Catedral Metropolitana de Santa María la Real de Pamplona
Está situada en La Navarrería, que es el punto más alto y más antiguo de la ciudad. Se extiende a ambas orillas del río Arga. Es sede de la Archidiócesis de Pamplona y Tudela. La actual Catedral de Santa María la Real de Pamplona se levanta sobre un solar cargado de historia desde la fundación de la ciudad por el general romano Pompeyo Magno el año 74 a.C. La primera vez que se tiene constancia de la iglesia de Pamplona es en el año 589, en un documento en el que se menciona al obispo de dicha ciudad en el Concilio III de Toledo. Por iniciativa del rey Sancho el Mayor la diócesis de Pamplona se restaura entre los años 1022 y 1032.
La catedral
románica inicia su andadura bajo el mandato del obispo Pedro de Roda,
quien ocupa la diócesis pamplonesa en el año 1083. El prelado creó
una cofradía con la que obtener los fondos necesarios para afrontar
las obras, al tiempo que el papa Urbano II exhortaba al monarca Pedro
I y a sus súbditos a través de una bula de marzo de 1097, a colaborar mediante
donaciones en la nueva empresa. El templo era de grandes dimensiones 70 de
largo por 50 de ancho siendo sólo superada en esa época por la catedral de
Santiago de Compostela. En su construcción se sabe que intervino
el maestro Esteban, que trabajó en la catedral de Santiago de
Compostela hicieron posible que la iglesia pudiera ser consagrada el 12 de
abril de 1127 en presencia del rey Alfonso el Batallador; aunque
la empresa del claustro se prolongó unos años más, aproximadamente hasta 1137.
Definida
por tres naves de mayor anchura la intermedia con crucero saliente y triple
cabecera formada por un ábside central, semicircular al interior y poligonal al
exterior; y dos laterales de diseño semicircular situados sobre el crucero.se
abría una cripta organizada en tres pequeñas naves que separaban
columnas situaba la puerta principal que constaba de un doble vano de
medio punto abocinado siguiendo el esquema de la puerta de Platerías de la
catedral de Santiago de Compostela, la fábrica románica han llegado a
nuestros días la cillería y el palacio episcopal. A consecuencia de la
guerra de la Navarrería de 1276, en la que las tropas francesas saquearon el
templo catedralicio y sus dependencias, el claustro románico quedó en estado
ruinoso, 1391 se derrumbó la Catedral románica quedando en pie únicamente la
fachada y la cabecera, del hundimiento de la parte oriental de las naves de la
catedral románica, lo que obligó a una nueva reedificación del templo, esta vez
siguiendo los postulados del gótico. Parece ser que hacia 1391 comenzaron a
elaborarse las trazas de este edificio siendo colocada la primera piedra
el 27 de mayo de 1394.
La
ejecución de tan ambiciosa fábrica se llevó a cabo gracias a la aportación
económica de los reyes navarros Carlos III y su esposa Leonor
otorgaron importantes donaciones entre 1394 y 1420, como también su hija
Blanca, de los prelados que ocuparon la sede episcopal durante el proceso
constructivo Martín de Zalba, Sancho Sánchez de Oteiza y Martín de Peralta,
el clero y de los fieles. Las obras concluidas en 1501, año
en el que el papa Alejandro VI promulga una bula que concede
indulgencias a quienes ofrecieran limosnas para la conservación de los
edificios y no para la ejecución de obras.
Como
resultado del proceso constructivo el edificio se configuró en una amplia
planta de cruz latina articulada en cinco naves de seis ramos, la central
más ancha y las exteriores de capillas entre contrafuertes. A ello se añade
una cabecera poligonal con un pilar en eje, rodeada de una girola con
capillas.
Entre los
años 1632-1634 se añadió al tramo norte de la girola que se adosa al
brazo del crucero, la capilla de San Blas. De las cuatro estancias la
primera que se ejecutó fue precisamente esta última, la sacristía de los
canónigos, construida en 1599 por iniciativa del obispo Antonio
Zapata. Sin embargo su aspecto varió sustancialmente con la remodelación que a
mediados del siglo XVIII llevó a cabo el tallista Silvestre de Soria,
incorporando una densa decoración rococó que afectó a muros, pinturas de las
bóvedas y mobiliario. Entre 1783-1803.
