Nuevo hallazgo de arte parietal en la cueva Arbil V de Deba (Guipúzcoa) de entre 11.000 y 15.000 años de antigüedad

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Foto: Grabado de un reno.

Un nuevo hallazgo de grabados paleolíticos en la cueva Arbil V de Deba, con una datación estimada de entre hace 11.000 y 15.000 años, eleva a once el número de grutas con representaciones de arte prehistórico en Guipúzcoa, territorio que hace sólo diez años únicamente contaba con dos (Altxerri y Ekain).
El impulso recibido por este tipo de descubrimientos en la última década se enmarca en el Proyecto de Prospecciones Arqueológicas para la localización de nuevos vestigios de arte parietal, promovido por la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) y financiado por la Diputación de Guipúzcoa.
Uno de los mayores éxitos de este proyecto fue conocido hace tan sólo doce días, cuando la institución foral hizo público el hallazgo en la cueva Aitzbitarte IV de Errenteria de una unas imágenes de animales de hace unos 14.000 años, en un estado de conservación «excepcional», grabadas en arcilla y únicas en la Península Ibérica por la técnica con la que fueron realizadas.
Ahora, en Arbil V, también conocida como Sustraixako Kobea, los expertos han encontrado la representación de un reno con una gran cornamenta de varias puntas y la librea de pelo en el nacimiento del cuello característica de esta especie, además de un grabado de una cierva de grandes orejas, perfectamente definida.

Foto: Grabado de una cierva.

Los arqueólogos han localizado también porciones de dos figuras animales más aún sin identificar, así como otras líneas que hacen pensar que en el futuro podrían hallarse nuevas representaciones ya que hasta el momento tan sólo ha sido examinada una de las paredes de esta gran cueva de cerca de veinte metros de diámetro.

Estos hallazgos, de época magdaleniense, han sido presentados hoy en una rueda de prensa por el miembro del grupo de espeleología Antxieta Jakintza Taldea autor del descubrimiento, Javier Lazkano, así como por los arqueólogos de la UPV/EHU Álvaro Arrizabalaga, María José Iriarte y Blanca Ochoa, quienes han estado acompañados por la directora de Cultura, María José Tellería (abajo).


Se da la circunstancia de que tanto Arbil V como Aitzbitarte IV son cuevas conocidas y catalogadas desde hace años sin que hasta ahora se hubieran encontrado estas representaciones. En ambas existen algunos tramos que no han sido examinados por lo que con toda probabilidad podrían producirse nuevos hallazgos.

Según ha explicado hoy el arqueólogo Álvaro Arrizabalaga, el descubrimiento ahora de estas figuras se debe al renovado interés por el arte parietal y a las nuevas referencias con las que se están enfocando las nuevas investigaciones, ya que en los últimos tiempos se ha pasado «de mirar al suelo» para encontrar restos arqueológicos a «mirar a las paredes» para buscar arte.
Los expertos han aclarado que, en esta línea, las cuevas del País Vasco tienen «mucho potencial» para nuevos descubrimientos, aunque se trate de grutas conocidas, porque en la vecina Cantabria cuentan con más de un centenar de grutas con arte paleolítico, al igual que sucede en Asturias.

Foto: Vista general del monte Arbil de Deba, en cuyos dominios se encuentra la cueva Arbil V, en la que han aparecido varios grabados prehistóricos. (Jabi León)

No obstante, según los especialistas, los nuevos descubrimientos serán, con mayor probabilidad, de grabados y no tanto de pinturas, pues estas últimas son más fáciles de ver a simple vista, mientras que localizar los primeros resulta más difícil y, en ocasiones, es necesario aplicar técnicas de iluminación e incluso programas informáticos.

Blanca Ochoa ha precisado además que todos los descubrimientos son importantes porque, aunque inicialmente pueden aparecer relativamente pocas figuras, en un examen posterior suelen ser descubiertas muchas más, como ocurrió en el caso de Danbolinzulo de Zestoa, donde en un primer momento se apreció una media docena de figuras y en la actualidad ya se han catalogado más de 25.

Fuente: ABC.es | 18 de julio de 2017
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Gipuzkoa, la autopista prehistórica que unió Europa con la península

Hace entre 10.000 y 15.000 años, en pleno período Magdaleniense, el actual territorio de Guipúzcoa actuó como una suerte de "autopista prehistórica" que, según creen los expertos, conectó el contiene europeo con la Península Ibérica y permitió el paso de los humanos paleolíticos hacia Atapuerca.
Los descubrimientos realizados en la última década, en los que el número de cuevas con arte rupestre en Guipúzcoa han pasado de dos a once, han permitido dibujar sobre el mapa un corredor por el que hace miles de años nuestros antepasados transitaron entre los Pirineos y el valle del Ebro o la meseta norte.

El recorrido que configura la unión de los yacimientos de Aitzbitarte (Errenteria); Altxerri (Aia); Danbolinzulo y Erlaitz (Zestoa); Ekain y Astigarraga (Deba), y Lezetxiki (Arrasate), configura un corredor compartido en muchas partes por la actual autopista AP-8, a través del que, en opinión de los expertos, los humanos prehistóricos se adentraron en la península en busca de materias primas.

Según explica el profesor de la Universidad del País Vasco y miembro de la Sociedad de Ciencias Aranzadi, Álvaro Arrizabalaga, se trata de un "nuevo modelo de estudio" que, a diferencia del anterior en el que el País Vasco se situaba como fondo del corredor Cantábrico que configuran Asturias y Cantabria, propone una distribución "multidireccional" de las personas de aquella época, así como de sus "ideas e innovaciones tecnológicas".
"Lógicamente -concreta Arrizabalaga- los seres humanos que llegaron a Atapuerca lo hicieron por algún sitio y la hipótesis más probable es que llegaran pasando por Gipuzkoa y por el corredor del río Deba, donde hay una concentración muy grande de yacimientos y de arte parietal, en la zona de Deba, Mutriku e incluso Mendaro".

"Son los yacimientos arqueológicos los que nos están definiendo que ese es el paso", precisa el experto, en cuya opinión, "lo que nuestros antepasados buscaban en el valle del Ebro era algo tan esencial" para ellos "como la materia prima con la que hacer herramientas".
"Querían las buenas fuentes de sílex que están en Treviño y en Urbasa. Y para acceder a ellas es imprescindible cruzar la divisoria de aguas y entrar en Álava", ha concretado.

Arrizabalaga, quien ha ofrecido esta explicación durante una rueda de prensa que ha ofrecido en San Sebastián para dar a conocer unos grabados paleolíticos encontrados en la cueva de Arbil V, en Deba, ha señalado que el fenómeno de la búsqueda de materias primas se observa también en el otro lado de los Pirineos, "en el País Vasco francés donde pasa exactamente lo mismo", según ha comentado.
"Hay una distribución del flujo de las poblaciones que se estrecha mucho para cruzar el Bidasoa pero luego, una vez que entran en Iparralde se distribuyen por el pie de monte de los Pirineos, la depresión aquitana y el valle del Garona", ha descrito el arqueólogo.

Anónimo

Historia y Arqueología. Publicación digital de divulgación cultural.

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