Hallan una especie de marcador solar en una pintura rupestre

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"Al fin y al cabo, lo que estoy intentando averiguar es hasta donde llegaban los conocimientos astronómicos en la Prehistoria, porque si los tenían es algo que yo creo que ya está clarísimo". Fue este afán de continuar ampliando nuestras miras sobre la relación del hombre y la naturaleza en los albores de nuestra historia el que ha llevado a la arqueóloga Mercedes Versaci a descubrir un marcador solar agrícola en una pintura rupestre localizada en un abrigo de la tarifeña Sierra de la Plata. Un descubrimiento único en la Península Ibérica donde, hasta ahora, no hay registrado ningún fenómeno de este tipo. "Y en Europa habría que hacer un filtrado de artículos pero diría que tampoco hay un marcador así publicado", valora.

La investigadora, que pertenece al Grupo PAID HUM-812 del departamento de Prehistoria de la Universidad de Cádiz, dio con las propiedades de esta figura soliforme cuando en diciembre de 2014 se encontraba realizando uno de sus trabajos de campo para la tesis que está preparando titulada El sol, símbolo de continuidad y permanencia: un estudio multidiscilpinar sobre la figura soliforme en el arte esquemático de la provincia de Cádiz.

"Aquí, en la laguna de La Janda, en el campo de Gibraltar, tenemos registrados aproximadamente unos 300 abrigos con pinturas rupestres. Yo me he centrado para mi estudio en 22, los abrigos en los que aparece la figura soliforme y, de ellos, para realizar las observaciones astronómicas elegí los que por su orientación pensé que podían ser candidatos a que tuvieran algo que ver con los conocimientos astronómicos en la Prehistoria", explica la argentina, que reside en Conil desde hace 30 años, que recuerda que al afrontar un trabajo multicisciplinar se implican otras disciplinas.


Así, en una de aquellas observaciones astronómicas "en un abrigo de pequeñísimas dimensiones, con apenas 16 pinturas y situado muy cerquita de Baelo Claudia, llamado la Cueva del Sol", descubre "en el solsticio de invierno un clarísimo marcador solar, un marcador agrícola" perteneciente presumiblemente -a falta de hacer un estudio más profundo- "a la Prehistoria reciente, toda vez que el hombre ya conocía la agricultura".

Allí, en esa "covacha redondita y pequeñita colgada de un risco de dificilísimo acceso pero de una visibilidad enorme", Versaci encontró "una figura del sol de unos 24 centímetros más o menos, geométricamente casi perfecta, con 12 rayos y orientada hacia el ocaso". "El único repinte que la figura tiene es uno de sus rayos, junto donde llega apenas un dedo de luz del último rayo de sol del atardecer del solsticio de invierno, parece que está como marcando ese momento, como diciéndonos 'aquí tiene que dar el sol", detalla la arqueóloga que envió las fotografías al Instituto de Astrofísica de Canarias donde los expertos le confirmaron lo que ya sospechaba, "me felicitaron y me dijeron que clarísimamente era un marcador solar".

La descubridora de este fenómeno baraja que "esto le serviría al hombre de aquel tiempo para marcar las temporadas, para empezar a sembrar, para saber cuándo los días se hacían más largos, como una especie de calendario, digamos". Pero, además, Versaci recuerda que "en aquel tiempo los mundos profano y sagrado eran una única cosa, y dado que las figuras soliformes siempre aparecen en abrigos de todo el mundo relacionadas con otras figuras ramiformes (la que representa a las plantas) e ídolos no es descabellado pensar que estas pinturas y marcadores estuvieran relacionadas con ciertos rituales mágicos que tendrían la misión de que el ciclo -la salida del sol cada día, que las plantas crecieran, las cosechas- no dejara de cumplirse puesto que estas comunidades tenían una concepción del tiempo circular y no lineal como nosotros".

Fuente: europasur.es | 22 de enero de 2017

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Historia y Arqueología. Publicación digital de divulgación cultural.

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