Se terminó con la gran obra de levantamiento de la fachada: se derribó
la antigua románica y se construyó otra neoclásica.
FACHADA
A pesar
del derrumbe parcial de la catedral románica en 1390, la iglesia mantuvo
intacta su fachada, construida en dicha época y de escaso valor y falta de
simetría, pues sus torres eran desiguales. De esta primitiva fachada
únicamente nos queda el dibujo de la planta, en un plano de Ventura
Rodríguez de 1783, cuando iba a ser sustituida por la actual, y algunas
tallas que se conservan en el Museo de Navarra. Que fue fundada en 1956.
Las torres, situadas a los extremos de la fachada, tienen un cuerpo
inferior macizo, abierto solo por dos ventanas superpuestas, la inferior con
frontón y la superior con imposta. Es de planta octogonal, o cuadrada
achaflanada.
PUERTA SAN JOSÉ
Al brazo
saliente del crucero, sobre una grada destinada a salvar el desnivel de
terreno, se abre la llamada puerta de San José flanqueada por dobles
contrafuertes, realizada hacia 1425 y atribuida al escultor Jehan Lome. Después de la remodelación del siglo XVIII de la fachada
principal, se trata de la única puerta medieval que conserva la catedral
abierta hacia el exterior.
INTERIOR DE LA CATEDRAL
Las naves
se dividen en seis tramos, rectangulares en la mayor y casi cuadrados en
las laterales. El último se añadió al levantar la fachada en los años finales
del siglo XVIII. Las bóvedas son de crucería sencilla en las naves,
en las capillas abiertas a las laterales y en los brazos del crucero. El tramo
central de éste se cubre por bóveda estrellada, con terceletes.
Los arcos son agudos y los pilares, de planta romboidal, se componen
de doce finas columnas que separan molduras verticales cóncavas. La nave
mayor carece de triforio y, sobre la imposta que corre encima de la clave
de los arcos que la comunican con los laterales, hay grandes paños de muro
liso, hasta el alféizar de las ventanas. Estas no son muy grandes y alternan en
la nave mayor las de diferente altura.
PRESBITERIO
Ante la
imagen de Santa María Real se coronaban y prestaban juramento los Reyes de Navarra. Es una talla de
madera, románica del siglo XII, chapeada de plata en esa misma época.
Posteriormente ha sufrido restauraciones.
La mesa de altar se construyó
con fragmentos del retablo de Orayen, del siglo XVII. Al fondo del ábside se
halla la sillería del coro, que antes
estuvo en el centro de la nave y de la que se suprimió una tercera parte, ahora
en el Museo de Navarra. Estaba dispuesta, en su primera organización, en dos
órdenes, con 57 sillas el superior y 45 el inferior. Se cree que fue empleado
roble de Inglaterra en su construcción. El autor principal fue Esteban de
Obray, con quien colaboraron otros como Pierres Picart, Guillén de Holanda,
Diego de Mendiguren, y Peti Juan de Melún. La sillería se terminó en 1539.
CAPILLAS DE LA CATEDRAL
Capilla Barbazana
Actualmente y desde hace varios siglos, se usa como capilla y alberga el
sepulcro del obispo Arnaldo Barbazán que promovió su construcción. Y en la que hoy descansa su cuerpo incorrupto. Consta
de una cripta y sobre ella la capilla propiamente dicha, que se
habría creado para salvar el gran desnivel del terreno. Es de base
cuadrada. Estos se sitúan a unos 6 metros del suelo. Actualmente sirve como
enterramiento y posee diferentes nichos adosados al muro en el que
descansan varios obispos de Pamplona.
Capilla de San Juan
Bautista
Ocupa el espacio de dos tramos de las naves. Fue la
parroquia de la Catedral, para lo que está dotada de todos los elementos
correspondientes: sacristía, coro, púlpito y sagrario. El retablo es
renacentista, de los primeros años del siglo XVII y consta de predela y tres
cuerpos distribuidos en tres calles con relieves de la vida del Bautista y su
talla en el centro.
Capilla de Santa Catalina
Dedicada a
ésta. En 1683 se construyó su retablo. En el primer cuerpo, junto a la talla de
Santa Catalina, está la escena de los Santos Inocentes, único relieve del
retablo, y la talla de un Obispo.
