Israel), una de las principales ciudades filisteas durante la Edad del Hierro.
El equipo descubrió que una ascendencia derivada de Europa se introdujo en Ashkelon en el momento de la llegada estimada de los filisteos, lo que sugiere que los ancestros de los mismos emigraron a través del Mediterráneo, llegando a esta ciudad a principios de la Edad del Hierro. Este componente genético europeo fue posteriormente diluido por el acervo genético local del Levante durante los siglos siguientes, lo que sugiere una mezcla intensiva entre poblaciones locales y extranjeras. Tales resultados genéticos, publicados en Science Advances, son un paso muy importante hacia la comprensión de los orígenes -largamente disputados- de los filisteos.
Una arqueóloga tomando notas en un antiguo cementerio filisteo cerca de Ashkelon, Israel
Los filisteos son famosos por su aparición en la Biblia hebrea como los archienemigos de los israelitas. Sin embargo, los textos antiguos cuentan muy poco sobre sus orígenes, aparte de un recuerdo posterior de que los filisteos procedían de Caphtor (un nombre de la Edad del Bronce para la isla de Creta; Amós 9:7). Hace más de un siglo, los egiptólogos propusieron que un grupo llamado Peleset en inscripciones jeroglíficas de finales del siglo XII a.C., fueron los mismos que los filisteos bíblicos. Los egipcios afirmaron que el grupo Peleset viajó desde "las islas", atacando lo que hoy es Chipre y las costas turca y siria, intentando finalmente invadir Egipto.
Estas inscripciones jeroglíficas fueron la primera indicación de que la búsqueda de los orígenes de los filisteos debería centrarse a fines del segundo milenio a.C. De 1985 a 2016, la Expedición Leon Levy, un proyecto del Museo Semítico de Harvard, inició la búsqueda de su origen en Ashkelon, una de las cinco ciudades filisteas según la Biblia hebrea. Dirigido por su fundador, el difunto Lawrence E. Stager, y luego por Daniel M. Master, autor del estudio y director de la Expedición Leon Levy en Ashkelon, el equipo encontró cambios sustanciales en las formas de vida durante el siglo XII a.C. que conectaban con la llegada de los filisteos. Sin embargo, muchos expertos argumentaron que estos cambios culturales eran simplemente el resultado del comercio o de una imitación local de estilos extranjeros, y no el resultado de un sustancial de un movimiento poblacional.
Este nuevo estudio representa la culminación de más de 30 años de trabajo arqueológico y de investigación genética utilizando tecnologías de vanguardia, y en el mismo se concluye que la llegada de los filisteos al sur del Levante involucró un movimiento de personas desde el oeste durante la transición de la Edad del Bronce a la Edad del Hierro.
La "herencia" genética de los habitantes de Ashkelon durante la Edad del Bronce (ASH_IA2), la Edad del Hierro Temprana (ASH_IA1) y la Edad de Hierro Tardía (ASH_LBA). El color lila marca el "legado" de los cazadores-recolectores europeos, el color azul marca los residentes del Levante, y el color verde marca los residentes del territorio del moderno Irán. M. Fieldd et al. / Science Advances, 2019
Discontinuidad genética entre la gente de la Edad del Bronce y del Hierro en Ashkelon
Los investigadores recuperaron con éxito los datos genómicos de los restos de 10 individuos que vivieron en Ashkelon durante la Edad del Bronce y del Hierro. Estos datos permitieron al equipo comparar el ADN de las personas en esa ciudad y determinar cómo se relacionaban. Los investigadores descubrieron que los individuos en todos los períodos de tiempo derivaban la mayor parte de su ascendencia del acervo genético local del Levante, pero que los individuos que vivieron en la Edad del Hierro temprana en Ashkelon tenían un componente ancestral de origen europeo que no estaba presente en sus predecesores de la Edad del Bronce.
"Esta distinción genética se debe al flujo genético relacionado con Europa e introducido en Ashkelon, ya fuera al final de la Edad del Bronce o al comienzo de la Edad del Hierro. Tal momento está de acuerdo con las estimaciones de la llegada de los filisteos a la costa del Levante con base en los registros arqueológicos y textuales", explica Michal Feldman (izquierda), del Instituto Max Planck y una de las investigadoras del estudio. "Si bien nuestro modelo sugiere un conjunto genético del sur de Europa como una fuente plausible, el muestreo futuro podría identificar con mayor precisión las poblaciones que introducen el componente relacionado con Europa en Ashkelon".
Impacto transitorio del flujo genético "relacionado con Europa"
Al analizar individuos de la Edad del Hierro en Ashkelon, los investigadores encontraron que ya no se podía rastrear el componente relacionado con Europa. "En no más de dos siglos, esta huella genética introducida durante la temprana Edad del Hierro ya no es detectable y parece estar diluida por un acervo genético local del Levante", afirma Choongwon Jeong (derecha), del Instituto Max Planck y uno de los autores correspondientes del estudio.
"Mientras que, según los textos antiguos, la gente de Ashkelon en el primer milenio antes de Cristo seguía siendo filistea para sus vecinos, el carácter distintivo de su composición genética ya no estaba claro, tal vez debido a los matrimonios mixtos con grupos levantinos de su alrededor", señala.
"Estos datos comienzan a llenar un vacío temporal en el mapa genético del sur del Levante", explica Johannes Krause (izquierda), del Instituto Max Planck y autor principal del estudio. "Al mismo tiempo, mediante el análisis comparativo ampliado del transecto de tiempo genético de Ashkelon, encontramos que las características culturales únicas de la Edad del Hierro temprana se reflejan en una composición genética distinta en las personas durante el desarrollo de la Edad del Hierro".
Fuentes: phys.org | nmas1.org | debate.com.mx | 3 de julio de 2019
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