Neandertales y animales alternaron en la utilización del Abrigo del Molino (Segovia)
Dos arqueólogos, trabajando ayer en el Abrigo del Molino. / Guillermo HerreroSorpresas en el Abrigo del Molino para acabar la campaña 2017. Los hallazgos, esta misma semana, de restos óseos de un lobo y de un asta de ciervo —en ambos casos, en un nivel de cerca de 45.000 años de antigüedad— abren una nueva perspectiva para el yacimiento situado en la ribera del río Eresma, aguas abajo del santuario de la Fuencisla.
En la campaña que mañana viernes finaliza, los arqueólogos se han centrado en excavar el nivel más antiguo de ocupación neandertal en el Abrigo del Molino, un estrato que “no se parece en nada” a los anteriores, como reconocía ayer David Álvarez.
A diferencia de los pasados veranos, en los que investigadores se toparon con niveles donde aparecían numerosos restos de industria lítica, este año han tenido que trabajar en un estrato con menor actividad pero que ha proporcionado una gran variedad de fauna. Así, se han descubierto huesos de uro o bisonte, caballo, ciervo o, la gran novedad, lobo.
“Lo excepcional de este lobo—explica Álvarez— es que ha conservado una buena parte de sus huesos, y en conexión anatómica”. El codirector de las excavaciones sostiene que “dicho animal no está relacionado con la ocupación neandertal” del Abrigo del Molino. La posición en la que aparece el animal, así como el hecho de que sus extremidades se encuentren enteras da pie a pensar que murió de forma natural, no por una acción de caza de los neandertales. El cánido entró en el Abrigo del Molino y murió, quedando allí sus restos durante 45.000 años.
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Para Álvarez, el descubrimiento de dicho lobo constata que "En el primer momento de ocupación neandertal del Abrigo del Molino se entremezclan evidencias de actividad humana con la presencia de animales que estaban por el entorno”. En ese sentido, subraya que en esa etapa inicial de utilización del yacimiento por los neandertales, esos grupos humanos "lo usaron de una forma muy esporádica y muy puntual”. “Estaban en el Abrigo del Molino muy poco tiempo; debían cazar animales de su entorno y llevaban luego allí algunas partes anatómicas de las piezas cobradas, para su procesado, en uno o dos días; después se iban”, relata el arqueólogo. Tras una de esas marchas de los neandertales, cuando el Abrigo del Molino estaba vacío, debió entrar el lobo cuyos restos ahora han visto la luz...
Otro dato habla de la efímera presencia neandertal en el nivel más antiguo del yacimiento: el descubrimiento de un asta de ciervo. No se trata del asta de un animal cazado, sino de uno caído como consecuencia del desmogue, cuando la especie muda los cuernos. “Por alguna razón, los neandertales lo recogieron en el campo y lo transportaron al Abrigo del Molino”, dice Álvarez. Posiblemente, la pronta marcha de los neandertales del lugar motivó el olvido de esa pieza...
El hallazgo del lobo y del asta de ciervo han dado a los arqueólogos “una visión diferente” del yacimiento, con nuevos datos que permitirán una reconstrucción ambiental del entorno más acertada. En vísperas del cierre de la campaña, Álvarez presentaba ayer un "balance muy fructífero” de la misma, ya que “hemos conseguido llegar al nivel más antiguo, que era uno de los objetivos” y, además, “ya podemos poner fecha a la finalización de la excavación del yacimiento, que será el próximo año”.
Fuente: eladelantado.com | 2 de agosto de 2017
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