Descubren el queso más antiguo del mundo, producido hace 7.200 años en Croacia
Varios recipientes hallados en Dalmacia, Croacia, en el marco de este trabajo - Sibenik City MuseumEn occidente, la civilización nació hace unos 10.000 años en las orillas de grandes ríos como el Nilo, el Tigris y el Éufrates. Su nacimiento ocurrió cuando los humanos adoptaron la agricultura y la ganadería y pudieron permitirse el establecer asentamientos permanentes. Si por entonces se crearon leyes, templos o reyes, fue gracias a alimentos como el trigo o la leche.
En los últimos años, una novedosa técnica permite reconstruir esta gran historia del nacimiento de las civilizaciones. Ahora es posible estudiar restos de cerámica en busca de rastros de alimentos como los ácidos grasos. De hecho, un estudio que se acaba de publicar en la revista PLOS ONE, y realizado por científicos de la Universidad del Estado de Pensilvania (EE.UU.), acaba de informar del hallazgo de las evidencias más antiguas de producción de queso blando y yogur en la región mediterránea. Los restos se localizaron en la costa de Dalmacia, en Croacia, y tienen una antigüedad de 7.200 años.
Ubicación de yacimientos neolíticos con evidencia directa de residuos de producción de leche y queso en el litoral mediterráneo y en Europa continental. Recuadro: el área de estudio, en el que se muestra la ubicación de Pokrovnik y Danilo Bitinj en la costa dálmata de Croacia.
«Esto hace retroceder el momento de la aparición de la producción de queso en 4.000 años», ha dicho en un comunicado Sarah B. McClure (izquierda), antropóloga en la Universidad del Estado de Pensilvania y primera autora del estudio. «Esta es la presencia de lípidos de leche fermentada más temprana registrada, y está entre las más antiguas incluso en fuentes documentales», reza el estudio.
Los investigadores han sugerido que los productos fermentados tuvieron un importante impacto en estas poblaciones por dos motivos: porque su contenido en lactosa es más bajo que el de la leche, (no hay que olvidar que la población adulta era intolerante a la misma), y porque eran fácilmente almacenables.
Esto ayudó, según han sugerido, a reducir la mortalidad infantil y acelerar el destete, lo cual implicó que el intervalo entre embarazos pudiera reducirse y, por tanto, a que aumentase la población. Además, el queso y el yogur permitieron que los adultos accedieran a este alimento. En consecuencia, los granjeros pudieran recurrir a una fuente alternativa de comida que pudo ser fundamental en zonas septenterionales, donde el duro clima provocaba que la agricultura no fuera tan productiva ni predecible, sostienen los investigadores.
Distribuciones de probabilidad de datos calibrados por C 14 de tipos de cerámica con residuos asociados en los yacimientos de Pokrovnik y Danilo Bitinj y la cronología de la cerámica regional general. Las muestras de cerámica se seleccionaron a partir de niveles estratigráficos con dataciones de radiocarbono generadas a partir de huesos y semillas. Ejemplos de tipos de cerámica del Neolítico dálmata: a) Cerámica impresa; b) Figulina; c) Cerámica fina de Danilo; d) Ritón; e) fragmento de un colador. Fotos impresas bajo licencia CC BY, con permiso de Muzej Grada Šibenika 2018.
Un hito en la alimentación
Este hito en la historia de la alimentación ocurrió después de que se empezara a beber leche no fermentada. Se sabe que, hace al menos 7.700 años se consumía leche y que, por entonces, los adultos eran intolerantes a la lactosa. Solo los niños de hasta 10 años podían beberla con comodidad.«Probablemente se le daba leche a los niños, porque es una buena fuente de hidratación y porque está relativamente a salvo de patógenos», sostiene McClure.
Pero, ya hace 7.200 años, aparecieron algunos productos fermentados, cuyo rastro es visible también en la aparición de nuevos objetos de cerámica que nunca antes se habían hecho. «La producción de queso era lo suficientemente importante como para que la gente hiciera nuevos tipos de recipientes de cocina», declara McClure. Y esto no es algo anecdótico. La cerámica de cada momento reflejó el tipo y variedad alimentaria que se adoptaba.
De hecho, esta investigación se realizó gracias al estudio de restos de cerámica hallados en la costa este del Adriático, en la región de Dalmacia (Croacia), cerca de Pokrovnik y Danilo Bitinj. Los investigadores analizaron la presencia de isótopos de carbono adheridos a estos recipientes en busca de huellas de carne, pescado, leche y productos fermentados. Las técnicas de datación por isótopos de carbono, tanto en semillas como en huesos asociados, les permitieron estimar la antigüedad de dicha cerámica.
Fuente: abc.es| 6 de septiembre de 2018
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