Ibéricos y norteafricanos, con genes específicos comunes desde tiempos prehistóricos

El grupo del catedrático de Inmunología de la Facultad de Medicina, Antonio Arnaiz-Villena, junto a investigadores tunecinos ha llevado a cabo un estudio de los genes autosómicos HLA (genes de trasplante) en 100 poblaciones del área atlántico-mediterránea, que incluye 32.012 cromosomas y 100 poblaciones de 36 países diferentes, publicado hace pocos días en PLOS One. Es el estudio conjunto más grande que se ha hecho en esta área del mundo.

El análisis centrado en las poblaciones llamadas “árabes” arroja resultados sorprendentes. Los primeros habitantes de los países del norte de África (bereberes), de Iberia y al menos parte de Francia (la parte atlántica, la Bretaña francesa), tienen un acervo paterno y materno común ya que los genes HLA se transmiten por ambos progenitores: son genes autosómicos no transmitidos por una sola línea parental a diferencia del ADN mitocondrial y del cromosoma Y.

Estos estudios toman especial relevancia en el contexto de que el interés mundial antropológico se ha trasladado recientemente al occidente del Mediterráneo, al hallarse en España las pinturas rupestres más antiguas del mundo y en Marruecos los restos de Homo sapiens más antiguos que los del valle de Olduvai, al este de África, de donde se teorizaba que se había originado la especie humana actual.
Estos resultados de antiguos intercambios entre el norte y el sur del Mediterráneo han sido confirmados posteriormente por investigadores de Ginebra y de Barcelona. Desde el oeste de la Península Arábiga, Yemen, Libia, Argelia, Marruecos hasta la Península Ibérica y parte de Francia, las gentes están muy relacionadas genéticamente. Esto evidencia la existencia de una relación prehistórica estrecha entre el Oeste del Mediterráneo y África y la Península Arábiga (incluyendo Yemen), es decir, entre bereberes e ibéricos.
Esta relación prehistórica ya fue propuesta en términos genéticos y lingüísticos por el grupo del Profesor Arnaiz-Villena. Poblaciones procedentes del fértil Sahara, habrían sido desplazadas por la relativamente rápida desertización -desde hace 10.000 años- hacia el norte, habiendo un flujo genético antiguo a través del Estrecho de Gibraltar.


También es llamativo que la población actual de Egipto no se encuentra en este grupo genético, sino en el grupo de Oriente Medio-otros países de Europa del norte del Mediterráneo (Italia, Albania, Macedonia, Grecia, Turquía, Siria, Líbano, Israel, Palestina, Egipto, Irak e Irán). Esta separación egipcia puede ser debida a un desplazamiento de gentes en épocas históricas, helenización egipcia (Alejandro Magno) y contemporáneas (conflictos y desplazamientos de poblaciones de Oriente Medio en el siglo XX y anteriores).

El gran desierto que es la Península Arábiga se divide en dos partes en cuanto a la genética autosómica de genes HLA. La parte Este y el Yemen, núcleos de poblaciones importantes también serían de tipo bereber relacionados con el Magreb y con Iberia.

Y no hay duda, para muchos lingüistas actuales, de la relación entre la lengua vasca y la bereber, considerando a la lengua vasca como un remanente de la lengua ibérica antigua.

Fuente:Universidad Complutense de Madrid | 6 de abril de 2018

Aníbal Clemente

Historia y Arqueología. Publicación digital de divulgación cultural.

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