«Estamos desenterrando la ciudad de Magdala tal como era en el siglo I»

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Escaleras de acceso al patio relacionado con los baños de purificación en Magdala - Marcela Zapata-Meza Directora del Proyecto Arqueológico Magdala

«Si realmente María Magdalena nació y vivió en Magdala, la imagino como una mujer adelantada a su tiempo, económicamente solvente, una líder, con un temperamento fuerte, que quizá en ese encuentro con Jesús sintió la liberación de poder ser ella misma». Lo dice otra mujer que ha logrado hacer realidad sus sueños y convertirse en arqueóloga, la primera mexicana en trabajar en Israel y en dirigir un proyecto de arqueología fuera de México, precisamente en la antigua ciudad de Magdala.

Marcela Zapata-Meza no ha encontrado aún ninguna evidencia de María Magdalena, ni tampoco del paso de Jesús de Nazaret, que según los Evangelios recorrió ambas orillas del mar de Galilea, pero no descarta dar con algún resto dejado allí por los primeros cristianos. Apenas se ha excavado un 15% de esta «Pompeya de Israel», que quedó sepultada por los deslaves del monte Arbel y se ha conservado tal cual era en tiempos de Jesús.

Zapata acaba de terminar la temporada de trabajo en Magdala y ha visitado Valencia y Madrid para dar a conocer sus investigaciones. Antes de ofrecer una conferencia en la Universidad Rey Juan Carlos, la arqueóloga mexicana anuncia a ABC la próxima publicación del libro «Magdala: 2010-2017» (Penn Press University), con 26 capítulos redactados por distintos expertos, y explica los hallazgos más destacados en la ciudad bíblica.

¿Qué es lo más interesante que se ha descubierto en estos siete años de excavaciones en Magdala?
En 2010, la Autoridad de Antigüedades descubrió la sinagoga, la séptima del s. I que se ha encontrado en Israel y la primera de la zona de Galilea de la época en la que vivió Jesús. En ella se encontró la Piedra de Magdala (derecha), que es una una representación, de acuerdo con la doctora Rina Talgam, de la Universidad Hebrea de Jerusalén, del Segundo Templo descrito por el historiador Flavio Josefo y por la Mishná, hecha durante el periodo del siglo I. Esta piedra sobresale, a diferencia de otras piezas del periodo, por la cantidad de elementos del Templo representados y por la idea de tridimensionalidad. No son representaciones, sólo son alusiones a la presencia divina. Es única en su tipo, está hecha sobre piedra caliza de la región de Galilea y no hay, hasta el momento, una pieza de arte con significado religioso, igual.

Nosotros lo que hemos descubierto es la parte de la vida cotidiana: el mercado, unidades habitacionales, unidades de almacenamiento, parte del puerto y los baños de purificación rituales, los famosos mikvaot, que hablan de que la población que vivía en Magdala era judía, muy religiosa, y que le daba mucha importancia a sus leyes, a sus normas, a la cuestión de la pureza.

Estos baños de purificación, además de ser los únicos que hay en Galilea, son los únicos en todo Israel que se surten por aguas subterráneas. En la Mishná se describe que hay siete niveles de pureza en el agua y se menciona que el grado más puro es el séptimo, que corresponde con las aguas de corriente subterránea. Las personas que realizaban una inmersión en estas aguas creían que volvían a nacer espiritualmente. Nunca se había descubierto algo así hasta ahora y nosotros tenemos cuatro baños de purificación vivos en los que el agua sigue corriendo. Ahora ya hemos abierto los canales originales y el drenaje que los antiguos pobladores de Magdala hicieron en su momento, pero cuando los descubrimos nos inundaron. Era impresionante ver cómo salía el agua entre las juntas de las paredes y las escaleras. Fue un espectáculo.

También hemos descubierto una producción local de miniaturas de vidrio. Encontramos el desecho de la producción y muchas miniaturas que sirvieron para contener aceite o cosméticos. Ahora, gracias a la doctora Marisa Vázquez, de la Universidad de Valencia, vamos a poder saber qué tipo de cosméticos contenían y si eran locales o importados.

Marcela Zapata (izda), analizando los materiales hallados en Magdala - Marcela Zapata-Meza Directora del Proyecto Arqueológico Magdala.

¿Cómo era esa vida cotidiana? ¿Era Magdala una ciudad próspera?
Sí, era una ciudad próspera, económicamente activa por la pesca y la salazón de pescado. Hay fuentes históricas que hacen referencia al pescado que se salaba en Magdala. El nombre en griego de Magdala es Tariquea (“conservación”) y en esa época se conservaba a través de la sal. El pescado lo sacaban del mar de Galilea o del lago de Tiberíades, lo limpiaban y lo salaban en Magdala y las fuentes refieren que llegaba vía marítima hasta Roma. Los romanos lo conocían como el pescado «taricho», el pescado que llegaba de la antigua Tariquea.

¿Cuántos habitantes tuvo Magdala? Flavio Josefo daba una cifra de 40.000.
Dudo muchísimo que hubieran habitado ahí 40.000 personas. Creo creo que alrededor de entre 3.000 y 5.000 personas, aunque es muy difícil que lo sepamos. A través de todos los fragmentos de cerámica y las vasijas que se puedan conformar y restaurar se puede hacer un cálculo aproximado, pero lo que verdaderamente revela el dato de la población son los entierros y los judíos no enterraban en sus pueblos, sino en las afueras. En la ladera del monte Arbel están las tumbas de las personas que murieron de manera natural en Magdala o por la guerra del año 67, que también describe Flavio Josefo, pero se sabe que la tradición de enterrar en el monte Arbel a los fallecidos en la zona siguió hasta el siglo IV. El problema es que excavar en un cementerio en Israel es muy complicado porque estás profanando algo muy sagrado. Vamos a tener que dar una aproximación a través de las unidades habitacionales, entendiendo los espacios que se utilizaron para dormir, y a través de la cerámica. No llegará a esos 40.000, que es una cifra estratosférica. Por más que hablemos de una ciudad grande.

Foto: Restos del pueblo de Magdala.


Porque estáis seguros de que donde estáis excavando era la antigua Magdala, y de que ésta a su vez era la antigua Tariquea...
Sí. Esas dos cosas las tenemos seguras. Hay algunos filólogos que dudan porque el nombre de Migdal (Magdala) quiere decir torre y todas las antiguas ciudades tenían una torre (nosotros también), pero las otras ciudades que llevan el nombre de Migdal no están a orillas del mar de Galilea. Esta es la única Migdal o Magdala situada, como la describen tal cual las fuentes, entre dos defensas naturales que son el monte Arbel y el mar de Galilea y a 7 kilómetros de la capital, que por entonces era Tiberias. Cumple con esos requisitos además de la prosperidad económica, que no cumplen otras ciudades. En eso lo tenemos claro.

¿En qué os habéis basado para hablar de su prosperidad económica?
En la cantidad de monedas que hay de otros lugares -hemos encontrado monedas que se acuñaron en Jerusalén, en Tiberias, en Gamala…- y en la arquitectura misma y los materiales con que fue construida la ciudad -las piedras están perfectamente labradas-. También la sinagoga refleja esa prosperidad. Tiene las paredes pintadas y con colores como el rojo, el amarillo, el ocre, o el azul realizado con materiales que vienen de Egipto. Además hay mosaicos de estilo pompeyano, así como una gran cantidad de objetos de metal y de vidrio.

Fuente: abc.es | 26 de noviembre de 2018

Aníbal Clemente

Historia y Arqueología. Publicación digital de divulgación cultural.

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