Piden 7 años y medio de cárcel a Eliseo Gil por las falsificaciones de Iruña-Veleia

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Eliseo Gil en rueda de prensa. / IGOR AIZPURU

El fiscal le acusa, junto a uno de sus colaboradores, #de un delito de estafa y otro sobre el patrimonio histórico por causar «desperfectos» en 476 piezas arqueológicas

Casi doce años después de su puesta de largo como un «extraordinario hallazgo», y con un informe de la Ertzaintza sobre la mesa que habla del «caso más grave de falsificación arqueológica a nivel mundial» de los últimos tiempos, la Fiscalía y la Diputación alavesa tienen listos sus correspondientes escritos de acusación contra Eliseo Gil, exdirector de las excavaciones de Iruña-Veleia, y dos de sus colaboradores más estrechos, Óscar Escribano y Rubén Cerdán. Al primero, el principal encausado, la institución foral le pide siete años y medio de cárcel y el fiscal, cinco y medio, por un delito continuado sobre el patrimonio histórico y otro de estafa.

El fiscal reclama, además, la misma pena para el segundo -tres años y nueve meses desde la Diputación- así como una multa de 7.200 euros a cada uno, el abono conjunto de 285.600 euros al Gobierno vasco por los daños generados e inhabilitación para trabajar en yacimientos durante la condena. Para el otro acusado, quien afirmaba ser físico nuclear para llevar a cabo unas analíticas que jamás realizó, solicita dos años y seis meses de prisión -tres años y nueve meses desde el ente foral- ya que sólo se le imputa un delito continuado de estafa. Entre los tres, además, se les demanda que ingresen 12.490 euros en las arcas forales en concepto de responsabilidad civil.

El calvario más antiguo

La presentación de este escrito abre la vía para el inicio de juicio oral en un caso que en la fase de instrucción generó más de 16.000 folios fruto de ocho años de ardua investigación. Pero hay que remontarse algo más atrás en el tiempo, a junio de 2006, para conocer su origen. Fue entonces cuando Gil, que cumplía en ese momento un año al frente de las excavaciones, 'vendió' al mundo un descubrimiento que aspiraba a revolucionar la lingüística, la historia, el arte y el estudio de las religiones. Se trataba de centenares de inscripciones en piezas de los siglos III a VI entre las que se hallaba un calvario -la representación de la muerte de Cristo- que, según la datación del equipo del encausado, se convertiría en el más antiguo conocido nunca.

El asombro por el hallazgo fue mayor si cabe cuando Gil puso sobre la mesa restos con referencias en euskera que procederían, de nuevo según sus cálculos, de los siglos IV a VI, es decir, unos 600 años antes de los primeros vocablos comunes de esta lengua de los que se tiene constancia por escrito. La magnitud de lo que Lurmen -la empresa del principal investigado que recibió millonarias subvenciones públicas por hacerse cargo de Iruña-Veleia- había encontrado en sus excavaciones puso en alerta a la comunidad local de expertos en la materia. Y las primeras dudas no tardaron en surgir. A finales de 2007, la institución foral, propietaria del yacimiento, decidió crear una comisión científico-asesora en un intento de arrojar luz sobre el medio millar de piezas presentadas y, en marzo de 2009, trasladó el asunto a los tribunales.

Pero, además de «las suficientes anomalías» observadas en 35 de los 39 fragmentos analizados que obligaba a considerarlas «contemporáneas» a ojos del Instituto del Patrimonio Cultural de España, la intervención de los dos trabajadores de Lurmen provocó «desperfectos» en 476 elementos hallados en el yacimiento, un daño que el Ejecutivo autónomo cifra en 600 euros por cada uno. El fiscal expone en su escrito que rayaron la superficie de esos fragmentos «a los efectos de realizar las supuestas inscripciones excepcionales, deteriorando así de forma irreversible piezas tardo-romanas auténticas». Así, por ejemplo, entre los detalles que chirriaron a los expertos aparecían errores ortográficos y referencias anacrónicas como la inscripción RIP sobre la cruz del calvario en lugar de INRI.

