El carbono 14 prueba que los restos de Argandenes datan del siglo VI

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Trabajos arqueológicos en la necrópolis de Argandenes, en Piloña, en el año 2016. / NEL ACEBAL

Los análisis realizados a los restos localizados en el yacimiento arqueológico piloñés de Argandenes, utilizando la técnica del carbono 14, han confirmado las previsiones de los investigadores y ratifican que la datación de estos restos se sitúa en torno al siglo VI. El dato resulta importante a la hora de definir el contexto histórico de los múltiples enterramientos localizados en esta necrópolis localizada en Piloña hace años de forma casual, cuando se excavaba para la instalación de un depósito de agua.

Aún resta mucho trabajo por hacer, pero estos datos, unidos a la enorme relevancia de los últimos vestigios aparecidos en la zona, auguran un futuro lleno de novedades para los científicos y de buenas noticias para el concejo piloñés, que ve confirmada, una vez más, la enorme riqueza histórica que esconden sus parroquias. El responsable de la investigación en Argandenes, el arqueólogo Rogelio Estrada (izquierda), remarcaba estos días que el lugar podría ofrecer muchos más datos, sobre todo detalles concisos sobre sus antiguos habitantes, para aportar algo de luz a una de las épocas más oscuras de la historia de Asturias.
«La aportación del carbono 14 ha servido para confirmar lo que habíamos podido observar durante las excavaciones y despejar algunas dudas que teníamos en torno al conjunto del yacimiento. Los resultados encajaron perfectamente en las cronologías que teníamos establecidas», señaló Estrada.

«Ahora será necesario continuar con la labor, porque en el tema de la cronología estamos hablando de horquillas muy amplias que no nos aportan mucho, pero que tampoco restan validez a las hipótesis que teníamos». Lo que parece claro es que «los restos humanos que han aparecido en este enterramiento pueden ofrecer muchos más detalles sobre sus características y las de la sociedad de la época».

En un primer momento se trató de confirmar una cronología tomando muestreos de los morteros, «pero nos dio un resultado fallido, porque las arenas utilizadas en la confección de la masa del cemento tenían restos de un incendio mucho anterior, quizás de cinco mil años antes de Cristo, así que aparecía un resultado completamente errático», explicó. Por suerte se localizó una «brizna carbonosa muy buena», que pudo ser utilizada finalmente para confirmar este período aproximado del enterramiento. Las investigaciones deberán continuar ahora abordando diferentes líneas de trabajo, «con nuevos muestreos según avance la labor y nosotros progresemos en la redacción de la memoria final».

Los importantes hallazgos localizados en Argandenes hacen obligatorio un largo proceso de investigación multidisciplinar para que los restos humanos y también los muchos objetos hallados en la zona exterior del enterramiento puedan seguir ofreciendo información sobre una época de la historia de Asturias poco conocida, pero que, sin embargo, se sitúa muy próxima a grandes acontecimientos como la misma batalla de Covadonga.

Más en Antrialgo y El Sidrón

El Ayuntamiento de Piloña, consciente de la importancia de estos resultados, ya ha establecido una nueva partida de ayudas para las próximas excavaciones que este mismo año se desarrollarán tanto en este yacimiento como en el de Antrialgo. En este último se desenterró el pasado verano un destacado asentamiento castreño con restos de una muralla y edificaciones defensivas.

«En esta campaña hemos habilitado una partida de diez mil euros que podrá ser utilizada para desarrollar estas nuevas investigaciones en los yacimientos del concejo. Consideramos que Piloña es un municipio con unos vestigios históricos realmente extraordinarios y debemos garantizar su investigación», señaló ayer el primer edil, Iván Allende.

Prueba de este interés por la investigación de sus tesoros arqueológicos, el municipio piloñés firmaba hace tan solo unos días un protocolo para la difusión e investigación del yacimiento neandertal del Sidrón, en el que también participan el CSIC, la Universidad de Oviedo y el Gobierno asturiano.

