Descubierto un yacimiento neandertal en La Manjoya (Oviedo, Asturias) con decenas de útiles tallados
El arqueólogo Alfonso Fanjul mostrando una hacha neandertal.Los trabajos del Plan de Empleo en la zona del Bosque de La Zoreda han permitido revelar un yacimiento de gran potencial, "fundamental para entender los orígenes del poblamiento del concejo de Oviedo", según los investigadores.
Se han encontrado varias piezas de gran valor arqueológico. Se trata de un conjunto de utensilios formados, entre otros, por un hacha de mano, un núcleo de cuarcita y varias lascas retocadas para utilizarlas después a modo de cuchillo.
Los utensilios pertenecen a un grupo de población neandertal y como tal ya han sido notificados a la Consejería de Cultura del Gobierno del Principado, cumpliendo con la normativa del Patrimonio Cultural.
Para determinar la importancia del yacimiento, la concejalía de Economía y Empleo pondrá en marcha un plan arqueológico que permitirá hacer un estudio sobre el terreno, buscar más utensilios y determinar con más certeza cómo fue y qué protagonistas tuvo el Paleolítico en la zona.
Además, se trata del primer yacimiento de esta época que aparece en el entorno de La Manjoya. El arqueólogo que supervisa las obras del Plan de Empleo, Alfonso Fanjul, considera que es "fundamental para entender los orígenes del poblamiento del concejo".
Este último hallazgo se une a otros avances del equipo de trabajo del Plan de Empleo en La Zoreda, donde se ha podido también identificar y catalogar el patrimonio industrial de la zona. En el pasado estuvo instalada en los terrenos, que se mantuvieron abandonados durante décadas, una fábrica de explosivos.
Fuentes: lne.es | elcomercio.es | 24 de abril de 2019
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De izquierda a derecha:el arqueólogo Alfonso Fanjul, los concejales Ana Taboada y Rubén Rosón, y Pedro Zapico, director de proyectos del Ayuntamiento de Oviedo
Hallan restos de un asentamiento neandertal en Oviedo
En superficie y en apenas dos metros de terreno, técnicos del plan de empleo municipal que adecenta el bosque de La Zoreda, en La Manjoya, avistaron el pasado lunes varias piezas que, según explicaron ayer en una comparecencia pública, datan del Paleolítico Medio, tienen una antigüedad de 30.000 años y probarían la presencia de poblaciones de neandertales en la zona sur de Oviedo.El hallazgo contiene varios utensilios de mano como un hacha bifaz así como lascas, raederas -uno de los útiles líticos más comunes del Paleolítico- y un núcleo de cuarcita para la fabricación de los mismos. Según el arqueólogo responsable del seguimiento del plan de empleo, Alfonso Fanjul, se trata de «un yacimiento importante por la cantidad y calidad de las piezas».
Fanjul puso en relación el hallazgo con otros encontrados en terrazas fluviales del Nora pero destacó de este su prolijidad, así como la probabilidad de haber hallado un asentamiento neandertal. «La cantidad de material -unas decenas a simple vista- y la mezcla de restos junto a herramientas completas nos hace plantearnos que estamos ante los restos de un hábitat al aire libre. Quizás los restos de una cabaña», indicó sin entrar a precisar la extensión del mismo antes de obtener los permisos necesarios para realizar catas y acometer una excavación al detalle.
La antigüedad del yacimiento ha sido determinada por la tipología de la tecnología encontrada. El hacha bifaz, tallada por ambos lados, pertenecería al complejo tecnológico musteriense. «Es una pieza excepcional en talla que nos ha permitido concretar la cronología y el ámbito de trabajo en el Paleolítico Medio. Es el tipo de talla que utiliza la población neandertal en Asturias», expuso al recalcar la singularidad del ejemplar «para las piezas de esta época cuya talla suele ser mas rudimentaria».
Por otro lado, «la presencia de cuarcita, traída a cierta distancia de esa zona del río Gafo, sostendría la tesis de que la población de neandertales se mueve por la ribera del Nalón», en relación a otros estudios realizados en Siero y la parte oriental del concejo de Oviedo.
Lo encontrado hasta la fecha topa con las limitaciones del proyecto actual, el de un plan de empleo municipal, que, pese a la serendipia, impide la realización de catas y la colecta de ejemplares. Fanjul explicó que, siguiendo con el protocolo de Patrimonio, la Consejería de Cultura fue informada acerca de la existencia del yacimiento y que las herramientas mostradas ayer durante la rueda de prensa quedarán bajo la custodia del plan de empleo. Una vez finalizado, en julio, pasarán a formar parte de la colección del Museo Arqueológico de Asturias.
