A la búsqueda de los homínidos más antiguos de Europa Occidental

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Eudald Carbonell presentó el yacimiento de la Paredeja. - ISRAEL L. MURILLO

Las excavaciones en los yacimientos de la Sierra de Atapuerca comienzan este verano con decenas de retos y un nuevo escenario donde se empieza a trabajar en julio: la antigua cantera de la Paredeja.
Entre los desafíos está el marcado por el codirector Eudald Carbonell (izquierda) para los próximos «tres o cuatro años» como es la posibilidad de hallar en Cueva Fantasma sedimentos más antiguos que los de la Sima del Elefante, que avancen la presencia de homínidos de hace 1,2 y hasta 1,5 millones de años.

«Esto sería un gran éxito de Atapuerca porque tendríamos secuencias que en Europa Occidental no existen y que podrían indicarnos que Europa es tan antigua como África».

En este sentido, comenta que estas antigüedades de 1,8 millones de años y de 800.000 años se han encontrado en el entorno africano de Olduvai (Tanzania). «Si hay sedimentos acumulados y que estos sedimentos tengan fósiles o sean ricos en registro arqueológico dependerá obviamente de si estas cuevas estaban abiertas y si había población en Europa en estas latitudes, que en mi opinión sí ha habido población. En Europa hay evidencias de hace 1,8 millones de años en Dmanisi (Georgia) y por qué no puede ser aquí», precisa.

También comentó las expectativas de encontrar restos de un Homo Sapiens antiguo en Mirador o en Portalón. «Yo estoy convencido de que está», aseguró ayer en la presentación del inicio de las excavaciones junto a otro de los codirectores, José María Bermúdez de Castro (derecha), que apuntaba que con la apertura de nuevos yacimientos sería posible aumentar en los próximos veranos el número de investigadores trabajando en Atapuerca en una veintena de personas.
El nuevo escenario donde van a trabajar los científicos este verano es la Paredeja, un lugar conocido por los investigadores ya que en esta zona se hicieron los primeros descubrimientos de restos de homínidos en el siglo XIX. Sin embargo, será este verano de 2018 cuando va a comenzar aquí la actividad con un equipo dirigido por Marta Navazo (izquierda) con presencia de investigadores de la Universidad de Burgos. Este yacimiento al ser una antigua cantera «facilita» a los investigadores el trabajo, como en su momento representó la trinchera del ferrocarril, una obra civil que destapó la riqueza arqueológica de esta sierra burgalesa.

En estos días, como explicaba Carbonell, se ha procedido a la limpieza y a la instalación de un andamio y ya se intuye lo que podrían ser accesos a cuevas. Durante este verano se sondeará esta zona que se encuentra al aire libre y se excavará en el futuro si de la información de los sondeos se consigue saber algo más sobre sus potencialidades. Las primeras previsiones hablan de que «puede ser un gran yacimiento» con restos de fauna e industria lítica, precisaba Bermúdez de Castro.

La Paredeja se encuentra cercana a la Cueva del Mirador y en la limpieza los arqueólogos ya han encontrado algunos restos de fauna. Aunque es pronto para hablar de dataciones, Carbonell indica que es un yacimiento que se correspondería con el final de Pleistoceno Medio y Pleistoceno Superior. «Podría estar en una época que se corresponde con los neandertales, de 150.000 años hasta 40.000 o 50.000 años», precisa el codirector, que señala que lo primero son los sondeos geológicos para conocer cómo funciona este karst.

Por su parte, Bermúdez de Castro comentaba que los primeros investigadores trabajan ya en la Sima del Elefante y en Galería, también en el conocido como TD10, esta última zona «esperamos terminarla». Mientras, en Cueva Fantasma se iniciará la actividad a partir del mes de julio. Los codirectores confían en la riqueza de este yacimiento en el que en los últimos meses se ha estado instalando una cubierta con una importante inversión por parte de la Junta de Castilla y León. Estas obras se interrumpirán en julio con la actividad de excavación y proseguirán en agosto y quizá para septiembre hayan concluido. Esta cubierta permitirá que los investigadores estén más protegidos del sol y ya se plantean cómo abordar el trabajo en esta zona a partir del próximo verano. Mientras tanto, este julio se realizarán las cuadrículas para poder trabajar en extensión. «Es un lugar para el siglo XXI y en esta campaña se van a hacer los primeros ensayos geológicos», explican.


Trabajos en el yacimiento de la 'Galería'. / RICARDO ORDÓÑEZ / ICAL

Alrededor de 300 personas hasta el 28 de julio darán actividad a los yacimientos durante todas estas semanas. En junio están 93 personas en unos trabajos que dirigen Eudald Carbonell, Juan Luis Arsuaga y José María Bermúdez de Castro. Estas primeras semanas las labores se centran en Sima delElefante, Galería, Gran Dolina, Cueva del Mirador y parte del equipo de Portalón están organizando los trabajos de flotación en el río Arlanzón. El resto del equipo lleva en julio para trabajar también en Cueva Mayor, Cueva Fantasma y la Paredeja. También se inicia el lavado del sedimento a orillas del Arlanzón.

El personal viene de distintas universidades y centros de investigación que colaboran con el proyecto Atapuerca: el Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana de Burgos, Universidad de Burgos, Instituto de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES-Tarragona), Centro de Evolución y Comportamiento Humanos (Universidad Complutense de Madrid-ISCIII) y Universidad de Zaragoza (UNIZAR). Se espera la presencia de estudiantes del University College of London y del Museo Nacional de Georgia.

TECNOLOGÍA

José María Bermúdez de Castro destacaba ayer que los científicos están utilizando toda la tecnología a su alcance y comentaba que no se espera introducir novedades. «Lo interesante de la tecnología que utilizamos es que nos hace trabajar más despacio porque tenemos mucha información, muchas fotografías, escaneos y todo esto antes no se hacía y esto unido a la manualidad hace que el trabajo sea lento», indicaba.

Bermúdez de Castro recordaba que cuando ellos llegaron a Atapuerca se trabajaba más deprisa y quizá peor. «Lo importante es que ahora aplicamos toda la tecnología porque en estos yacimientos a la vez que se excavan, desaparecen y por esta razón, cuanta más información tengamos mejor será la reconstrucción que podamos hacer de cómo era la vida en el Pleistoceno», explicaba el codirector.

Fuente: elcorreodeburgos.com| 25 de junio de 2018

Aníbal Clemente

Historia y Arqueología. Publicación digital de divulgación cultural.

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