El bonobo es nuestro pariente más cercano
El bonobo habita las selvas húmedas de África Central. (Foto: AP)Similitudes en el ADN hacían sospechar a los científicos que, de todos los primates que existen, el más cercano al Homo sapiens era el bonobo (Pan paniscus) y no el chimpancé común (Pan troglodytes). Ahora, un trabajo de la Universidad George Washington (Estados Unidos) ha confirmado esta cercanía luego de comparar en detalle la anatomía de las tres especies.
El artículo, publicado en la revista Scientific Reports, indica que la musculatura de los bonobos está más estrechamente relacionada a la anatomía humana que la de los chimpancés comunes; es decir, que sus músculos han evolucionado menos a partir del antepasado que las tres especies tienen en común.
Para los especialistas existe una evolución en mosaico de las tres especies: algunas características son compartidas por los seres humanos y los bonobos, otras por los humanos y los chimpancés comunes, y otras tantas por las dos especies de simios.
Estudios genéticos previos afirman, por ejemplo, que cada una de las especies de chimpancés –entre las que está el bonobo– comparte alrededor de un 3% de rasgos genéticos con seres humanos que no está presente en las otras especies.
Cercanía
Para conseguir estudiar a fondo la musculatura de estos animales en peligro de extinción, los investigadores examinaron a siete ejemplares del zoológico de Amberes (Bélgica) que habían fallecido.
Según los expertos, estos estudios pueden dar lugar a una comprensión más clara de lo que hace a los seres humanos diferentes del resto de primates, lo que llevaría a un mayor entendimiento de la salud humana y abriría la posibilidad a crear nuevos avances para preservarla.
Además de las similitudes anatómicas y genéticas, otros estudios apoyan la cercanía de estos animales con nosotros. Una investigación publicada el año pasado en Current Biology descubrió que los bonobos adultos –a medida que envejecen– desarrollan hipermetropía, un error en el enfoque visual que usualmente se manifiesta con una visión borrosa de cerca y que también se presenta en humanos. Esta condición hace más difícil que los bonobos rebusquen pulgas y se acicalen entre sí.
El descubrimiento sugiere –por primera vez– que los cambios en el ojo relacionados al paso del tiempo no han variado mucho desde la divergencia del antepasado común del bonobo y del hombre.
Fuente: elcomercop.pe | 3 de mayo de 2017
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