El experto destacó la relevancia del periodo a estudiar y lo puso en relación con otros hallazgos como el de la cueva del Sidrón, aunque evitó comparaciones en un estadio tan temprano. Calificó el Paleolítico de muy interesante por la cantidad de hallazgos y para la ciudad por la ausencia de proyectos arqueológicos en la actualidad.
En ese sentido, Rubén Rosón, de cuya concejalía depende el plan de empleo, y la vicealcaldesa Ana Taboada, apostaron por iniciar un estudio en profundidad cuando finalicen los trabajos actuales en los que, originariamente, se descubrieron en La Zoreda elementos arquitectónicos del siglo XX relacionadas con la antigua fábrica de explosivos Río Tinto, como expuso el arquitecto Pedro Zapico.
«Es un día muy importante para Oviedo. Damos el primer paso para trabajar en profundidad en el yacimiento. Tras el hallazgo, cuando finalice el plan de empleo, iniciaremos las labores necesarias para profundizar en el proyecto arqueológico», avanzó el edil que destacó la labor de recuperación de patrimonio natural y arquitectónico y resaltó la importancia de las administraciones locales en el desarrollo del empleo y del territorio. Sin adecentar el bosque, el hallazgo hubiera sido improbable.
La vicealcaldesa echó la vista atrás, pero no tanto. Recordó cómo el Ayuntamiento se tuvo que hacer cargo de la descontaminación de los terrenos cuando no eran de su propiedad para los desarrollos urbanísticos previstos. «Frente a aquello, nuestro gobierno recupera espacios para la ciudadanía y además recupera la memoria. No solo la cercana, como esperábamos, sino una bastante más lejana», se felicitó.
Fuente: elcomercio.es | 25 de abril de 2019
El hallazgo de La Zoreda y su datación preliminar entroncan con uno de los periodos claves de la Paleoantropología y el yacimiento de La Viña (La Manzaneda, Oviedo)
Conocemos a los neandertales tan bien, que los interrogantes sobre su desaparición y la llegada del hombre moderno siguen encendiendo los debates entre los paleontropólogos. Son cosas que pasaron a caballo entre el Paleolítico Medio y el Superior, entre hace 40.000 y 30.000 años, cuando Asturias alternaba periodos muy fríos y otros más templados. Mamuts y rinocerontes lanudos, pero también caballos y megaloceros. Faunas que hablan de ambientes muy distintos, del ocaso de los neandertales y la llegada del Homo sapiens.A escasa distancia del hallazgo anunciado ayer, en Olloniego, el abrigo de La Viña une y mezcla las dos culturas, las dos especies humanas. Además de grabados, en el entorno de este enclave los paleoantropólogos desenterraron una historia de evolución cultural en la que neandertales y sapiens casi habrían convivido hace 35.000 años.
El trabajo de décadas de Javier Fortea apuntó lo contrario. Hoy se cree que la mixtura de restos musterienses y de los nuevos modos industriales del Paleolítico Superior propios de los hombres modernos en el yacimiento de La Viña en La Manzaneda (izquierda) es fruto de la mezcla de los estratos y que ambas especies nunca coincidieron. O sí, porque el año pasado una investigación internacional estableció mediante radiocarbono que sapiens y neandertales pudieron convivir en la cornisa cantábrica hasta un millar de años. En términos prehistóricos, un parpadeo que parece apuntar que los últimos neandertales asturianos se extinguieron antes de que llegasen los altos y aniñados sapiens, pero que no excluye un encuentro fugaz. Porque los neandertales nos fascinan. De ellos creemos saberlo casi todo. Es la especie humana, quitando a la que escribe y lee esto, que mejor conocemos: una de las mujeres del Sidrón era pelirroja, casi todos eran diestros... secuenciamos su genoma, tenemos parte de ellos en nuestros genes. Y aún así todos los años aprendemos algo más. Solo en 2018, descubrimos que sabían usar el fuego, que se cruzaron (también) con los denisovanos, que cuidaban de sus discapacitados o que pintaron, hace más de 64.000 años, las paredes de tres cuevas españolas. Quién sabe qué novedades del pasado traerá este 2019.
Fuente: elcomercio.es | 25 de abril de 2019
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