Capilla de las Ánimas y de
la Trinidad
La ocupa
el retablo de San José, que antes estuviera junto a la puerta del crucero
norte. Es barroco, de dos cuerpos y ático, el primero cobija en una hornacina
una talla del titular, el segundo, un relieve del mismo y el ático un calvario
de pintura.
Capilla de San Martín
Alberga
un retablo barroco del siglo XVII. Lleva en su cuerpo principal un retablito de
reliquias con muchos santos pintados, varios de ellos benedictinos. Se ven
también los escudos del obispo Fray Prudencio de Sandoval, a quien perteneció.
En el ático, un lienzo reproduce la famosa Madonna del Popolo, de Roma. En la
base del retablo va colocada una urna con reliquias de San Inocente, mártir, y
dos ricos relicarios barrocos que enmarcan sendas cartas de San Ignacio de
Loyola y San Francisco Javier. En el crucero norte están, uno frente a
otro, dos grandes retablos barrocos, mandados construir por Fray Mons. Pedro
Roche, obispo de Pamplona, en 1675. Constan de dos cuerpos y ático, aquellos
distribuidos en tres calles.
Capilla de San Juan Evangelista
En ella se
instaló en 1929 un retablo gótico del siglo XVI, procedente de Itoiz, cuando se
suprimió otro neoclásico que ocultaba desde 1808 el sepulcro de Sánchez de
Oteiza.
Capilla de San Jesucristo
En el lado
más oriental del conjunto catedralicio, tras el dormitorio, o la capilla del
obispo de Pamplona, Pedro de Roda. De estilo románico, fechada a
finales del siglo XII, es una de las edificaciones más antiguas que se
conservan. Una reja gótica, divide
los dos tramos de la nave.
La Capilla del Relicario
La
sacristía de los canónigos comunica con la sala capitular a través de un
pequeño pasillo en el que se habilitaron dos pequeñas capillas para
contener el conjunto de reliquias de la catedral, en el paso a la sala
capitular, son dos capillitas con rejas de madera y sendos retablos barrocos.
En ellos se guardan los bustos relicario de plata de San Fermín y San Francisco
Javier (siglo XVIII) y los de Santa María Magdalena siglo XVIII y Santa Úrsula
siglo XVI.
SALA CAPITULAR
Tiene un
espacio rectangular de esquinas ochavadas, fue construida en 1727, aunque
a mediados de este mismo siglo y más concretamente en 1765, se decide sustituir
la cubierta original por otra. Las obras se adjudicaron al maestro
albañil Esteban de Múzquiz y a los carpinteros Miguel de
Goicoechea y José de Huici, y fue el pintor Pedro de
Rada el encargado de pintar imitando el mármol moldura.
LA SACRISTÍA DE LOS BENEFICIADOS
Conocida
por los capellanes, de arquitectura mucho más sencilla, guarda algunos lienzos.
Un pequeño espacio de planta rectangular del siglo XVIII con yeserías barrocas
da paso a la segunda de las sacristías,
de 1747.
LA SACRISTÍA DE LOS CANÓNIGOS
Fue
adornada en el siglo XVIII con una espléndida decoración de estilo rococó. Los
elementos se disponen con simetría y en ellos se aprecia una atinada
combinación de las líneas recta y curva.
EL ÓRGANO
Está a los
pies del retablo de San Jerónimo, colocado sobre la puerta que sale a la Plaza
de San José. Es el mayor órgano de Navarra, con tres teclados y 34 juegos. Fue
construido por Organería Española en 1946. Se
trata de un órgano eléctrico que consta de tres teclados, 34 juegos y cientos
de tubos, lo que lo convierte en el mayor de Navarra. En el año 2008, por
encargo del director de la Capilla de Música de la Catedral de Pamplona,
se instaló un órgano barroco en la capilla del Santísimo, construido
expresamente para tal fin. Fue una donación de la fundación Navarra
Fuentes-Dutor. Se trata de un pequeño órgano de estilo barroco, cuya caja se
inspira en otras españolas del siglo XVII.
