El ‘ecocidio’ que NO cometieron los habitantes de Rapa Nui en la Isla de Pascua

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Ubicada a 3.700 kilómetros de Chile, la Isla de Pascua esconde los secretos de la cultura Rapa Nui (iStockphoto)

Colapso fue la culminación de la teoría. El libro del biólogo Jared Diamond, aparecido en 2005, confirmaba las hipótesis predominantes sobre Rapa Nui. Durante décadas se creyó que los habitantes de la Isla de Pascua había entrado en un círculo vicioso, en una carrera sin fin que les llevó hasta la destrucción de su propia civilización. ¿El motivo? construir el moái más grande y ostentoso.
Los investigadores pensaban que la competencia desenfrenada provocó la desforestación (los árboles se cortaban para transportar las grandes estatuas), el agotamiento del suelo y la progresiva escasez de recursos en la isla. Sin madera tampoco se podían construir canoas para salir a pescar.
De ahí, apuntaba Diamond en su obra, se inició una cruenta guerra entre los distintos clanes que tuvo tintes apocalípticos. Las incesantes luchas tribales para conseguir las escasas materias primeras les habrían llevado incluso al canibalismo, según algunas tesis.

Algunas otras tesis aisladas han desacreditado en los últimos años esta teoría. Los arqueólogos Terry Hunt y Carl Lipo consideraron que fue la rata polinesia (Rattus exulans) la que provocó la deforestación. Christopher Stevenson, de la Virginia Commonwealth University, afirmó en 2015 que, lejos de comportarse como unos depredadores insaciables, los nativos de Rapa Nui lo que hicieron fue aprovechar de forma inteligente los escasos recursos naturales con los que contaban.

Rano Kau, EL cráter más grande de la Isla de Pascua (Mivueltalmundo.com)

El pasado 30 de junio, el American Journal of Physical Anthropology publicó un estudio realizado por científicos de la Universidad de Bristol que ha determinado la capacidad de adaptación ambiental y resiliencia (capacidad de adaptación) de la población prehistórica de la Isla de Pascua.

El equipo dirigido por Catrine Jarman (izquierda) ha estudiado los restos humanos, de fauna y botánicos, de los sitios arqueológicos Anakena y Ahu Tepeu, que se empezaron a utilizar alrededor del 1400 después de Cristo. Analizaron los isótopos de carbono y nitrógeno y los aminoácidos del colágeno de los huesos para evaluar el uso de recursos marinos frente al uso de materias primas terrestres.

Sus resultados demuestran que alrededor de la mitad de la proteína en las dietas de los seres humanos estudiados procedían del marisco. Además, los hallazgos sugieren que la población prehistórica se adaptó y exhibió una conciencia ambiental astuta en un ambiente áspero con suelos pobres en nutrientes.

La mayoría de las muestras de huesos humanos (fragmentos de costillas o falanges) y de animales (ratas, aves, peces y mamíferos marinos) utilizadas en el estudio provienen las excavaciones arqueológicas que se hicieron entre 1986 y 1988 en Anakena en una colaboración entre el Museo Kon Tiki de Oslo y el Museo de Hanga Roa (Rapa Nui). También se han analizado muestras procedentes de las excavaciones dirigidas por la expedición de Thor Heyerdahl en 1956.

La Isla de Pascua, el lugar habitado más remoto de la Tierra, se empezó a poblar alrededor del 400 d.C. y no fue hasta el año 1200 cuando habrían llegado las tribus procedentes de la Polinesia. La época de mayor esplendor de la antigua civilización de Rapa Nui fue durante los siglos XIII y XV. A partir del siglo XVI empezó la época de crisis. Los primeros europeos en llegar a este enclave fueron unos holandeses capitaneados por Jacob Roggebeen, el día de Pascua del año 1722.

Los moáis de la Isla de Pascua (Mivueltalmundo.com)

“Los estudios demuestran que los humanos comían frutos del mar y, en cambio, es poco probable que las ratas hayan constituido una fuente significativa de proteína”, dicen los investigadores de la Universidad de Bristol. De ahí deducen que las tribus de la isla "tenían una estrategia de subsistencia más equilibrada” y entienden que "es poco probable que hayan puesto una tensión innecesaria sobre los recursos naturales terrestres”.

El equipo de la doctora Catrine Jarman dice que los datos estudiados sugieren que "los cultivos agrícolas, documentados arqueológicamente, requerían un esfuerzo considerable” porque era necesario transportar piedras para su construcción. “La quema del bosque nativo habría aumentado temporalmente la fertilidad del suelo en Rapa Nui, pero con el tiempo se habría perdido de nuevo esa fertilidad”, añaden.

Foto: Un jardín con cubierta de rocas en Rapa Nui con cultivo de taro (Colocasia esculenta)El taro ha sido durante mucho tiempo un alimento básico de los nativos de las islas polinesias. Crédito: Terry Hunt.

"Hemos descubierto que los cultivos agrícolas consumidos deben haber sido plantados en suelos que fueron manipulados deliberadamente para proporcionar mejores rendimientos. Trabajos previos han demostrado que las plantas de Rapa Nui se cultivaron en jardines de roca y recintos de plantación conocidos como 'manavai', que fueron cuidadosamente construidos y deliberadamente supervisados, y nuestro estudio muestra que los isleños pudieorn haber añadido fertilizantes".

Por eso concluyen que los esfuerzos para manipular los suelos agrícolas demuestran que "la población prehistórica de la isla tenía un amplio conocimiento de cómo superar la pobre fertilidad del suelo, mejorar las condiciones ambientales y crear un suministro sostenible de alimentos. Estas actividades demuestran una considerable adaptación y resiliencia a los desafíos ambientales, un hallazgo que es inconsistente con la teoría del ’ecocidio’”.

Fuentes: lavanguardia.com | bristol.ac.uk | 17 de julio de 2017

Anónimo

Historia y Arqueología. Publicación digital de divulgación cultural.

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