Diez años siguiendo el rastro de los hombres de Neandertal en Cova Eirós (Lugo)
En el yacimiento paleolítico de Cova Eirós -en Triacastela, Lugo- terminó ayer la décima campaña arqueológica anual que se ha llevado a cabo desde que en el verano del 2008 se descubrió que esta gruta había servido de refugio a los hombres de neandertal.En las excavaciones, iniciadas el día 6, no hubo hallazgos de carácter excepcional, pero se consiguió desenterrar una gran cantidad de artefactos líticos y restos fósiles de animales similares a los hallados en las anteriores campañas, de los que los arqueólogos esperan extraer numerosos datos de interés.
Entre industrias líticas y fósiles, durante este mes se recogieron cerca de 1.900 piezas. Según explica Arturo de Lombera (izquierda), codirector de las excavaciones, en esta campaña se terminó de estudiar el llamado nivel arqueológico 3, una capa de terreno datada aproximadamente entre hace 40.000 y 45.000 años. También se exploró extensamente el nivel 4, situado por debajo del anterior y por tanto más antiguo, aunque su edad aún no se conoce con precisión.
«En una primera datación que se hizo hace tiempo se le atribuyeron unos 118.000 años, pero después se comprobó que ese análisis era erróneo y que este nivel es seguramente más reciente», explica el arqueólogo. «En esta campaña recogimos muestras para realizar nuevas dataciones con el método del carbono 14 o bien con otras técnicas, a fin de intentar definir con certeza su edad real», añade.
Fósiles de osos cavernarios, rebecos y bóvidos especialmente bien conservados
Entre los restos fósiles desenterrados en Cova Eirós en la campaña recién terminada destacan varias piezas singularmente bien conservadas. Es el caso de un colmillo de oso de las cavernas (izquierda), una mandíbula de ciervo, un asta de rebeco unida a un fragmento de cráneo y diversos restos de lo que parece ser un bóvido de gran tamaño, posiblemente un bisonte. En la campaña del año pasado ya se habían encontrado otros vestigios que tal vez pertenecen al mismo animal. «En lo que respecta a los fósiles, esta campaña ha sido especialmente satisfactoria, porque encontramos una buena cantidad de huesos enteros que son muy representativos de varias especies propias del Paleolítico Medio», señala a este respecto Arturo de Lombera.
Dentaduras de herbívoros
Los estudios que está previsto realizar próximamente con los fósiles hallados en la cueva comprenden una investigación específica sobre el desgaste de los dientes de los herbívoros. «Dependiendo de la época del año, los dientes de estos animales muestran distintos niveles de desgaste y con este estudio esperamos poder determinar en que estación del año había herbívoros viviendo en el entorno de la cueva», explica Arturo de Lombera.
Útiles fabricados con minerales locales y otros de origen desconocido
Las herramientas de piedra recuperadas en Cova Eirós en las última campaña -al igual que en las anteriores- están fabricadas en su mayoría con cuarzo y con un tipo de cuarcita oscura de gran calidad para la talla. La procedencia de estas dos clases de materiales es muy diferente, según apunta el codirector de las excavaciones. «Las piezas de cuarzo fueron talladas con piedras recogidas en lugares próximos a la cueva, seguramente en ríos y arroyos, mientras que las cuarcitas proceden de otros puntos, ya que este tipo de mineral no se encuentra de forma natural en el territorio», comenta De Lombera.
Tecnología típica
Fuente: lavozdegalicia.es | 30 de agosto de 2018
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