EL CORO
La sillería del coro fue
realizada entre 1539 y 1541, dirigiendo las obras Esteban de Obray, aunque labrada por numerosas manos, entre ellas las
de Guillén de Holanda, al que se le
atribuyen las mejores tallas. Constituye uno de los últimos eslabones de las
grandes sillerías renacentistas que se construyeron en el norte peninsular.
MUSEO DE LA CATEDRAL
El Museo Catedralicio y Diocesano de
Pamplona comprende los edificios del conjunto catedralicio, casi todos góticos
(catedral, claustro, capilla Barbazana, refectorio, cocina y cillería) y las
obras de arte en ellos expuestas. En 2005 se han recuperado
una carraca manual, ubicada en una pequeña estructura, que se sube a la torre
para la Semana Santa. En realidad se trata de una matraca de lados circulares y
cuatro aspas con martillos.
En 2010
se hace una nueva que lleva, además del escudo municipal, la siguiente
inscripción Réplica de la Carraca
original del siglo XVIII, realizada por la Escuela Taller de Construcción y
donada por el Ayuntamiento de Pamplona al Cabildo Catedralicio. Pamplona, 30 de
marzo de 2010. Debajo hay cuatro logos. Ambas carracas se muestran en las salas
del Museo Catedralicio. En esta sala de más de 300 metros cuadrados y 7 ámbitos expositivos, se
relatan a través de nuevas tecnologías pantallas táctiles, audiovisuales
animadas, acontecimientos relativos al diseño y a la construcción de la
fachada, la importancia arquitectónica de la obra.
REFECTORIO
Está
situado en el lado sur del claustro, en el lado opuesto a la iglesia.
Fue construido entre 1328 y 1335. Está formado por una única nave
rectangular de 31 metros de largo por 10,50 metros de ancho y 13 metros de
altura, cubierta toda ella por una bóveda de crucería simple, con
claves decoradas y con escudos heráldicos tanto en las bóvedas como en los
arcos fajones. La iluminación de la sala se resuelve por seis ventanales de gran altura en
los lados, mientras que en el frente hay otros dos y un rosetón en el centro.
Es notable
la escultura monumental en
ménsulas, claves, puertas, ventanales y púlpito. En el refectorio están
expuestas un grupo de tallas
marianas, románicas y
góticas, de los siglos XII - XV así como pinturas renacentistas y barrocas. El
cabildo de la catedral de Pamplona abrirá el antiguo refectorio de los
canónigos, en los últimos años una de las estancias del Museo Catedralicio,
como sede de conferencias, presentaciones de libros, o conciertos.
CILLERÍA
Es uno de
los pocos vestigios románicos que quedan en pie. Es una edificación
estrecha y larga, que en origen tenía dos alturas, aunque hoy no existe tal
división. En su día, era utilizado como almacén y despensa para el
cabildo. Tiene gruesos muros de sillarejo, y unas pequeñas ventanas en el muro
occidental a modo de saeteras. En ambos extremos presenta dos torreones
cuadrados, en uno, que ahora está recrecido con ladrillo, se encuentra la
magnífica escalera de caracol de acceso al sobre claustro, y en el otro las
puertas que comunican el claustro con el exterior del edificio.
Actualmente se muestran en la cillería las principales piezas de
orfebrería de la catedral y de algunas parroquias navarras, de diversas épocas
y estilos. Están expuestas, además, algunas arquetas y piezas
de marfil, como un crucifijo del siglo XVIII, así como un gran crucifijo de madera policromada
de Juan Bazcardo (siglo XVII). Sobresalen un conjunto de cruces
parroquiales, el relicario, que a continuación se detalla
en orfebrería.
ORFEBRERÍA
La catedral de Pamplona alberga una
de las más notables y ricas colecciones de orfebrería de España,
tanto por originalidad de alguna de sus piezas que se pueden considerar únicas.
De especial relevancia son el relicario del Lignum Crucis
y el del Santo Sepulcro, ambos góticos, y la Custodia de
plata y un evangeliario del mismo metal de época renacentista.
Talla románica de Santa María la
Real de Pamplona. Siglo XII.
Se
considera a Santa María la Real de Pamplona, como una de las tallas
marianas más antiguas que se conserva en la Comunidad Foral, junto con la
del monasterio de Irache. En la población navarra de Ayegui.
