Destrozan una de las mayores minas de oro romanas de León

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A la izquierda, la explotación que Fernández quiere preservar, a la derecha la dañada. (Javier Fernández)

AUTOR: SERGIO FERRER

Algunas de las mayores minas de oro de la época romana se encuentran en León. La famosa explotación de Las Médulas, hoy Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, proveía del metal precioso a todo el imperio. El geólogo Javier Fernández nació no muy lejos de allí y ha dedicado su vida a conocer más sobre estos yacimientos. En 2014 descubrió nuevos entramados mineros al sureste, gracias a un avión equipado con láseres. Hoy el hallazgo se encuentra en peligro: la maquinaria pesada de una empresa privada ha destrozado una de las explotaciones y amenaza la conservación del resto del conjunto, de gran valor cultural, científico y divulgativo, con el potencial de reavivar la economía de la zona a través del turismo.

"Ya no sé qué hacer", lamenta por teléfono Fernández, "se lo han cepillado". El investigador descubrió este año la destrucción del yacimiento de Las Murias-Los Tallares (Castrocontrigo-3) gracias a los drones que utiliza para estudiar los restos y pudo tomar fotos aéreas del desastre, en las que se aprecia la presencia de maquinaria pesada destinada a la extracción maderera. "Han aplanado una superficie destrozando uno de los canales que llevaban el agua, excavado un gran socavón en medio de una de las explotaciones... Sin olvidar toda una serie de surcos y roderas de máquinas que han pasado por encima sin tener en cuenta si la mina formaba parte del patrimonio o no".
Los restos arqueológicos en peligro se encuentran a unos 100 kilómetros de Las Médulas —que desde 1997 está protegido por la Unesco— al noroeste de la localidad de Castrocontrigo, cercana a la Sierra del Teleno. La extensión total es muy amplia, de más de 700 hectáreas; en su interior se encuentran tres minas estudiadas por Fernández que abarcan unas 450 hectáreas.

Socavón excavado en otra de las zonas. (Javier Fernández)

Hace 2.000 años, los romanos llevaban el agua por canales hasta las explotaciones mineras, donde extraían el oro mediante batea. Las agrupaciones de piedras que se obsevan en las imágenes son murias, amontonamientos de cantos rodados procedentes de las minas con los que los trabajadores separaban las zonas de extracción. Estos testigos de otra época son tan comunes en León que muchos pueblos incluyen la palabra muria en su nombre.

Fernández luchará por que 20 hectáreas representativas, de las 700 totales, reciban el estatus de Bien de Interés Cultural

El geólogo es consciente de que no se puede proteger todo el complejo: "Queremos conservar la parte más singular, de mayor interés cultural, científico y divulgativo". Para ello Fernández, junto a la Sociedad Geológica de España y varias asociaciones leonesas, quiere solicitar el estatus de Bien de Interés Cultural (BIC) para las 20 hectáreas "más representativas", conocidas como El Vallico la Escoba (Castrocontrigo-2).


Impulsar la economía gracias a los romanos

La parte que Fernández quiere proteger, Castrocontrigo-2, es "colindante" de la destrozada. Estas 20 hectáreas han sido estudiadas con detalle por el geólogo, y aporta mucha información sobre la extracción de oro y la evolución de los trabajos mineros durante la época romana. Sólo aquí, los antiguos habitantes de la zona sacaron 138 kg del metal precioso mediante un sistema diferente al empleado en Las Médulas.

Han aplanado una superficie destrozando uno de los canales que llevaban el agua, excavado un gran socavón en medio de una de las explotaciones...

Fernández lucha por proteger estas minas únicas desde que en 2012 un incendio dejó al descubierto las murias de Castrocontrigo, hasta entonces ocultas por la vegetación. Desde entonces no sólo los trabajos han dañado los restos arqueológicos, sino que el investigador ha visto cómo algunos vecinos cogían algunas de estas piedras. En su opinión, la importancia de los restos no radica sólo en que hayan atraído a estudiantes "incluso desde Reino Unido": en estas piedras yace la clave para reactivar la región.

En 1950, la comarca de la Valdería contaba con más de 6000 habitantes. Hoy apenas quedan 2000 personas. Fernández defiende que el patrimonio es un "revulsivo" para atraer turismo, algo que ya ha logrado con éxito con actividades como Geolodía. "El turismo geológico y cultural mueve a la gente, pero si lo destruyen no servirá para fijar a la población". Quizá algún día estas minas se conviertan en un parque temático, pero el investigador tiene algo muy claro: "La gente no va a venir hasta aquí a ver ruinas".

Fuente: El Confidencial

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Historia y Arqueología. Publicación digital de divulgación cultural.

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