Esta imagen que llevas viendo toda tu vida sobre la evolución humana tiene poco que ver con la realidad

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Es posible que junto a las míticas doble hélice del ADN y esa instantánea asombrosa de la Tierra llamada Blue Marble (canica azul), la imagen que representa la evolución humana en seis pasos sea una de las “postales” científicas más repetidas. Sin embargo, eso no quiere decir que sea exacta a la realidad. De hecho, no es real.

Posiblemente todo el mundo reconozca al tipo desnudo de la derecha, el Homo Sapiens, un humano anatómicamente moderno. El hombre que parece estar acechándolo es conocido como Cromañón, un tipo de aspecto más bien tosco.

Detrás de él está el Neandertal, pisando sus talones esta el Ramapithecus, después el Oreopithecus, y finalmente, un pequeño simio primitivo parecido al mono conocido como Dryopithecus.
Ahora bien, ¿de dónde partió la idea de esta evolución de la ilustración? Todo indica que salió del siglo XIX, pero esas imágenes en realidad aparecieron en 1965 en un volumen publicado de Time llamado “Early Man”. En su defensa, el libro no quería decir exactamente que evolucionamos directamente de ese pequeño homúnculo peludo.

En cambio, la obra escrita por el antropólogo F. Clark Howell, ofrecía un matiz distinto de la evolución para su tiempo, e incluso advirtió de no interpretar la ilustración de forma literal como el progreso de una especie directamente a la otra.

Imagen: Libro de Howell (Wikimedia Commons)

Sin embargo, el libro se vendió muy bien y la ilustración se hizo muy popular. Así que pese a que la imagen original incluía a 15 primates distintos a lo largo de una fila y se llamaba “Camino al Homo Sapiens”, la versión abreviada se convirtió en la conocida “Marcha del Progreso”.

Así que ahí lo tienen. De este modo, nació uno de los memes científicos más perjudiciales. ¿Por qué? En primer lugar, solo vemos machos en la imagen. Los humanos, al igual que los animales, se reproducen sexualmente, lo que significa que venimos con dos géneros distintos que hacen nuestra existencia posible.

Imagen: Otra versión del meme (Wikimedia Commons)

Ese es el primer gran error: enseñar la historia de nuestra evolución con un solo sexo es, desde un punto de vista científico, absurdo. Además, ni siquiera estamos directamente relacionados con ninguno de ellos.

Howell remarcó que el Oreopithecus fue un actor secundario en la historia. Vivió unos millones de años en el sur de Europa, pero se extinguió bastante rápido. No sólo eso, el estudio más reciente sugiere que ni siquiera fue bípedo.

Imagen: Wikimedia Commons

Después esta el Cromañón. Un espécimen ya no está considerado como parte de la evolución. Tampoco venimos del Neandertal, como se sugiere. El hombre moderno y el Neandertal coexistieron hasta hace 40.000 años. Nosotros somos contemporáneos, con un ancestro en común.

Lo cierto es que el principal problema de la ilustración es que la evolución no es un proceso lineal. No transforma a una especie en otra y ésta en otra. Es más bien de genética, los organismos están en constante adaptación, y aquéllos con las adaptaciones que mejor se adecúan a su medio acaban reproduciéndose más y esparciendo sus genes.

De esta forma, hay muchos más especímenes con los que compartimos ancestros que fueron igual de triunfadores, como los chimpancés y orangutanes, ya que siguen existiendo y evolucionando igual que nosotros. En cualquier caso, si tuviéramos que expresarlo visualmente, la historia humana se parecería más a un árbol muy complejo que a esos seis pasos sencillos de la evolución humana.

Fuente: gizmodo.com | 26 de junio de 2018

Aníbal Clemente

Historia y Arqueología. Publicación digital de divulgación cultural.

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