Data del siglo XII. Se trata de una imagen sedente sobre trono. Toda la
talla, de 93 centímetros de altura, fue chapada en planta a excepción de rostro
y manos, como era habitual en aquella época, por encargo de Carlos II de
Navarra llamado el Malo en el siglo XIV.
CLAUSTRO
El actual claustro fue
levantado entre 1280 y 1360. Es considerado uno de los mejores ejemplos de
claustro gótico de toda Europa y sin duda, el mejor del siglo XIV.
Existía otro en el mismo lugar de factura románica, pero que al parecer se
encontraba en mal estado tras la guerra de la Navarrería en 1276, por
lo que bajo el episcopado de Miguel Sánchez de un castillo, se llevó a
cabo su reconstrucción en el nuevo estilo imperante. De este claustro primitivo
se conservan algunos capiteles magníficamente labrados en el Museo de
Navarra. El claustro es de planta cuadrada, en torno a un jardín central.
En cada lado se cierra con seis arcos ojivales sostenidos por haces de
columnas. Los calados de las ojivas, que son más complicados en las alas Sur y
Oeste, se apoyan, a su vez, en tres finos maineles y todo el conjunto en un
zócalo de piedra sobre el que va colocada una verja de hierro.
EL ÓRGANO
Está a los
pies del retablo de San Jerónimo, colocado sobre la puerta que sale a la Plaza
de San José. Es el mayor órgano de Navarra, con tres teclados y 34 juegos. Fue
construido por Organería Española en 1946. Se
trata de un órgano eléctrico que consta de tres teclados, 34 juegos y cientos
de tubos, lo que lo convierte en el mayor de Navarra. En el año 2008, por
encargo del director de la Capilla de Música de la Catedral de Pamplona,
se instaló un órgano barroco en la capilla del Santísimo, construido
expresamente para tal fin. Fue una donación de la fundación Navarra
Fuentes-Dutor. Se trata de un pequeño órgano de estilo barroco, cuya caja se
inspira en otras españolas del siglo XVII.
REJAS
Actualmente se conservan dos valiosas y grandiosas rejas, que cierran el
presbiterio y la capilla del Santísimo, siendo ésta la que la reja del presbiterio es
gótica y su autor fue Guillermo de Ervenant, que hizo figurar su nombre en ella
en 1517. Consta de dos cuerpos y una crestería superior, que cubren el espacio
entre los dos pilares. La reja del coro,
ofrece una semejante grandiosidad y perfección en su forja y es de estilo
renacentista, siendo muchos los que opinan que pudo ser obra del mismo maestro,
cuando hacia 1540, realizada y a la sillería, se hubo de encargarla para cerrar
el coro.
VIDRIERAS
Al
terminar la obra de la catedral en el siglo XVI, se colocaron vidrieras de colores en todo
el templo. En un memorial dirigido al Cabildo, en el siglo XVII, aparece como
autor Juan Carlos Bionde. De aquellas
primeras solo restan las cuatro de la nave central más cercanas al crucero en
el lado de la epístola, ya que las restantes perecieron a consecuencia de
explosiones de pólvora. La casa
Maumejean, de San Sebastián instaló, entre 1919-1937, seis vidrieras en
la nave central. Entre 1974 y 1983, Carlos
Muñoz de Pablos, pintor y
vidrierista segoviano, ejecutó las cuatro de la cabecera, las cuatro del
crucero, las tres de la girola y la que hay sobre la puerta del claustro.
CAPILLA MUSICAL
En 1523, con ocasión de la visita del emperador Carlos V a
Pamplona, recibió un nuevo impulso y adquirió la típica estructura de las
capillas catedralicias españolas. Los siglos XVII y XVIII constituyen
uno de los puntos culminantes de su larga historia. Como dato curioso, cabe
señalar el viaje del coro y la pequeña orquesta de la Catedral en 1660 a San
Juan de Luz (Francia), acompañando al rey de España Felipe IV con motivo de las
bodas reales de Luis XIV de Francia el Rey Sol con la infanta María Teresa de
Austria.
