Excavan una villa en Itálica con una construcción única en la península

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Este agosto se cumplirán diecinueve siglos del fallecimiento de Trajano y la llegada al poder de Adriano, los dos emperadores béticos que tuvo el imperio romano. Las administraciones públicas no han aprovechado la fecha para dar un salto cualitativo con objeto de fomentar el conocimiento de los emperadores, mediante alguna actividad, como por ejemplo, una exposición, ni para avanzar en el estudio de sus figuras, organizando, por ejemplo, algún simposio internacional. El único lo organizó Civisur, que promueve la candidatura a Patrimonio de la Humanidad de Itálica.

El Seminario de Arqueología de la Universidad Pablo de Olavide (UPO) sí ha aprovechado la efeméride y ha puesto en marcha su primer proyecto de excavaciones en el conjunto arqueológico de Itálica, que persigue, en una de sus dos intervenciones, la huella del emperador Adriano en la ciudad bética.

Se trata de la excavación que están realizando durante todo el mes de julio en la Casa de la Cañada Honda, en cuyo patio hay una construcción prácticamente única en España, pues solo se conserva otra similar en la península ibérica en la Villa del Ruedo de Almedinilla (Córdoba).
Esta construcción es un lecho de banquetes denominado «stibadium», diferente del habitual «triclinium», por cuanto aquel distribuye los divanes que lo forman de forma radial respecto a una fuente, mientras este los sitúa en forma de «U», explica el director de la excavación y profesor de Arquelogía de la UPO Rafael Hidalgo.


Lo que hace único a este «stibadium», explica Hidalgo, «es que es muy difícil de ver antes del Bajo Imperio (siglos III y IV d. C.). Los únicos que había en época de Adriano (siglos I y II d. C.) son los que se conservan en la Villa Adriana, en Tívoli, uno en el Canopo y otro en el Palazzo, que excavamos hace un año».

Lo que trata de probar este equipo con este proyecto es si el «stibadium» de Itálica es de la época del emperador. «Creemos que la casa de Itálica, situada en el barrio Adrianeo, una zona de casas nobles, pertenecía a un rico patricio con casa en Roma y que pudo, tras estar en la villa de Adriano, construirse un “stibadium” similar».

Para poder probar esta teoría, se están tomando muestras de los morteros romanos para analizar la composición química de las argamasas y a partir de ahí comprobar si son de la misma época las de Itálica y Villa Adriana, explica la estudiante de doctorado, Rocío Durán, mientras trabaja en la Casa de la Cañada Honda, sobre la que, además, prepara su tesis. La comparativa la podrán hacer cuando concluyan las excavaciones que el Seminario de Arquelogía realizará en la Villa Adriana en agosto y septiembre.

Trabajos todo el mes de julio

Durán forma parte del equipo que excava en Itálica durante todo julio bajo la dirección de Hidalgo, en jornadas de siete y media de la mañana a las dos de la tarde. En total, están sobre el terreno cuatro arqueólogos, un topógrafo y una treintena de alumnos —de distintos grados de Humanidades y de doctorado d e la UPO—, que trabajan en turnos diarios de quince estudiantes. «Excavar en estos meses es muy duro, pero es la mejor época para hacerlo, ya que la lluvia es tu peor enemigo».

Los trabajos en Itálica los retomará la UPO el próximo octubre, fecha en la que excavarán por primera vez en la muralla tardoantigua de la ciudad, en un tramo situado en las proximidades del «Traianeum». «No se ha excavado nunca, solo se conoce su ubicación gracias las prospecciones geofísicas. Esta excavación puede aportarnos datos para conocer la evolución histórica de Itálica más allá del imperio romano», señala.

Con estas palabras, este arqueólogo hace referencia al hecho de que Itálica continuó siendo habitada en época visigoda. «La muralla o es del siglo IV o,más probablemente, del siglo VI, construida durante el conflicto entre Leovigildo y Hermenegildo», que enfrentó a padre e hijo por haberse convertido este último al catolicismo.

Esta segunda fase contará con la colaboración de un equipo de arqueólogos de la universidad alemana de Marburg, dirigidos por el profesor Max Teichner, que se encargarán de realizar las prospecciones geofísicas previas a la excavación de la muralla y colaborarán también en los trabajos.

Jornadas de puertas abiertas

Estas excavaciones se desarrollarán, como mínimo, durante el próximo curso, aunque «con toda probabilidad se extenderán un año más. En ese tiempo, la investigación se complementará con el desarrollo de la actividad docente en la UPO, pues todas las prácticas del Seminario de Arqueología se trasladarán a allí. Creo que estaremos dos años y que tendremos una monografía con resultados medio año después».

Esa unión de la investigación al proyecto docente es un aspecto que valoran los alumnos de Humanidades que participan en la excavación, como Laura Cantos. «La arqueología es algo que veía como muy lejano, como algo que se veía en la tele. Pero cuando vi el anuncio en la facultad me apunté y me cogieron. Es un trabajo pesado, pero cuando encuentras, por ejemplo, una «lucernita» (pequeña lámpara romana) y estucos, eso es un mundo».

Algo de la emoción que supone desenterrar piezas que hablan del pasado romano e imperial de la actual Santipoce pueden sentirlo los visitantes que quieran acercase a la excavación, pues el equipo organiza todos los viernes jornadas de puertas abiertas a las diez de la mañana y con explicaciones en cuatro idiomas: español, francés, inglés e italiano. Una oportunidad de buscar la huella de Adriano el año del XIX aniversario.

Fuente: ABC.es | 16 de julio de 2017

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Más de la mitad de la superficie de Itálica está por excavar


Las excavaciones arqueológicas en Itálica están ahora en un momento excepcional, con tres proyectos en marcha, uno de la UPO y otros dos de la Universidad de Sevilla. «Es algo excepcional, porque desde los años ochenta se habían reducido mucho en Itálica. Ahora hay una buena coyuntura, por cuanto el actual director del conjunto arqueológico, Antonio Pérez Paz, está propiciando que se desarrollen proyectos como estos», explica el profesor de la UPO Rafael Hidalgo.

La necesidad de excavar en la ciudad romana es vital, por cuanto puede aportar datos que amplíen los actuales conocimientos que se tienen sobre ella. De hecho, más del 50% de su superficie está aún por desenterrar. «En Itálica hay muchísimo por hacer, a pesar de que se ha trabajado e investigado mucho. Hoy la única forma de progresar en el conocimiento de la ciudad es hacer excavaciones, porque lo que conocemos ya está muy estudiado. Necesitamos nuevos datos que nos planteen nuevas preguntas y problemas por resolver».

Esta pretensión choca, sin embargo, con la escasa disponibilidad presupuestaria que tienen las administraciones públicas para desarrollar trabajos arqueológicos. De hecho, la financiación de la excavación que realiza la UPO sale de los fondos de un proyecto de investigación de la propia universidad.

«En total, el coste de la excavación es de unos 3.000 euros, aparte de los gastos de personal. No conseguimos financiación para las excavaciones ni de las administraciones ni de las empresas privadas», se lamenta Rafael Hidalgo mirando, desde la Casa de la Cañada Honda, la llanura que se extiende hasta Santiponce, bajo la que se encuentra el barrio adrianeo, donde tenía sus casas la más alta aristocracia bética y que está en su mayor parte aún por desenterrar.

Fuente: ABC.es| 16 de julio de 2017

Anónimo

Historia y Arqueología. Publicación digital de divulgación cultural.

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