De nuevo, Pekín y sus grandes secretos
Con el Profesor Wu Zinzhi y mi colega la Dra. María Martinón en el “Institut of Vertebrate Paleontology and Paleoanthropology (IVPP)” de la Academia de China, Pekín. Fotografía tomada por Laura Martín-Francés.
Durante la primera semana de abril hemos tenido ocasión de visitar una vez más a nuestros colegas los profesores Liu Wu, Xiuyie Wu y el Dr. Xing Song, del Instituto de Paleontología de Vertebrados y Paleoantropología (IVPP) de Pekín. Con ellos mantenemos una fructífera cooperación desde 2010, que ha dado como resultado la publicación de varios trabajos científicos sobre fósiles encontrados en el siglo XX y sobre homininos recuperados en fecha reciente. Esta colaboración nos ha permitido conocer de primera mano y estudiar fósiles originales de China, casi vedados a los científicos occidentales tras la segunda guerra mundial. En esta ocasión nos hemos acercado al presente, al estudiar de restos humanos de finales del Pleistoceno Superior del sur de China.
Como en ocasiones anteriores, aprovechamos la visita para compartir seminarios de trabajo con otros colegas de diferentes disciplinas (arqueología, paleogenética, palinología, etc.) y, en particular, con los estudiantes de doctorado. Este año, los organizadores prepararon el encuentro aprovechando la visita de todos los jueves del Prof. Wu Zinzhi, ya retirado. Una verdadera “institución” en el IVPP donde, a sus 89 años, sigue teniendo un cargo honorífico y su propio despacho.
Conocí al Prof. Wu Zinzhi en 1992, año en el que organizamos una reunión científica internacional en el Castillo de la Mota (Valladolid), con el apoyo de la Junta de Castilla y León. El Prof. Emiliano Aguirre, que se había retirado de la carrera científica un año antes, nos ayudó a seleccionar a las “mejores cabezas” de las diferentes disciplinas relacionadas con la evolución humana. Conseguimos traer a España al Prof. Wu Zinzhi, que entonces contaba ya con 64 años. Puedo imaginar su aventura para conseguir el visado correspondiente y volar después haciendo escala en alguna ciudad europea. En la actualidad ya hay vuelos directos entre Madrid y Pekín de casi 12 horas de duración. Pero en aquellos años el viaje podía fácilmente acercarse a las 20 horas, después de interminables enlaces en diferentes aeropuertos europeos. Recuerdo que en mi primer viaje a Pekín, en 2004, el Prof. Wu Zinzhi me mostró los pocos ejemplares fósiles del yacimiento de Zhoukoudian que se salvaron en su fallido traslado a Estados Unidos durante la segunda guerra mundial.
Wu Zinzhi había colaborado con sus colegas Milford Wolpoff (también asistente a la reunión del Castillo de la Mota) y Alan Thorne en la elaboración de la teoría multirregional para explicar el origen de nuestra especie. Según estos tres científicos, la especie Homo erectus evolucionó tanto en África como en Eurasia hacia Homo sapiens, pasando por formas intermedias típicas de cada continente. Nuestra especie se habría forjado en lugares tan distantes del planeta, gracias a su permanente contacto genético. Las cosas han cambiado mucho, desde que se planteó el origen de Homo sapiens en África (teoría de la Eva Negra) y comenzaron a llegar los resultados del estudio del ADN en los fósiles. El conocimiento avanza a gran velocidad y las hipótesis de una época van dejando paso a las siguientes. He tenido la suerte de conocer el desarrollo de las teorías sobre el origen de nuestra especie y a sus artífices más destacados.
En la imagen que acompaña al texto la Dra. María Martinón (“University College” de Londres) y un servidor posamos con el Prof. Wu Zinzhi, tras escuchar nuestras hipótesis sobre la evolución humana en Eurasia. Lo que ahora proponemos no tiene ya nada que ver con la teoría multirregional, pero el Prof. Wu Zinzhi nos escuchó con respeto. Sabemos que nuestras hipótesis quedarán superadas por nuevos hallazgos y métodos de trabajo ahora impensables. El Prof. Wu Zinzhi defendió sus teorías con ilusión y firmeza, sin saber que 20 años más tarde se lograría el “milagro científico” de recuperar el ADN de muchos ejemplares fósiles. Este hecho y el estudio de un registro fósil cada vez más rico han cambiado de manera radical nuestra visión sobre la evolución de Homo sapiens.
Fuente: quo.es | 18 de abril de 2017
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