Ha sido
testigo excepcional de la historia de Navarra ya que, hasta bien entrado
el siglo XX, no ha habido un solo acontecimiento de relevancia en la vida
religiosa y social de Navarra en el que no hayan actuado el coro y orquesta
catedralicias: jura de los reyes navarros, toma de posesión de los obispos de
Pamplona, La Capilla de Música de la catedral está compuesta en la actualidad
por 35 miembros, todos ellos seglares, excepto el organista, D. Julián Ayesa, y el
maestro de capilla D. Aurelio Sagaseta, ambos
canónigos de la catedral. Tiene una media anual de más de 50 actuaciones, la mitad en el culto
catedralicio y la otra mitad en conciertos. Ha cantado en las principales
catedrales y auditorios de España.
SEPULCROS
Presenta
la forma de lecho sepulcral, con las figuras yacentes de los reyes sobre
la superficie en los cuatro frentes. Otro sepulcro realizado por Jehan Lome y
su taller es el sepulcro de Sancho Sánchez de Oteiza, obispo de
Pamplona (1420-1425). Está situado al fondo de la capilla de San Juan
Evangelista, la primera del lado del Evangelio, una zona de la Catedral cuya
construcción él promocionó durante su pontificado. Como el de Sánchez Asiain,
construido antes en el claustro (1364).
El Sepulcro
de Carlos III el Noble. Una de las piezas más importantes del conjunto
catedralicio es el sepulcro de Carlos III el Noble y Leonor de
Trastámara. Este monumento funerario, está considerado como una obra maestra
del la escultura funeraria de principios del siglo XV. Situado en el centro del
segundo tramo de la nave central, presenta forma de lecho sepulcral exento con
unas dimensiones de 2,73 metros de largo, 2,12 de ancho y 1,08 de alto.
LAS CAMPANAS DE LA CATEDRAL
Las
campanas, fundidas entre 1519 y 1836, y distribuidas en las dos torres. En la torre sur hay siete campanas,
de uso litúrgico, que ocupan los distintos vanos. Y la Torre norte. Se
encuentra, en el centro y en la parte superior, la gran campana María, la mayor en uso en todas las Catedrales de España, y que se toca
de manera exclusivamente manual. En los vanos externos están las dos campanas del reloj de cuartos y de horas así como una gran campana gótica, dotada de
yugo de madera para bandearla, pero rajada y por tanto sin sonido.
Hasta las campanas cantaron en la
catedral más de 1000 personas acudieron al evento y quedó abierta la Sala de
Fábrica, que muestra todo el proceso de construcción de la fachada. Pamplona celebró la restauración de la fachada
de la catedral con un peculiar concierto, en el que las también remozadas
campanas de la seo tuvieron especial protagonismo. Se inauguraron los trabajos.
Y hasta las campanas cantaron en un espectáculo en el atrio de la catedral. D.
Aurelio Sagaseta, director de la Capilla de Música de la Catedral, dirigió a un
heterogéneo grupo musical, en el que cada uno aportó texturas tan distintas que
hicieron disfrutar a los asistentes. Todos los asistentes pudieron seguir al
detalle los movimientos de los campaneros en las dos torres gracias a dos
grandes pantallas colocadas a ambos lados del escenario. Aunque el cielo
amenazó lluvia, las únicas gotas llegaron, cuando la interpretación llegaba a
su fin. Antes del concierto se abrió al público la Sala de Fábrica, un nuevo
museo.
Al acto
asistieron representantes de las instituciones firmantes del convenio que
impulsó las obras. Las
obras de restauración finalizarán en otoño de 2011. Las campanas de la
catedral de Pamplona volvieron, a ser
volteadas, casi un siglo después, ya que dejaron de hacerlo en los años 30.
Pero los bronces restaurados
permanecieron expuestos al público en el Arcedianato de la catedral, mientras
duraron las obras de la fachada neoclásica del templo.
Entre ellas, La Gabriela, la campana más
antigua de Pamplona data de 1519, que ha recuperado la voz y su sonoridad
después de haber sido soldada en un taller alemán. La Gabriela, inservible
desde hace años para la música, fue salvada entonces de la fundición y ahora
sonará.
Autor: ©. Narciso Casas - Profesor
de Arte y Escritor
Todos los derechos reservados.
Mi libro: Historia y Arte en las Catedrales de España
ISBN: 978-84-686-3200-1
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