El enigma de los grabados rupestres milenarios de Irán
Antiguos grabados se ven en las colinas fuera de la ciudad de Khomein, en el centro de IránEscondidos en las colinas del centro de Irán, unos grabados y pinturas rupestres podrían hallarse entre los más antiguos del mundo y, para confirmarlo, un arqueólogo iraní quiere utilizar tecnologías que las sanciones internacionales le impedían conseguir hasta hace poco.
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El arqueólogo recorre colinas y caminos empinados, mostrando otras decenas de pinturas y grabados rupestres que representan cazadores, animales, danzas tribales, deidades. Según él, datan de varios miles de años, pero algunas podrían ser aún más antiguas.
Los arqueólogos iraníes no tienen, sin embargo, los medios necesarios para datarlos con precisión.
Las potencias occidentales levantaron parcialmente las sanciones que habían impuesto a la República Islámica en enero de 2016, cuando entró en vigor el acuerdo para limitar la expansión del programa nuclear iraní.
Durante años las sanciones han impedido que los científicos iraníes mantuvieran contactos con sus homólogos extranjeros y que accedieran a técnicas modernas y fondos para investigar.
Además, el arte rupestre nunca ha sido una prioridad en Irán donde la historia pre-islámica puede ser un tema controvertido. Naserifard sólo le debe a su determinación el haber descubierto unos 50.000 grabados y pinturas rupestres en todo el país.
“Encontrar un tesoro”
El arqueólogo se aficionó al arte rupestre después de leer un artículo en una revista alemana y decidió recorrer Irán. Recuerda con emoción su primer hallazgo durante un pícnic en las colinas de la región de Jomein en 2002. “¡Estaba tan excitado! Fue como encontrar un tesoro”.
Desde entonces, los descubrimientos de este profesor universitario, que asegura haber recorrido el país entero, fueron catalogados por la Fundación Bradshaw en Suiza, experta en arte rupestre, lo cual llamó la atención de varios expertos internacionales.
Los grabados descubiertos por Naserifard podrían remontarse a la época en que los humanos salieron por primera vez de África, asegura.
Refuerzan, por tanto, la hipótesis según la cual los hombres desarrollaron una tradición artística común antes de abandonar África, un fenómeno que explicaría por qué se encuentran las mismas formas y símbolos en lugares tan alejados entre sí como California, España y Sudáfrica.
“Irán podría ser una pieza muy importante del rompecabezas”, según Von Petzinger. “Es un lugar altamente estratégico, los hombres migraban hacia allí para dirigirse al este o al oeste”.
Métodos muy caros
Para contextualizar los hallazgos de Naserifard son indispensables nuevos métodos, como la datación con uranio, más eficaz que la del carbono para averiguar el origen de muestras más antiguas, así como un trabajo arqueológico profundo.
Las colinas de Jomein son similares a otras regiones del mundo ricas en arte rupestre: zonas antaño fértiles, situadas a orillas de ríos, en las que se instalaron nuestros ancestros.
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“No sabemos por qué elegían un motivo favorito, pero éste se encuentra en lugares muy distintos”, dice Peter Robinson (derecha), de la Fundación Bradshaw. Lo que sí tiene claro es que “Esos hallazgos reflejan una característica innata del hombre: el querer dejar su marca en una pared, hacer un grafiti”.
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