Descubren una extensa red de fortificaciones militares de hace 4.000 años en Siria
Vista, hacia el este, del grosor del muro norte de Qal'at al-Rahiyya. Foto: M.-O. Rousset mission Marges aridesHace unos 4.000-3.500 años, durante la Edad del Bronce, se levantó un extenso sistema de fortificaciones en una región situada al este de Hama (Siria), de unos 7.000 km². Esta estructura, excepcional en cuanto a su extensión, fue erigida con el fin de proteger las zonas urbanas y sus territorios circundantes.
Las fortificaciones fueron construidas con grandes bloques de basalto en bruto que formaban muros de varios metros de anchura y altura. El sistema defensivo incluía fortalezas, fortines, torres y recintos que corrían a lo largo de las regiones montañosas que dominan las estepas del centro de Siria. Los sitios fortificados estaban ubicados de tal forma que se pudiera establecer un contacto visual entre los mismos, por ejemplo con señales de luz o de humo.
Vista hacia el noroeste que muestra la rampa de acceso situada en Qal'at al-Rahiyya. Foto: M.-O. Rousset mission Marges arides.
Esta extensa red de fortificaciones militares ha sido descubierta por primera vez en el territorio sirio tras el análisis de imágenes aéreas y satelitales por parte de unos investigadores franceses del Laboratoire Archéorient (Environnements et sociétés de l’Orient ancien-CNRS/Université Lumière Lyon 2) y de la Dirección General de Antigüedades y Museos de Siria, según informó ayer el CNRS de Francia.
La fortificación de Rubba.Foto: B. Geyer mission Marges arides.
Esta red regional probablemente fue construida para defender el territorio, para vigilar y proteger los corredores de transporte y, sobre todo, para proteger las tierras más atractivas. "El acceso a las observaciones aéreas y satelitales, desde 1960 hasta la actualidad, ha hecho posible reconstruir la red más allá de los límites de la zona que se estaba explorando. Así se ha podido detectar una red que se extiende de norte a sur y a lo largo de unos 150 kilómetros", concluye el comunicado del CNRS.
Fuente: National Geographic | 22 de diciembre de 2017
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