Una científica murciana en Cova Bonica
«Durante las excavaciones, en el momento del trabajo de campo, realicé el levantamiento de los restos óseos, recopilé toda la información posible de ellos y me dediqué a estudiar los huesos en el laboratorio para especificar cuántos individuos estaban enterrados, qué sexo tenían, edad y averiguar la causa de la muerte a través de las patologías que vimos en los huesos».Susana Mendiela es antropóloga de la Universidad de Murcia y recientemente ha participado en una investigación conjunta de la Universidad de Barcelona y la Universidad Complutense de Madrid, en la que han descubierto a los primeros agricultores y ganaderos, del Neolítico Antiguo, que poblaron la Península Ibérica. «En total se han descubierto y estudiado 6 cuerpos, dos mujeres, un adolescente y tres niños, con un total de 98 huesos», comenta la antropóloga. En la investigación, que se ha llevado a cabo en Cova Bonica, en Vallirana (Barcelona), también se han encontrado objetos domésticos y animales.
Además, a partir de un estudio previo sobre el ADN del diente de una de las «mujeres del Neolítico», los investigadores han confirmado datos que ya conocían de otras investigaciones, como que «eran intolerantes a la lactosa, tenían la piel clara, los ojos marrones y el pelo oscuro». Los primeros ganaderos y agricultores -entre los que se encontrarían los restos descubiertos- llegaron hace 7.400 años a la península ibérica, según ha informado la Universidad Complutense en un comunicado sobre los trabajos que se desarrollaron entre los años 2008 y 2015, y cuyos resultados se han publicado en el Journal of Field Archaeology.
«La singularidad de este yacimiento es que han encontrado restos humanos con sus objetos domésticos», ha afirmado la investigadora del departamento de Paleontología de la UCM y del Centro Mixto UCM-ISCIII de Evolución y Comportamiento Humanos, Montserrat Sanz, quien ha añadido que «esto nos permite relacionar la cultura material con unas prácticas ganaderas de esta población». Entre ellos han conseguido identificar a dos adultos (de 25 a 35 años), un adolescente (de 12 a 13) y tres niños (de 9, 5 y menos de 3 años), a través de restos de cráneos, dientes, costillas, cinturas pélvicas y huesos de manos y pies. «Es relevante en que en menos de dos metros cuadrados hayamos encontrado tanta cantidad de restos humanos», ha destacado Sanz, a pesar de que no hayan descubierto ningún esqueleto articulado.
Junto a los restos humanos aparecieron también vestigios de animales -sobre todo cabras y ovejas- y ornamentos, así como útiles de piedra de sílex y cristal de roca y fragmentos de cerámica «de los más antiguos documentados en la península ibérica». Este descubrimiento «arroja nuevos datos sobre cómo eran los ritos de enterramiento de los cadáveres» y se trata de «la primera evidencia de inhumaciones colectivas», según la nota del Vicerrectorado de Transferencia del Conocimiento y Emprendimiento Oficina de Transferencia de Resultados de Investigación de la UCM.
«Observamos que las prácticas funerarias son muy heterogéneas», ha asegurado Sanz, aunque, la investigadora ha indicado que «parece que lo frecuente es encontrar los restos no articulados junto a sus objetos domésticos», por lo que considera que quizá depositaran los cuerpos sin enterrar en cavidades o fueran «enterramientos removidos». La arqueóloga de la UCM ha calificado la excavación como «muy complicada» hasta llegar a los restos neolíticos debido a los diferentes usos que ha tenido la cueva a lo largo de los siglos, entre ellos, como cantera, mina de calcita o zona de cultivo de champiñones.
Fuente: laopiniondemurcia.es | 10 de mayo de 2017
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