Excavaciones en las marismas de Azraq (Jordania) proporcionan pistas sobre cómo humanos ancestrales se adaptaron a su entorno
Humedales de Azraq. Crédito de la imagen: LdudDurante la Edad de Piedra, los humanos ancestrales vivieron con una variedad de especies animales a lo largo de un área de humedales existentes en medio del desierto jordano. El lugar, cerca de la ciudad de Azraq, ha sido excavado y ha revelado una gran cantidad de herramientas y huesos de animales de hace 250.000 años, lo que proporciona una mejor comprensión de cómo estos humanos ancestrales se adaptaron a semejante entorno cambiante.
El equipo descubrió especímenes de huesos y dientes pertenecientes a ancestros salvajes de los camellos y elefantes actuales, así como de otras especies: caballos, rinocerontes, antílopes y ganado salvaje en general. La mala conservación de los huesos pequeños y menos densos ha dado como resultado conclusiones limitadas sobre las especies de animales más pequeñas que pudieron haber habitado el área durante aquel tiempo.
Investigaciones previas en el lugar pusieron en evidencia actividad de descuartizamiento de animales, con proteínas de la sangre de múltiples especies presentes en las herramientas líticas halladas.
Foto: A. Artefacto con residuos de proteínas de rinoceronte. B. Artefacto con residuos de proteínas de camello.
"La periferia de los humedales, donde los grandes animales bebían y pastaban, habría presentado excelentes oportunidades de caza para los seres humanos ancestrales. Los humanos también pudieron haberse enfrentado al desafío de otros depredadores, como los leones y las hienas que vagaban por el área", dijo Pokines, autor correspondiente del estudio.
Esperamos entender cómo las diferentes poblaciones de humanos ancestrales se adaptaron a estos cambios, de ambiente árido, a lo largo de la Edad de Piedra".
Los esfuerzos de excavación fueron el resultado de una colaboración exitosa con las autoridades jordanas y, según los investigadores, han allanado el camino para futuras prospecciones en la región.
Estos hallazgos aparecen en la revista Quaternary Research.
Fuente: phys.org| 3 de enero de 2019
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