El hallazgo de puntas Clovis en Alaska ofrece una nueva explicación sobre los primeros asentamientos en América del Norte

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Mapa que muestra la extensión del hielo glacial hace entre 12.000 y 11.000 años, así como ejemplos de puntas estriadas regionales y las direcciones inferidas de dispersión de los grupos tecnológicos de punta estriada desde un "corazón" dominado por la cultura Clovis hasta el corredor libre de hielo y Beringia; desde el este al norte de los Grandes Lagos y el extremo noreste, y de vuelta, desde el noroeste a lo largo del borde sur de la capa de hielo Laurentide. Los Clovis también existían en el sudeste de Estados Unidos, pero los puntos de esta región no se incluyeron en el presente análisis. Crédito de la imagen: Heather L. Smith y Ted Goebel, doi: 10.1073 / pnas.1800312115.

Un minucioso examen de numerosas puntas estriadas de lanzas halladas en Alaska y en el oeste de Canadá demuestra que el poblamiento de las Américas durante la Edad de Hielo fue mucho más complejo de lo que se creía anteriormente, según un estudio realizado por dos investigadores de la Universidad de Texas A & M.

Heather Smith (izquierda) y Ted Goebel (derecha) participaron en un estudio asociado con el Centro para el Estudio de los Primeros Americanos, el cual forma parte del Departamento de Antropología en la Universidad de Texas A & M.

Smith, quien trabajó en el estudio como parte de su doctorado en Texas A & M, y Goebel, profesor de Antropología en Texas A & M, creen que los hallazgos realizados podrían cambiar la forma en que se ha venido relatando los patrones de viaje y las rutas de los primeros humanos que se establecieron en nuemerosas partes de América del Norte hace entre 14.000 a 12.000 años.

Al emplear nuevos métodos digitales de análisis en el estudio de los artefactos referidos, los investigadores encontraron que "los primeros colonos que atravesaron el corredor emergente libre de hielo del oeste de Canadá viajaron al norte de Alaska, y no al sur, como anteriormente se había interpretado", dice Goebel.

"Aunque a finales de la Edad de Hielo había dos rutas posibles para que los primeros pobladores siguieran su migración desde la zona del Puente de Bering hacia el sur, hasta la templada Norteamérica, parece que solo se utilizó la ruta costera del Pacífico, mientras que la ruta interior canadiense puede que no hubiera sido completamente explorada hasta milenios después, y, cuando lo fue, se realizó principalmente desde el sur".

"Los hallazgos de estas puntas de lanzas estriadas proporcionan evidencia arqueológica que respaldan los nuevos modelos genéticos que explican cómo los humanos colonizaron el Nuevo Mundo", añade Godel.

Las interpretaciones tradicionales del poblamiento de las Américas habían establecido que los primeros habitantes emigraron desde Siberia, atravesaron Alaska, y luego siguieron por el corredor sin hielo que gradualmente se abrió en el oeste de Canadá hasta llegar a las Grandes Llanuras del oeste de EE. UU. Pero los últimos estudios genéticos de antiguos siberianos, de los habitantes de Alaska y de los estadounidenses, así como el descubrimiento de nuevos asentamientos al sur de las capas de hielo canadienses anteriores a la apertura del corredor sin hielo, sugieren, en cambio, que los primeros pobladores de las Américas se trasladaron a lo largo de la costa del Pacífico.

Foto: Ejemplos de puntas estriadas incluidas en el análisis: (A) el complejo acanalado norte, (B) noreste, (C) Folsom, (D) Clovis y (E) Great Lakes. Crédito de la imagen: Heather L. Smith y Ted Goebel. PNAS.

"La clave está en que las puntas de lanzas se relacionan en su tecnología y morfología, y el modo en que algunas de estas características varía forma un patrón de relación ancestral-descendiente. Esto sugiere que las gentes que llevaron tales artefactos a estas ubicaciones estaban también relacionadas", continúa Smith.

"Ello demuestra que estas primeras personas situadas en el oeste de Alaska y Canadá eran descendientes de los Clovis (los primeros pobladores de América del Norte) y usaban el mismo tipo de armas para buscar comida, especialmente bisontes. Estos fabricantes de puntas estriadas no solo estaban en el medio del continente de América del Norte, sino que también emigraron hacia el norte, regresando al Ártico. Los artefactos nos sirven para documentar los patrones de migración de los pueblos prehistóricos", agrega Smith.

"Las puntas de lanza prueban que el poblamiento de las Américas fue mucho más complejo de lo que creíamos, y que estos primeros colonos fueron en muchas direcciones diferentes, no solo hacia el sur. Y ahora tenemos una mejor idea de las armas con las que solían cazar y adónde les llevaron sus viajes".

"Esta es una evidencia tangible de la conexión entre personas del Ártico y la zona media del continente de América del Norte hace 12.000 años, una conexión que podrá ser genética o social, pero, en última instancia, dice mucho de la capacidad y adaptabilidad de las culturas primitivas en tales áreas", concluye Smith.

El trabajo de investigación ha sido publicado en PNAS (Actas de la Academia Nacional de Ciencias). El proyecto fue financiado por la National Science Foundation.

Fuente: Texas A&M | 6 de abril de 2018

Aníbal Clemente

Historia y Arqueología. Publicación digital de divulgación cultural.

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