Fuente: elcomercio.es | 6 de abril de 2019

Los arqueólogos buscarán un poblado junto a la necrópolis de Argandenes


Investigadores en el yacimiento piloñés de Argandenes durante la campaña de 2016. / NEL ACEBAL

Tras las diferentes campañas de excavación y las pruebas posteriores realizadas a los restos localizados en Argandenes, en Piloña, los investigadores se preparan ahora para volver al trabajo en los próximos meses. El objetivo que se plantean es el de seguir desvelando las muchas incógnitas del yacimiento y responder a las preguntas que pueden resultar fundamentales para la historia de Asturias.

El equipo multidisciplinar que coordina el arqueólogo Rogelio Estrada tiene por delante una labor apasionante: «Las últimas tumbas que se desenterraron en la última campaña posiblemente necesiten una nueva intervención, aunque eso ya se irá viendo sobre la marcha y en función de nuestra necesidad», explica.

En estos momentos los antropólogos están examinando estos restos, «y prácticamente tienen el estudio finalizado, al igual que está acabado el de los restos de la anterior campaña», aclara Estrada, que se muestra muy interesado en conocer el mayor número posible de detalles sobre estos pobladores de la antigua Asturias. Los datos apuntan a un enterramiento visigodo de en torno al siglo VI. Esta datación ha sido confirmado por las últimas pruebas de carbono 14 realizadas a estos restos, en Estados Unidos, tal y como adelantó EL COMERCIO.

El período tiene un gran interés puesto que se trata de una época sobre la cual los investigadores no tienen muchos detalles, «es un período un tanto oscuro».

El conocimiento de estos pobladores, previsiblemente élites de la sociedad si nos atenemos a los importantes objetos de valor que llevaban en el momento de su enterramiento, puede resultar fundamental, «ya que hay que recordar que hablamos de una época previa y muy cercana en el tiempo a importantes acontecimientos como la batalla de Covadonga y los comienzos de la Reconquista», añade el investigador.

Por esta razón, existe un gran interés en conocer si las personas enterradas en este lugar tenían parentesco entre sí, si eran miembros de una misma familia o, incluso, si algunos de ellos podrían proceder de fuera, de otros territorios.

«Tenemos en marcha un estudio en torno a la paleodieta, su ADN y otras características que nos permitan conocer estos datos, confirmar si todos estos individuos vivían en la zona o si vinieron de fuera», explica Estrada, consciente de que se trata de investigaciones complejas y que pueden llevar bastante tiempo, «probablemente estamos hablando de años».

El objetivo de los científicos, una vez finalicen las investigaciones, será la publicación de una gran monografía sobre todos los detalles que ofrezca este importante yacimiento, en el que se han localizado una veintena de cuerpos y casi trescientos objetos, recuperados muchos de ellos como parte del ajuar de estos individuos. Entre estos elementos se encuentra una espada corta de hierro, hebillas, una cruz de bronce, cuentas de vidrio, un dardo, un pendiente, tachuelas de calzado e, incluso, fragmentos de una lámina de oro, posiblemente parte de un cinturón.

Materiales de la construcción

Otra línea de investigación que se pretende seguir este año será el traslado de la excavación hacía otro punto del entorno, con el objetivo de poder localizar algún tipo de vivienda o poblado. «Parece lógico que sí pudiese existir este asentamiento de la misma época que el cementerio, pero es algo que tendremos que determinar en su momento», comenta el científico a la vez que matiza que en estos casos «resulta fundamental tratar de localizar el hábitat que generó el cementerio. De todas formas, hasta que no comencemos el trabajo y abramos allí, no se podrá confirmar». Una dificultad añadida para la investigación es el hecho de que las construcciones de aquella época se realizaban en madera, «por lo que se trata de un material más complicado de rastrear a lo largo de tantos siglos».

Fuente: elcomercio.es | 7 de abril de 2019

Aníbal Clemente

Historia y Arqueología. Publicación digital de divulgación cultural.

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