Por MARÍA REGO
Fuente: El Correo

Aníbal Clemente

Historia y Arqueología. Publicación digital de divulgación cultural.

2 comentarios:

  1. La Antijusticia anda más fuerte que nunca: lo de Alsasua, la Manada, Cabacas… y lo de Iruña-Veleia.

    La Diputación Foral de Alava y el Fiscal solicitan penas de cárcel y multas de hasta 300.000 euros. Ante semejantes peticiones Euskeraren Jatorria quiere comunicar que:

    1. Es inaceptable que le acusen a Cerdan de no haber hechos las dataciones en los laboratorios del CNRS de París como dijo que se habían hecho, y en estos 10 años de causa la Diputación siga sin haber encargado a este laboratorio que los hiciera para aclarar el caso. Le acusan de no hacer las dataciones y la Diputación tampoco las hace. No las han hecho ni Cerdan ni la Diputación: ¿por qué?

    2. Es inaceptable que se quiera juzgar a estas personas mientras sigan sin hacerse las dataciones que confirmarían científicamente la veracidad o no de los grafitos. Eliseo Gil solicitó estas dataciones hace ¡¡¡11 años” y le denegaron. También solicitó que se hiciesen catas públicas en los lugares donde aparecieron los grafitos y le contestaron que no. Estas catas han ayudado a aclarar conflictos similares como el escudo de Nebra en Alemania.

    3. Es inaceptable que se quiera juzgar a Eliseo y Oscar sin haber llamado antes a los autores de los 29 informes que defienden la veracidad de los grafitos y que han aclarado la mayor parte de los argumentos profalsedad de los 6 informes iniciales.

    4. Es inaceptable las únicas pruebas “científicas” del Juzgado sean unas analíticas de las superficies de las ostracas realizadas por el IPCE-Instituto de Patrimonio Cultural de España. Lo único que ha demostrado este laboratorio del Ministerio de Cultura es que en las superficies hay restos de metales modernos, no debajo de los carbonatos, humo o sedimento, sino encima. Es decir, ¡¡el IPCE nos ha demostrado que las ostracas se han limpiado con cepillos modernos!! No que los textos sean modernos. Cuando hace 10 años expulsaron a Lurmen hicieron lo mismo: dijeron que eran falsas porque habían componentes modernos y resulta que eran los restos de la cola utilizada para pegar los grafitos rotos

    5.Este Juzgado no quiere aclarar lo que hay detrás de este tema. Parece que no sabe que todos los falsificadores del mundo, cuando falsifican algo, intentan que se parezca a lo que se espera de ello. ¿Cómo es que se les ha ocurrido falsificar algo que va contra de muchísimas cosas que se enseñan en la universidad?

    6.Este Juzgado no quiere investigar la actitud de la Sección de Arqueología de la UPV. Eliseo y Oskar no tenían ningún interés económico en falsificar nada ya que con los trozos de cerámica de platos, jarras… tenían trabajo para muchos años. Los que tenían interés era la UPV que después de expulsar a Eliseo llevan cobrando muchísimo dinero.

    Euskeraren Jatorria. 9 de mayo del 2018.
    Algunos tesoros que no han querido datar

    La Ultima Cena tal vez la más antigua del mundo y con una imagen que nos recuerda a la hipótesis de Código da Vinci (que uno de los apóstoles era María Magdalena)
    Textos con carbonato cálcico encima de las letras o humo que se pueden datar. El Padre Nuestro coetáno del del latín y mucho anterior al de castellano (no la ha debido gustar a Rouco Varela…). Palabras en euskera 8 siglos anteriores a San Millan de la Cogolla… menudos tesoros ha descubierto Eliseo y le quieren mandar a la cartel por ello para “cerrar” este yacimiento para siempre!

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  2. Imágenes de los maravillosos grafitos, muchos de ellos datables, de Iruña-Veleia:
    http://euskararenjatorria.net/?p=31022&lang=es

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