Los científicos descubrieron que los canales de Little Foot eran claramente 'simios' y tenían un parecido sorprendente con los de los chimpancés

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Representación virtual del oído interno de 'Little Foot'. Credito: Wits University. Foto del cráneo original. M. Lotter and R.J. Clarke.

Las exploraciones de Microtomografía Computarizada (MicroCT) del Australopithecus de 3,67 millones de años atrás, conocido como Little Foot, han arrojado algo de luz sobre cómo vivía y se comportaba.

El oído interno de los homínidos tiene el potencial de proporcionar información valiosa sobre cómo se movían, cuáles eran sus capacidades auditivas y cómo la evolución de la especies se relaciona unas con otras.

Con base ​​a los escáneres de MicroCT realizados en el Instituto de Estudios Evolutivos de la Universidad de Witwatersrand (Sudáfrica), un equipo de científicos, dirigidos por los profesores Ronald Clarke y Amélie Baudet, ha podido extraer virtualmente el oído interno de Little Foot, hallado en las cuevas de Sterkfontein, en Sudáfrica. El trabajo de investigación ha sido publicado en Journal of Human Evolution.

El oído interno de Little Foot se comparó con otros 17 especímenes de homínidos hallados en Sterkfontein, Swartkrans y Makapansgat (Sudáfrica) pertenecientes a los géneros Australopithecus, Paranthropus y Homo, los cuales datan de hace entre 3 y 1,8 millones de años, así como con 10 chimpancés y 10 humanos modernos.

En general, puede decirse que el oído interno de Little Foot tiene características similares a las de los simios y a las de los humanos, pues el análisis de los canales de su oído interno y de la cóclea dan resultados diferentes.

Los canales semicirculares en Little Foot son distintos tanto de los humanos modernos como de los Paranthropus, un género de homínido extinto que vivió al mismo tiempo que los primeros humanos. Los canales del Paranthropus tienen una forma muy específica que no comparte con ninguno de los especímenes fósiles.

"En contraste, encontramos que los canales del oído interno de 'Little Foot' están más cerca de los de los chimpancés", dice Beaudet. "Se diferencian de los canales del oído interno de los humanos modernos en que éstos evolucionaron para actividades únicas como es el correr".

Los científicos descubrieron que los canales auditivos de Little Foot eran claramente 'simios' y tenían un parecido sorprendente con los de los chimpancés.

El estudio también demuestra una gran diversidad en la forma de los canales del oído interno de las distintas especies de Australopithecus, lo que podría sugerir un alto grado de variación en el comportamiento locomotor de este grupo.

"Nuestro análisis del oído interno podría ser compatible con la hipótesis de que los especímenes de 'Little Foot', y 'Australopithecus' en general, caminaban con dos piernas sobre el suelo, pero también pasaban algún tiempo en los árboles", dice Beaudet.

Por otro lado, la cóclea de Little Foot, una parte del oído con forma de caracol que recibe sonidos en forma de vibraciones, es bastante similar a otras muestras de Australopithecus analizadas en el estudio y al Paranthropus, pero difiere de las muestras fósiles de especímenes Homo.

"Este órgano está relacionado con la percepción del sonido y con factores ecológicos como la dieta, el hábitat o la comunicación, lo que significa que 'Little Foot' difería en este aspecto de los primeros miembros de nuestro propio género 'Homo', y ello implica que hay también, consecuentemente, alguna diferencia en el comportamiento", dice Beaudet.

La dimensión y forma de la cóclea están relacionadas con el rango de frecuencias que puede detectar una especie. La forma de la cóclea de las muestras fósiles de Homo es compatible con un límite de audición de baja frecuencia. Este no es el caso de los Australopithecus, incluido Little Foot, ni de los Paranthropus.

"En este momento, aún no estamos seguros de lo que esto significa. Puede ser que las primeras especies del género 'Homo' tuvieron que ampliar su rango de frecuencias para adaptarse a un entorno diferente o incluso para comunicarse entre sí. Realmente no lo sabemos".

De todas las comparaciones de Little Foot llevadas a cabo con otras muestras fósiles, la mayor similitud del patrón general del oído interno se halló con una que fue hallada en la Caverna Jacovec, dentro del sistema de Cuevas de Sterkfontein, y que es de una antigüedad similar a la de Little Foot.
"Tener un punto de referencia, como es la comparación de 'Little Foot' con el espécimen de Jacovec, es importante en orden a detectar qué rasgos son específicos de los humanos y si éstos evolucionaron con características diferentes. Con este estudio ahora podemos saber qué es específico para el género Homo y para los Paranthropus, y cuándo estas características surgieron en el registro fósil", dice Beaudet.

Fuente: phys.org | 9 de enero de 2019

Aníbal Clemente

Historia y Arqueología. Publicación digital de divulgación cultural.

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