Nuevas excavaciones en la Catedral de Santander en busca del primer asentamiento de la ciudad

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En el año 2009, los historiadores e investigadores de Santander, José Luis Casado Soto y Joaquín González Echegaray elaboraron el proyecto de excavación arqueológica denominado ‘Catedral de Santander, Puerto Romano, III’, en el que se desarrolla la última fase de la recuperación de la Catedral de Santander, dentro del Plan Director del primer templo de la Diócesis.

El proyecto, que abordará el Ayuntamiento de Santander entre finales de este año y principios del 2018 con fondos propios y un desembolso estimado en principio en 544.000 euros, daría por finalizados las excavaciones arqueológicas iniciadas por ambos historiadores en 1979, con dos campañas que permitieron recuperar las dos iglesias superpuestas, el claustro, la sala capitular y la torre de las campanas, así como el descubrimiento de los restos del Castillo del Rey, una parte de su muralla sobre la que se sustenta la bóveda de la sacristía de la Catedral.

La excavación propuesta en el año 2009 por Casado Soto y González Echegaray permitiría, como dejaron escrito, "resolver las incógnitas pendientes sobre el asentamiento originario romano y el primer desarrollo medieval", de la ciudad. Y explicaban que "tras los desmontes generalizados llevados a cabo después del incendio de 1941, el único suelo con restos arqueológicos intramuros del Santander antiguo es el que se encuentra bajo este conjunto monumental".

En la esquina Noreste del conjunto Catedral, entre las calles del Azogue y de Somorrostro, se encuentra un solar formado por tres elementos: la calle del Azogue, aneja al conjunto, el muro que la soporta y el terreno situado al pie del mismo, todo ello unido al yacimiento romano y altomedieval ya estudiado.

"La realización de la campaña arqueológica que se propone –decían Casado y Echegaray en su informe– sospechamos que puede proporcionar los siguientes resultados: el hallazgo de un tramo del lienzo exterior de la muralla romana del Puerto de la Victoria; el hallazgo de parte de la necrópolis de la más primitiva iglesia de Santander, de la que ya aparecieron restos al efectuar la cimentación de la girola de la Catedral en los años cuarenta del siglo XX y el hallazgo de los restos del primer asentamiento santanderino sobre terrenos ganados al mar, al pie del muro romano".
Los requisitos necesarios para la realización del proyecto marcados por ambos historiadores dejaban claro que "era imprescindible el desmontaje de la inútil y degradada escalera que actualmente remata el muro, el levantamiento de las dos placas de hormigón que cubren la calle del Azogue y el terreno al pie del muro y el cercado y posible cubrimiento de la zona arqueológica", para poder ser expuesta al público.

El Ayuntamiento aborda esta excavación arqueológica con el interés por descubrir una parte de la historia de Santander y para dignificar la zona, ahora convertida en un solar con plaza de hormigón, flanqueado por altos muros de piedra, con una escalera que lleva hasta El Cristo y que esta cerrada por rejas, que discurre por lo que fue la calle del Azogue, de los artesanos que realizaban espejos en la época medieval.

El arquitecto Clemente Lomba, en la presentación del proyecto. / María Gil Lastra

En la zona en que se realizará la nueva excavación quedará también materializado un proyecto municipal que firma el arquitecto Clemente Lomba, que ya realizó la transformación de la plaza de las Atarazanas, donde se levanta el monumento a la Asunción de la Virgen María. Lomba ha ideado una rampa que parte desde la parte baja de la ciudad y que conectará la calle de Somorrostro con la del Azogue, por una rampa y un bastión de piedra de piedra caliza, debajo del cual estaría una futura sala de exposiciones. "Sería una especie de atalaya y un espacio de quietud –dice Lomba– para contemplar la ciudad, ajeno a la congestión contemporánea. Casado Soto decía que este lugar era fundamental para entender Santander, para iniciar una visita histórica por ella". La obra de Lomba "reconstruye la vieja condición del promontorio como soporte de la Catedral, cuya esquina nunca llegó hasta el plano de la ciudad".

Los primeros trabajos consistirán en desmontar la escalera y eliminar el local comercial bajo ella. El bastión que ha ideado Lomba se construirá a base de piedra caliza con aparejo de sillería lo más similar posible al existente en el conjunto catedralicio, con el fin de completar el conjunto. También tendrá una escalera de acceso desde la calle del Obispo Juan Plaza García. El sentido de este bastión es "reconstruir la presencia del promontorio de San Felipe y aclarar el plano de apoyo a la Catedral, que siempre fue un alto, sobre la ciudad baja. Los recientes muros, tras el incendio de 1941, distorsionaron esta presencia, haciendo apoyar el volumen de la Catedral en la calle".

La rampa de acceso a este baluarte de piedra caliza se realizará mediante una escalera/rampa a la romana en la que se resuelven a través de pasos en pendiente escalonados "a la manera de la magistral escalera del Capitolio de Roma". Los peldaños tienen un ritmo de dos pasos. En su cumbre, el baluarte se cierra con murete de piedra al exterior y, al interior y sobre la excavación arqueológica, con barandilla.

Foto antigua de la calle Los Azogues. / DM

En cuanto a la calle del Azogue, será retirada la gran capa de rellenos de hormigón que se ha ido echando durante años sobre el suelo original. Será sustituido por un suelo de adoquines, con canal central de escorrentía de aguas y en el lateral adoquín de granito, al estilo de las viejas construcciones en las rúas de Santander.

Dos campañas arqueológicas

En el curso de las dos campañas de excavaciones arqueológicas realizadas en el conjunto catedralicio, (1982-1994), sufragadas por el Ayuntamiento de Santander, se obtuvieron interesantes resultados. En la iglesia baja (actual parroquia de El Cristo y el tramo que se conserva de la calle del Azogue) se descubrió y estudió el primitivo asentamiento romano de la ciudad de Santander, consistente en unas termas públicas, una calle y una fortificación, además de objetos datados entre el siglo I y el IV.

También se descubrió y estudió el muro perimetral al cerro de Somorrostro de la acrópolis romana por el flanco Norte, así como las cimentaciones de las iglesias anteriores a la actual. Fue descubierta la Puerta del Perdón en la iglesia baja, tapiada desde el siglo XVII y se procedió a la recuperación y estudio antropológico de los restos humanos de la población medieval de Santander. En el claustro se procedió al descubrimiento y estudio del muro perimetral al cerro de Somorrostro de la acrópolis romana por el flanco Sur, documentado con materiales de esa cultura. También se descubrió y estudió un torreón altomedieval de defensa y se recuperó la tapiada sala capitular de la Abadía de Santander, donde también se celebraban los concejos generales de la villa. Fue recuperada la tapiada puerta al Castillo del Rey, descubierto y estudiado el muro Oeste del Castillo del Rey, el cubo macizo Sur Occidental y uno de los muros de la torre del homenaje, todo ello con pasadizos y escaleras de caracol internas.

También en el claustro fue descubierta y estudiada la imponente cimentación del claustro en la zona del acantilado del cerro que caía sobre la bahía y recuperados y estudiados los restos humanos de la población medieval y moderna de Santander, pues fue descubierta una de las fosas comunes de la gran peste de fínales del siglo XV que dio lugar al Voto de San Matías, anual ofrenda de la ciudad y la Corporación.

Fuente: eldiariomontanes.es | 20 de marzo de 2017

Historia y Arqueología

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