La malaria ya existía en el Imperio Romano
Restos humanos de 2.000 años de antigüedad hallados en varias regiones de la península itálica confirman que la malaria ya existía en el Imperio Romano, según publica hoy la revista especializada Current Biology.
La respuesta al debate sobre si la enfermedad estaba o no presente entonces es una prueba de genoma mitocondrial extraída de los dientes de cadáveres enterrados en tres cementerios italianos entre el siglo I y el III de la era común.
Esta información genética es importante, explican los científicos, porque sirve como un punto de referencia clave de cuándo y dónde existió el parásito en humanos, al tiempo que aporta más información sobre la evolución de las enfermedades humanas.
“La malaria fue probablemente un patógeno histórico significante que causó muerte generalizada en la Antigua Roma”, indica Hendrik Poinar, director del centro de genética de la Universidad McMaster (Ontario, Canadá) en el que se efectuó el estudio.
La malaria es una enfermedad grave y en ocasiones mortal causada por parásitos del género Plasmodium que afecta principalmente a los países en vías de desarrollo con climas cálidos y es responsable de casi 450.000 muertes cada año, la mayoría de niños menores de cinco años.
“Existe amplia prueba escrita con descripciones de fiebres que suenan como la malaria en las antiguas Grecia y Roma, pero se desconoce la especie específica responsable de la enfermedad”, explica Stephanie Marciniak (derecha) postdoctorada en la Universidad de Pensilvania.
“Nuestros datos confirman que la especie fue probablemente 'Plasmodium falciparum' y que afectó a gente en diferentes ambientes ecológicos y culturales. Estos resultados arrojan nuevas preguntas, particularmente cómo de extendido estaba el parásito y qué impacto tenía en las comunidades de la Italia del Imperio Romano”, agrega.
El 'Plasmodium falciparum' es el parásito de la malaria con más prevalencia en África subsahariana y el más mortal en todo el mundo.
Para efectuar este estudio, Marciniak y sus colegas analizaron ADN de los dientes de 58 adultos y 10 niños enterrados en tres cementerios de la época: Isola Sacra, Velia y Vagnari.
Situadas en la costa, Velia e Isola Sacra eran importantes ciudades portuarias y centros de comercio, mientras que Vagnari estaba en el interior y se cree que era lugar de entierro de trabajadores rurales.
La respuesta al debate sobre si la enfermedad estaba o no presente entonces es una prueba de genoma mitocondrial extraída de los dientes de cadáveres enterrados en tres cementerios italianos entre el siglo I y el III de la era común.
Esta información genética es importante, explican los científicos, porque sirve como un punto de referencia clave de cuándo y dónde existió el parásito en humanos, al tiempo que aporta más información sobre la evolución de las enfermedades humanas.
“La malaria fue probablemente un patógeno histórico significante que causó muerte generalizada en la Antigua Roma”, indica Hendrik Poinar, director del centro de genética de la Universidad McMaster (Ontario, Canadá) en el que se efectuó el estudio.
La malaria es una enfermedad grave y en ocasiones mortal causada por parásitos del género Plasmodium que afecta principalmente a los países en vías de desarrollo con climas cálidos y es responsable de casi 450.000 muertes cada año, la mayoría de niños menores de cinco años.
“Existe amplia prueba escrita con descripciones de fiebres que suenan como la malaria en las antiguas Grecia y Roma, pero se desconoce la especie específica responsable de la enfermedad”, explica Stephanie Marciniak (derecha) postdoctorada en la Universidad de Pensilvania.
“Nuestros datos confirman que la especie fue probablemente 'Plasmodium falciparum' y que afectó a gente en diferentes ambientes ecológicos y culturales. Estos resultados arrojan nuevas preguntas, particularmente cómo de extendido estaba el parásito y qué impacto tenía en las comunidades de la Italia del Imperio Romano”, agrega.
El 'Plasmodium falciparum' es el parásito de la malaria con más prevalencia en África subsahariana y el más mortal en todo el mundo.
Para efectuar este estudio, Marciniak y sus colegas analizaron ADN de los dientes de 58 adultos y 10 niños enterrados en tres cementerios de la época: Isola Sacra, Velia y Vagnari.
Situadas en la costa, Velia e Isola Sacra eran importantes ciudades portuarias y centros de comercio, mientras que Vagnari estaba en el interior y se cree que era lugar de entierro de trabajadores rurales.
Fuentes: analitica.com | cbc.ca | 6 de diciembre de 2016
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