Hallan indicios en las proximidades de la ermita de Santa Ana (Jaén) de un santuario ibero

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Gruta donde estaría ubicado el posible santuario ibero.

Ante un posible e histórico hallazgo. La existencia de un santuario ibero en las proximidades de la ermita de Santa Ana (Jaén) es cada vez más evidente. La presencia de restos arqueológicos, la orientación y el enclave del lugar, son piezas esenciales que servirían para demostrar si se rindió culto pagano en el lugar, antes de la llegada e irrupción del catolicismo.

Los torrecampeños, amantes del patrimonio y la naturaleza, Juan Real y José Alcántara, junto al catedrático de Historia Medieval de la Universidad de Jaén y cronista oficial de la villa, Juan Carlos Castillo (izquierda), investigan, desde hace tiempo, la existencia del hipotético santuario ibérico, que estaría estrechamente vinculado con el cercano Oppidum de Cerro Miguelico, edificado entre los siglos VI y III a. C. Situado en una gruta cercana a la ermita de Santa Ana, en el margen derecho del conocido como camino viejo que comunicaba el poblado situado en el cerro con la importante vía que enlazaba las ciudades de Aurgi y Tucci, los iberos torrecampeños rendían culto en el lugar a una Diosa Madre pagana.

Juan Carlos Castillo siempre ha sospechado sobre la existencia de este santuario ibero en Cerro Miguielico, como así lo refleja en las actas del XII Congreso de Cronistas de la Provincia de Jaén, donde subrayó sobre esta gruta: “La elección de su emplazamiento no era banal ya que en los citados afloramientos rocosos se constata la presencia de una cueva natural de la que, en determinados periodos y épocas, sobre todo de abundantes precipitaciones, manaba un efímero manantial, cuya agua discurriría ladera abajo, formando una escorrentía superficial hasta desembocar en el principal curso fluvial de la zona, el Arroyo del Judío”.

Foto: Muralla del Oppidum de Cerro Miguelico.

En la actualidad, esta pequeña sima se encuentra muy erosionada y cubierta por una frondosa vegetación de higueras, zarzales y retamas, lo que dificulta su exploración y un estudio más detallado del posible santuario. En sus inmediaciones, los trabajos de prospección arqueológica han recuperado fragmentos de cerámicas de época ibero-romana que podrían estar relacionados con los vasos y recipientes donde se efectuaban las libaciones y que jugaban un importante papel en aquellos cultos ancestrales.

En opinión del catedrático de Historia Medieval de la UJA y cronista oficial de Torredelcampo: “Es necesario poner en valor de Cerro Miguelico, donde se encuentra el origen de la historia de la localidad y donde aún queda mucho por investigar y descubrir sobre aquellos primeros pobladores”.

La posible existencia de un santuario íbero en las proximidades de la ermita de Santa Ana de Torredelcampo demostraría que el culto a aquella Diosa Madre de los iberos ha perdurado a lo largo de los siglos, desembocando en el culto cristiano actual hacia Santa Ana. “Curiosamente la madre de la madre”, puntualiza Juan Carlos Castillo, quien considera la necesidad de acometer una investigación exhaustiva sobre el terreno que demuestre definitivamente la teoría de la existencia de este santuario y la importancia del Oppidum de Cerro Miguelico.

Fuente: diariodejaen.es | 28 de junio de 2019

Aníbal Clemente

Historia y Arqueología. Publicación digital de divulgación cultural.

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