Descubren los primeros tatuajes figurativos del mundo en momias egipcias

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Imagen infrarroja de la momia masculina conocida como Hombre Gebelein A.

Él se tatuó un toro salvaje y un carnero. Ella, en cambio, se grabó sobre el brazo y hombro motivos lineales y en forma de S. El hombre y la mujer que se rindieron al arte del tatuaje vivieron hace 5.000 años, antes incluso de que el primer faraón asomara la cabeza. La piel de sus momias ha guardado recuerdo de unos tatuajes recién descubiertos que presumen de pulverizar registros históricos.

La pareja cuyos tatuajes vencieron al tiempo fue hallada junto a otras momias a finales del siglo XIX en Gebelein (las dos montañas, en árabe), una zona desértica a unos 40 kilómetros de Tebas, la actual Luxor. Desde 1901 se exhiben en las salas del Museo Británico, que en las últimas décadas ha sometido a sus esqueletos -que quedaron para la posteridad en posición fetal- a un completo examen en busca de detalles de su identidad.

"El uso de los métodos científicos más modernos, incluidos la tomografía computarizada, la datación por radiocarbono y las imágenes por infrarrojos ha transformado nuestra comprensión sobre las momias de Gebelein", reconoce Daniel Antoine (izquierda), conservador de antropología física del Museo Británico y autor de un estudio publicado este jueves en el Journal of Archaeological Science.
El descubrimiento de los tatuajes supone hallar la evidencia más antigua de tatuajes en seres humanos en África, un milenio antes de la hasta ahora considerada como pionera. La pareja estudiada, modificada de manera natural por el calor, la salinidad y la aridez del desierto, habitó el actual Egipto en un período que oscilaría entre el 3351 y el 3017 a.C. Una etapa predinástica a la que sucedió la unificación del país bajo la batuta del primer faraón.

El hombre -que, según un escáner previo, tenía entre 18 y 21 años cuando pereció por un herida de arma blanca en la espalda- es un viejo conocido del museo, en cuyas galerías se expone desde hace un siglo. Hasta ahora, uno de sus brazos lucía unas manchas oscuras sobre las que la fotografía por infrarrojos ha terminado de arrojar luz. Las manchas son, en realidad, los tatuajes de dos animales de prominentes cuernos ligeramente superpuestos.

Detalle de los tatuajes observados en su brazo derecho bajo luz infrarroja. Abajo a la derecha: la momia y los tatuajes bajo condiciones normales de iluminación.

Los expertos han identificado en sus figuras a un toro salvaje, de cola larga, y un carnero de berbería -nativo de las zonas rocosas del Sáhara y el Magreb y de cuerno curvo-. "La presencia de ambos animales es bien conocida en el arte predinástico egipcio", subraya el estudio.
Los diseños no son superficiales y se han aplicado sobre la dermis, la capa de la piel situada bajo la epidermis que representa la segunda línea de defensa contra los traumatismos. El pigmento empleado deriva del carbón, posiblemente una especie de hollín.

La mujer, en cambio, aloja en su cuerpo un sucesión de tatuajes. El hombro derecho muestra una serie de pequeños dibujos con motivos en forma de S. Más abajo, el brazo acoge motivos lineales similares a los encontrados en cerámicas de la época. En concreto, se parecen a los garabatos pintados en los objetos sostenidos por figuras humanas mientras participan en actos ceremoniales.

Detalle de los tatuajes en forma de S en la momia femenina predinástica de Gebelein.


Detalle del tatuaje en forma de palo en el brazo derecho de la mujer predinástica de Gebelein.

Una escena ritual pintada en una vasija de cerámica predinástica muestra múltiples motivos en forma de S y un hombre que sostiene una herramienta curva.

Según el estudio, podría representar un bastón usado en la danza ritual o tratarse de un símbolo de poder y estatus. "El empleo de tatuajes en el cuerpo humano tiene una historia larga y diversa en muchas culturas antiguas", comenta Antoine, que recuerda los tatuajes geométricos encontrados en la momia de Ötzi, el "hombre de hielo" de 5.300 años de antigüedad hallado en 1991 en los Alpes italianos.

Momia de Ötzi.

"Basados en la datación por radiocarbono, los tatuajes de Gebelein son contemporáneos de Ötzi (3370 - 3100 a.C.) y podrían ser considerados, por tanto, entre los más antiguos del planeta", desliza el experto. Las muestras egipcias prueban, además, la presencia de tatuajes desde época predinástica en ambos sexos.

"Al tratarse de los motivos figurativos más antiguos conocidos, nos plantean una gama de posibles usos de los tatuajes en los albores de la antigua civilización egipcia y amplían nuestra visión sobre esta práctica en la prehistoria", concluye Antoine.

Fuentes: elmundo.es | British Museum | 1 de marzo de 2018

Aníbal Clemente

Historia y Arqueología. Publicación digital de divulgación cultural.

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