Un anáisis a través de escáner a momias revela cómo vivía la cultura Chinchorro hace 7.500 años
La iniciativa, llevada a cabo por el Museo Nacional de Historia Natural y la Clínica Las Condes, se traduce en el estudio más exhaustivo realizado a la fecha a integrantes de la milenaria cultura.El punto de partida fue el Museo Nacional de Historia Natural (MNHN), lugar desde donde salieron los quince restos de integrantes de la Cultura Chichorro con destino hacia la Clínica Las Condes, recinto médico en el que serían investigados a fondo por su personal, por medio de un escáner.
Los Chinchorro llegaron al centro asistencial en cajas de cartón, fabricadas de manera especial para conservar sus cualidades milenarias y fueron recibidos por el jefe de la unidad de radiología, Marcelo Gálvez.
El estudio, que se llevó a cabo a través de tomografías computarizadas a miembros con una data de hace 7.500 años atrás, develó algunos importantes aspectos de cada momia analizada, entre ellos: edad, sexo, enfermedades y técnicas utilizadas para su preservación.
Así lo informó la curadora del área de antropología del MNHN, Verónica Silva, al Mercurio, quien detalló parte de la investigación realizada en la clínica, develando que de las 158 momias que posee el museo, sólo 15 fueron escogidas para su análisis, debido a que éstas son “las más complejas y porque tienen sus cuerpos taxidermizados con un tratamiento complejo”.
SECRETOS
Luego de tres completas sesiones de escáner, en las que se examinó a los restos capa por capa, el estudio arrojó, entre otras cosas, que a los Chinchorro, previo a la momificación, se les extraía la musculatura y las estructuras internas, quedando de esta forma el cuerpo esqueletizado, sin carne, salvo en manos y en pies.
Silva puntualizó, además, que a la momia “le daban volumen rellenando las extremidades con fibra vegetal y la caja torácica con arcilla”, para posteriormente reincorporar la piel de la persona.
La profesional indicó que los cráneos, del mismo modo, eran esquelitazados, sacándoles la masa encefálica y rellenados con el mismo material, cubriendo su rostro con una máscara elaborada con arcilla.
Respecto de las enfermedades, que eventualmente padecieron en la cultura milenaria, se observó una hiperostosis porótica, alteraciones en los huesos del cráneo y que se relaciona a malnutrición, parásitos y problemas gástricos como la diarrea crónica.
Fuente: elmorrocotudo.cl| 12 de diciembre de 2016
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