Descubren una antigua ciudad fundada por Alejandro Magno en Irak

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Después de estar perdida durante más de 2.000 años, un grupo de investigadores del British Museum ha encontrado los restos de la antigua ciudad de Qalatga Darband junto al lago Dukan, en la región de Kurdistán (Irak). Esta ciudad, fundada por Alejandro Magno, fue un antiguo asentamiento fortificado por la que pasaba un activo tráfico de vino con el objetivo de calmar la sed del ejército de Alejandro Magno durante la guerra contra el rey persa Dario III.




Tal y como explica el arqueólogo John MacGinnis del Museo Británico a The Times, el grupo de arqueólogos ha encontrado en Irak, en lo que en aquél entonces era Mesopotamia, restos de un edificio cuadrado que pudo haber sido un fuerte y bloques de piedra califa que pudieron haber sido utilizados como bases para prensas de vino o aceite.

“Una ciudad bulliciosa”

El arqueólogo explica, a pesar de que reconoce que es temprano para sacar conclusiones, que Qalatga Darband fue una ciudad bulliciosa que se convirtió en un paso fundamental entre los actuales Irak e Irán. Bajo su punto de vista, este asentamiento, que habría sido fundado el 331 a.C., pudo contar con una importante industria vinícola.


De hecho, un gran número de soldados y comerciantes visitaban la aldea para beber vino y aprender más sobre los antiguos filósofos que acudían a los comercios de esta localidad. Se estima que el asentamiento llegó a estar compuesto por más de 3.000 personas.

Descubierto en plena guerra fría

Durante la excavación, el grupo de arqueólogos ha descubierto un gran número de tejas y estatuas en el asentamiento. De hecho, se cree que las figuras encontradas representan a los dioses griegos Perséfone y Adonis. Al mismo tiempo, el equipo también ha encontrado monedas en las que se muestra al rey Orodes II, que gobernó entre el 57 y el 37 a.C. Por lo tanto, el asentamiento se mantuvo durante varios siglos.



No se volvió a saber nada sobre esta localidad hasta que un satélite espía lo descubrió en plena guerra fría. Uno de los satélites, mientras sacaba fotos en la región de Kurdistán, en Irak, detectó diversas marcas en los cultivos visibles, lo que señalaba la existencia de un posible asentamiento.

Trabajarán sobre el terreno hasta 2020

Dado que los militares nunca llegaron a interesarse en las ruinas, los arqueólogos no pudieron trabajar con estas fotografías hasta 1996, cuando se desclasificaron oficialmente. Fue entonces cuando el equipo de arqueólogos del Museo Británico decidió investigar el terreno. No obstante, la guerra que asoló el país impidió realizar el trabajo, por lo que tuvo que esperar hasta el final de la misma para proceder con su trabajo.



Desde entonces, y hasta el año 2020, el grupo de investigadores trabaja sobre el terreno con el objetivo de desenterrar los secretos de esta ciudad perdida que esconde un gran número de secretos.

Fuente: David Justo | Cadena SER, 26 de septiembre de 2017

Historia y Arqueología

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