El conejo fue un animal muy valorado por los homínidos que vivieron en Tarragona hace 15.000 años

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En Molí del Salt seres humanos fueron capaces de capturar diferentes taxones, pero centraron su atención en conejos (Foto). Este taxón presenta recortes de marcas relacionadas con las diversas actividades de procesamiento. IPHES


El Molí del Salt, un yacimiento arqueológico ubicado en Vimbodí i Poblet (Tarragona), es un buen ejemplo para entender las estrategias de subsistencia de las poblaciones humanas al final del Paleolítico superior e inicios del Mesolítico, es decir, entre hace unos 8.000 y unos 15.000 años, aproximadamente.

Los seres humanos eran capaces de sacar el máximo provecho de la fauna, a pesar de que en este lugar centraban la atención en los conejos, según se manifiesta en un artículo publicado en la revista Historical Biology, encabezado por Anna Rufà, investigadora predoctoral del IPHES (Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social) y que ha contado con la participación de otros miembros de este centro de investigación y del CENIEH (Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana).

Las evidencias registradas en el Molí del Salt son un buen ejemplo de la alta capacidad de explotación de la fauna, ya que se han documentado una amplia gama de actividades, desde el desollado del animal hasta la extracción de la médula ósea. La alta fragmentación observada en los restos de fauna, entre otros aspectos, sugieren un uso intenso de los nutrientes internos de los animales. En el caso de los conejos, los homínidos no solo podían obtener beneficios alimentarios, sino también recursos que no estaban destinados a finalidades nutricionales, como la adquisición de pieles que podrían ser utilizadas, por ejemplo, para proteger su cuerpo.

Restos de conejo hallados en el Molí del Salt con marcas de corte que indican su procesamiento en distintas actividades - IPHES
La alta presencia de conejos en el Molí del Salt, que representa más de un 90% de la fauna explotada en todos los niveles arqueológicos, se debe al hecho de que serían un recurso abundante y rico en esta área, hecho que podía favorecer su captura. “La versatilidad de esta especie habría propiciado su expansión por diferentes entornos ecológicos, probablemente favorecidos por los cambios ambientales que tuvieron lugar a finales del Pleistoceno superior”, comenta Anna Rufà.

Además, las altas tasas reproductivas de estos animales permiten que sean cazados sin sobreexplotación. “Este hecho facilita su éxito de supervivencia, ya que pueden continuar siendo un recurso importante para las poblaciones humanas a través del tiempo sin que peligre su pervivencia”, asegura la misma investigadora.

De la misma forma, a pesar de que no se han extraído pruebas concluyentes en este sentido, el gran nombre de individuos representados en algunas de las unidades sugieren el uso de posibles técnicas de captura (trampas, lazos y redes). Esto podría permitir la obtención de más de un individuo por cacería realizada.

Fuente: IPHES | 5 de mayo de 2017

Aníbal Clemente

Historia y Arqueología. Publicación digital de divulgación cultural.

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