Descubren nuevos indicios de canibalización en Atapuerca

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Dos investigadoras clasifican las piezas encontradas en la excavación. - RAÚL G. OCHOA

Bajo la cueva sepulcral del Calcolítico que se ha excavado en los últimos años en el yacimiento de El Mirador, en Atapuerca, se ha encontrado un nuevo proceso de canibalización. «Estamos excavando estos días, bajo la cueva sepulcral, un nuevo nivel con restos humanos canibalizados», señalaba al respecto el responsable de la excavación, Josep María Vergés. Se trata del cuarto fenómeno de canibalización que se ha podido determinar en Atapuerca.

El más antiguo se refiere a las piezas de Homo sp, de 1,3 millones de años, que aparecieron en Sima del Elefante. Las piezas canibalizadas más señeras de Atapuerca son las de Homo antecessor que se encontraron en Gran Dolina con entre 900.000 y 800.000 años de antigüedad. Entre los fósiles encontrados había muchas piezas de ejemplares inmaduros. En el sondeo vertical que durante años se realizó en Mirador habían aparecido unos restos de cráneos con la calota, la parte superior de la cabeza, cortada. Además los huesos de estos cráneos habían sido hervidos en un proceso que entienden ritual. Estos procesos se llevaron a cabo hace 3.900 años, en la Edad del Bronce Antiguo.

Mil años después, o un poco más a la espera de contar con dataciones y estudios de laboratorio sobre los restos que ahora se están excavando, se sitúa este segundo proceso de canibalismo en Mirador.
«Lo que estamos encontrando son restos de todo el esqueleto que no recibieron un trato especial, se trataron como restos de consumo y aparecen junto a otros restos de consumo, pero creemos que, como los cráneos, tiene que haber algo de ritual», señaló Vergés (izquierda). En concreto aparecen huesos canibalizados de ejemplares inmaduros, alguno niño de entre dos y tres años, pero la mayoría se encuentran entre los 10 y los 12, dado que la epífisis no aparece soldada y es un fenómeno que se produce a los 16 años. «Todo apunta a que son inmaduros, pero para conocer algo más hay que esperar los estudios de los especialistas para saber el género, la edad...», destacó el responsable de la excavación.

Estos trabajos se realizan en la zona derecha del yacimiento donde se ha excavado un sepulcro durante las últimas campañas. Aún en la presente aparecen restos de cráneos apilados en las paredes de la cueva, porque «lo que hacían era colocar el cadáver en el centro de la cavidad con su ajuar y al resto los apartaban a los bordes de la cueva». De ahí que aún aparezcan restos.
De forma paralela también se bordean los 5.000 años en la excavación situada a la izquierda. Allí se encuentran en la actualidad analizando restos de estiércol quemado. «Era algo habitual en aquellos tiempos, cuando aún no se aprovechaba el estiércol para abonar los campos, lo tienen como residuo y lo que buscan es eliminarlo lo más rápido posible, quemándolos se reducen en un 90%», destaca.

Foto: Entrada de la Cueva El Mirador.

De forma paralela a la investigación se busca abrir la cueva. En la parte derecha se gira hacia el exterior de las cavidades donde todo parece indicar que hay una cueva colmatada más antigua. En el lado izquierdo prosiguen hasta el interior del sistema kárstico de la sierra, llegando a alguna de las cavidades no colmatadas hasta el techo que puedan dar lugar a nuevos espacios de uso de Homo heidelbergensis o neandertales.

Fuente: elcorreodeburgos.com | 14 de julio de 2017

Anónimo

Historia y Arqueología. Publicación digital de divulgación cultural.

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